Acosadas. Intimidadas. Asustadas. Son tres de las tantas palabras que expresan cómo nos sentimos habitualmente. Parece ser que por el mero hecho de haber nacido del sexo opuesto debamos aceptar que esto ocurra así, pero no, señores y señoras, por ser mujeres no deben acosarnos. No queremos vuestros piropos al salir a la calle, no tenemos por qué avisar a nuestras amigas de que hemos llegado bien a casa. No necesitamos vuestros comentarios y susurros, ni vuestras miradas tras nuestro paso. Necesitamos vuestro respeto.
Parece que en esta sociedad, aún primitiva, las mujeres no han salido de sus jaulas, pero sí ha ocurrido. Estamos dispuestas a prenderles fuego, vamos a hacerlas arder. Vamos a abrirles los ojos al resto de compañeras, porque tenemos que acabar con esto.
Cada ocho horas una mujer es violada en España, según el Ministerio del Interior. Podemos observar en los datos ofrecidos por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cómo en el último año ha subido un 6,84 % los asesinatos con respecto al año anterior. Y todos los días una mujer sufre acoso en el transporte público, en la calle, en redes sociales. ¿Qué está pasando?
«Estamos preparadas para acabar con este sistema patriarcal en el que vivimos»
No somos culpables ni responsables de vuestros actos, vestimos como nos gusta y hacemos lo que queremos, sin dar explicaciones. Estamos dispuestas a luchar, a salir a la calle todos los días si es necesario para que se nos respete, por nuestra libertad, por nuestros derechos. Porque estamos preparadas para acabar con este sistema patriarcal en el que vivimos. Nos tienen sometidas, pero eso se acabó. En nuestra historia fuimos sumisas pero muchas se revelaron. Ahora, por ellas, nos toca a nosotras.
Se acabó el miedo. Habéis transformado ese miedo en rabia, y ahora tenéis una gran masa de mujeres que han entrado en cólera. Ser del sexo opuesto nos hace ser, según la RAE, el “sexo débil”, por ello vamos a demostrar que somos más fuertes de lo que pensáis. Hoy, 8 de marzo, vamos a llenar las calles de pancartas y vamos a gritar bien alto. Pero, atentos, porque esto continúa, nuestra lucha es eterna hasta que pongamos punto y final a esta desigualdad. Seguiremos al pie de la letra aquella famosa frase que dijo la escritora y feminista, Teresa Wilms Montt: “Y cuando trataron de callarme, grité”.
Así que sabes que no nos quedaremos calladas. Eso nunca.