La Universidad de La Laguna ya tiene listo el Plan de Organización Docente (POD) del curso 2020/21. Se trata del documento que regula cómo se impartirá la actividad académica el próximo año, qué tipo de grupos se conformarán, cómo se contabilizan las horas de cada asignatura, las tutorías, el orden de prelación para escoger materia y los casos de reducción de carga docente, entre otros asuntos. El documento, a falta de que sea aprobado por Consejo de Gobierno, ya cuenta con el visto bueno de los órganos de representación sindicales, esto es, la Junta de Personal Docente e Investigador y el Comité de Empresa del Personal Docente e Investigador Laboral.
Los presidentes de ambos órganos, Luis Cabrera y Esther Torrado, respectivamente, valoraron el documento final al que se ha llegado, y el alto nivel de consenso habido en las negociaciones.
El documento, liderado por el Vicerrectorado de Personal Docente e Investigador, y con apoyo de otros vicerrectorados, recoge importantes mejoras contempladas por todas las partes. Así, se produce un mayor reconocimiento del profesorado en función del tamaño de los grupos donde imparte docencia, como también se tiene más en cuenta el propio perfil investigador de los docentes.
Es igualmente reseñable la incorporación de figuras contractuales procedentes de programas de captación de talento como los Ramón y Cajal, Viera y Clavijo, Beatriz de Galindo y Juan de la Cierva, así como la mayor importancia y reconocimiento que se otorga a la enseñanza impartida en otro idioma.
Mayor estabilidad en la docencia
El nuevo POD también da cuenta de otras medidas encaminadas a ofrecer mayor estabilidad en la docencia, de tal modo que el profesorado pueda impartir la misma asignatura más de un año académico, lo que a juicio de todos redunda en su mayor calidad.
Con todo, la principal fortaleza del texto viene por los tiempos en que ha sido diseñado, de tal modo que está previsto, adelantó la vicerrectora Rocío Peña, que a mediados de mayo todas las asignaturas del próximo curso ya estén cargadas en el programa docente y elaboradas las respectivas guías de las materias. «Con ello conseguimos que el profesorado, a final de curso, se centre en atender correctamente el final de su docencia, evaluar con calma a su alumnado y asistir a los congresos de su especialización, que suelen ser en el mes de julio, sin que ninguno de estos aspectos se vea diezmado», apuntó.
A este documento se le añadirá en breve las directrices de planificación y provisión de plazas, todavía en fase de negociación, con el propósito de que la ULL pueda priorizar las necesidades docentes que tiene que cubrir para afrontar el servicio que se prestará al alumnado del próximo curso en las mejores condiciones posibles.