Lorena González Orribo es una humorista y actriz canaria con una trayectoria de veinte años, los cuales ha alternado en la televisión y los bares dispuesta a hacer reír al público. La cómica, también conocida como Petite Lorena, se siente orgullosa de su trabajo, así como de su nombre artístico, aunque este le ha traído diversos problemas. «Me trae una lucha tremenda con todos los que lo escriben, a veces cuesta tanto que he pensado cambiarlo por pequeña», se plantea la artista. Con este nombre con el que le bautizó Ramón Araujo, componente del Trio Zapatista, ha llenado multitud de salas con sus espectáculos ¡Qué duro es divertirse!, Soy mujer ¿y qué? o No a la regla.
Aunque la televisión le ha aportado grandes experiencias como La Caja, Del lado del Verano o Mujeres, a día de hoy se decanta por el humor: «Es verdad que me encanta el trabajo en el cine, pero la comedia la echaría muy en falta. Sin el cine puedo vivir, hace un montón que no hago películas y no me pongo triste». Sin embargo, admite que el humor no está pasando su mejor momento. «Los cómicos lo estamos pasando francamente mal porque salimos al escenario pensando en no hacer daño. La comedia es todo lo contrario pero la gente se siente dañada. Todo está lleno de colectivos, yo no quiero hundir a nadie», dice. Aun así, Lorena es la primera que se pone límites, puesto que su intención nunca es hacer daño y si hay algo que puede molestar al público prefiere ahorrárselo.
«Te cuento el drama, pero te lo cuento en clave de humor»
Su propósito cada vez que sube al escenario no es solo hacer reír, sino respetarse. «Al principio me falté mucho el respeto, me reí de cosas que no tenía por qué hacerlo, ridiculizaba aspectos de mi personalidad», reflexiona la monologuista. Le encantaría llevar la vida con la misma gracia que lo hace en cada espectáculo. Sin embargo, trata de tomarse la vida de la mejor forma posible, aunque a veces le es inevitable enfadarse. «Si viene mi novio y me dice te dejo por otra pues no me voy a descojonar, me voy a hundir como todo el mundo», subraya.
Para Petite, actuar en directo es lo que le ayuda a avanzar, dado que escuchar la risa del público le relaja y le hace trabajar con destreza debido a que, en su opinión, que el público se ría «es como una vaselina para el espectáculo». Tanto es así que, en ocasiones, ella tampoco puede controlar sus propias carcajadas, un acto que disfruta, ya que, tal y como describe «todo eso es bueno, forma parte de la comedia».
Como artista y mujer, Lorena se ha encontrado con problemas en el camino, teniendo que escuchar comentarios que la discriminan por su género: «Las mujeres no son graciosas, no quiero cómicas». Así, no le han dado la oportunidad de demostrar su talento en algunos momentos. Lo importante es que esto no ha podido con ella, sino que la anima a seguir luchando. «Lo que nos queda es seguir para delante, nos queda seguir trabajando, tratar de hacer oídos sordos», alienta a todas las mujeres.
Aunque vivir fuera de Canarias podría proporcionarle un triunfo mayor a nivel nacional, ella siente que ya ha logrado su objetivo. «Llevo un tiempo centrada en vivir de mi trabajo, y lo he conseguido, me siento una mujer exitosa por ello», explica. Además, añade que el éxito es diferente para cada persona. Por lo tanto, vivir en las Islas para ella no es un impedimento.