¿Qué sería de las fiestas populares sin música, sin melodías y sin unos acordes que animen a la gente a disfrutar de una bonita celebración? Es difícil imaginarse una festividad cualquiera sin que haya música de por medio. Son muchas las bandas o agrupaciones que amenizan las esperadas noches de fiesta con una oferta musical que resulta amplia y para todos los gustos. En una mezcla de folclore y una tradición reinventada podemos encontrar a las tunas o la estudiantina.
Jorge Dehesa, estudiante del Grado de Administración y Dirección de Empresas y miembro de la Tuna de Medicina de la Universidad de La Laguna, asegura que la tuna es «un sentimiento» y que los miembros que la conforman son muy diferentes, a cada cual más extravagante y eso es lo que la hace especial. Asimismo, manifiesta que su pasión tiene como objetivo hacer disfrutar a las personas a través de la música y el baile. «Hay momentos en los que estamos tocando y la reacción del público hace que se me pongan los pelos de punta», declara.
José Ángel Torres, médico especialista en anestesiología, opina que la valoración de la tuna en Tenerife es bastante buena. Cada vez son más las personas que los llaman para amenizar un bautizo, una boda, una comunión o incluso cumpleaños y despedidas de soltero. Además, comenta que la presencia de personas jóvenes en la tuna hace que deje de verse como algo arcaico. «Nosotros, sin dejar atrás las tradiciones, hemos añadido a nuestro repertorio canciones modernas y de actualidad. Por eso, actualmente nos puedes escuchar cantando desde reggaeton hasta canciones del Kanka», expone el miembro de la Tuna de Medicina.
Historia del origen de la tuna
El origen de la tuna, una tradición centenaria y particular de España, se remonta a finales del siglo XIX. Surgió como iniciativa de numerosos grupos de estudiantes universitarios peninsulares que, alegres y bohemios, cantaban y viajaban gracias a sus habilidades. Asimismo, también se habla de un origen más primario que se refería a correr la tuna, cuando el estudiantado tenía que volver a sus pueblos desde la Universidad y pasaban por determinados lugares como tabernas para cantar y así conseguir alimento a cambio. Esta tradición llegó a Latinoamérica en el siglo XIX y se extendió por múltiples universidades en el continente.
Silvio Pelizzolo comenta la importancia que tiene, en el ámbito nacional, la Tuna de Medicina de La Universidad de La Laguna. Su origen se remonta a 50 años atrás, donde un grupo de estudiantes empiezan a crear de la nada una agrupación musical basada en las antiguas estudiantinas para ir barrio por barrio con sus canciones. Como miembro de la misma asegura que «pocas tradiciones sienten la tuna como lo vive la de Medicina pues, si bien estuvo parada durante un tiempo, hoy podemos decir con orgullo que todo eso quedó atrás».
Las mujeres también forman parte de la tuna
El fenómeno tunero ha estado asociado la mayoría de las veces a un arte llevado por hombres. Sin embargo, no podemos obviar la presencia de las tunas formadas por mujeres. Las andaduras de la Tuna del Distrito de la Universidad de La Laguna comenzaron en el año 1992, siendo novata del resto de Tunas del Distrito hasta el 16 de diciembre de 1993, momento en el que recibió sus aguas bautismales en la capilla central de la Universidad, actuando como padrinos la Tuna de Derecho y la Tuna de Aparejadores.
Carla Santana, estudiante del grado de Psicología, asegura que la tuna es algo que te atrapa desde el primer momento que escuchas uno de sus cánticos. Ella misma entró a formar parte del grupo femenino de forma inesperada al unirse en un baile de magos en una parranda. Además, declara que de eso ya hace más de diez años y que gracias a la tuna «no solo ha pasado por la Universidad para estudiar la carrera, sino que la Universidad ha pasado por ella para formar parte de su historia».
Por otra parte, Myriam González, estudiante de Administración y Dirección de Empresas, comenta que se siente muy orgullosa de que su tuna no haya sido desprestigiada nunca por el simple hecho de ser mujeres. «Si bien es cierto que hay personas y algunas tunas que no lo aprueban, nuestro trabajo se ha valorado y premiado tanto como cualquier tuna», afirma la universitaria.
Las entrevistadas animan a todas las personas a asistir a uno de los eventos que suelen organizar o participar para que así conozcan el verdadero corazón de la tuna. «No solo hemos actuado en Canarias o España, sino en países como México, Francia, Inglaterra, Holanda o Bélgica y para nosotras cada lugar al que vamos y cada evento que vivimos es muy especial, no podría elegir entre tantas experiencias», concluyen.