Eusebio Ledesma Pérez, puntal del Maxorata, equipo de lucha canaria de Fuerteventura, sigue con su preparación física pese a que la temporada ya se ha dado por finalizada. Actualmente, compagina sus estudios en el Grado de Fisioterapia de la ULL con su actividad deportiva. En febrero se proclamó campeón de la Liga de Fuerteventura de lucha canaria por segunda vez consecutiva. Además, en 2017 ganó el Campeonato Mundial para Extranjeros de lucha Ssireum. Espera poder volver a la competición la próxima temporada pero lo ve difícil.
¿Sigues alguna rutina de entrenamiento para mantener la forma física? «Sí. Durante toda la cuarentena he seguido en contacto con mi preparador físico que me ha marcado la rutina de entrenamientos. La verdad, ha ido mejor de lo que me esperaba, ya que he podido hacer entrenos de alta intensidad con las cosas que tenía en casa y eso me ha servido como terapia anti-estrés durante el confinamiento».
¿Cómo te ha afectado la suspensión de la competición tan solo un mes después de haber ganado la Liga de Fuerteventura? «Evidentemente me ha dejado triste, pero era algo que sabía que iba a ocurrir sí o sí.
La lucha, a diferencia de otros deportes, necesita hacerse con público, ya que nosotros apenas tenemos ingresos televisivos y la mayoría de los gastos de los clubes se pagan con las taquillas. Lo único que deseo es que podamos empezar la nueva temporada antes de 2021, aunque a día de hoy es difícil pensar que podrá ser así».
¿Cómo compaginas la lucha canaria con tus estudios universitarios? «Con bastante sacrificio y organización. Tengo el hándicap de que lucho fuera de Tenerife y eso hace que pase los fines de semana prácticamente fuera de casa. Por ello, entre semana tengo organizar mi tiempo para poder estudiar, entrenar al máximo y tener vida social. Hay días en los que se hace difícil, pero es algo por lo que hay que pasar, ya que mi cuerpo no estará para competir eternamente y tener una carrera universitaria me ayudará a tener un buen empleo cuando me tenga que retirar».
Nobleza y la empatía con el rival
¿A qué edad empezaste a luchar? «Empecé con 4 años. Toda mi familia, tanto por parte paterna como materna, es de luchadores y eso ha hecho que esté ligado a un campo de lucha desde que nací. La verdad que me siento afortunado de que fuera así porque es un deporte que me encanta y me ha permitido incluso viajar a otras partes del mundo a competir».
¿Qué valores te ha enseñado la lucha canaria? «Prácticamente todos. Nuestro deporte se caracteriza principalmente por su nobleza. Es de los pocos deportes donde antes de celebrar un triunfo se levanta y consuela al contrario, el cual siempre te felicita por tu victoria. Eso hace que desde pequeño desarrolles una gran empatía y, a mí parecer, nos ayuda a crecer muchísimo como personas».
¿Cuál es el mejor y el peor momento que has vivido compitiendo? «Los mejores momentos han sido todos y cada uno de los títulos que he ganado. Suponen la recompensa de todo el trabajo que has hecho durante la temporada y esa sensación no se olvida jamás. El peor, sin duda alguna, fue cuando me rompí el ligamento cruzado anterior y tuve que estar parado durante nueve meses. Fue una experiencia horrible, pero eso me ayudó a comprender que no estamos hechos de hierro y que debemos disfrutar cada momento en el que competimos porque cuando no lo tienes lo echas mucho de menos».
Una seña importante de la identidad de Canarias
¿Crees que el progreso de la lucha canaria es sinónimo de conservación de nuestra cultura? «Evidentemente. Para mí la lucha es una seña muy importante de la identidad de Canarias y muchas veces me frustra ver que la gente no la valora como tal. Respeto que haya canarios a los que no les guste el deporte, pero me parece mal que nuestras instituciones no nos den el apoyo que necesitamos para difundir la lucha entre quienes nunca han tenido ningún contacto con ella. Hace unos años ni se nos mencionaba en la Televisión Canaria«.
¿Cuál es el siguiente paso que tiene que dar la lucha canaria? «Últimamente estamos consiguiendo mejorar las cosas: se ha conseguido que los terreros vuelvan a estar llenos, las instituciones están apoyando y estamos consiguiendo llegar a los colegios, la parte más importante. El reto que nos queda por delante es lograr que la lucha vuelva a introducirse en las grandes capitales de nuestra islas, Santa Cruz y Las Palmas, donde, por desgracia, nuestro deporte ha quedado relegado a un plano secundario, por no decir terciario».
«Nuestra referencia debe ser la lucha Ssireum, que ha logrado que sus luchadores sean profesionales»
¿Crees que en el futuro se podría llegar a vivir de la lucha canaria? «Es un tema muy complicado. Para lograr esto, la lucha tendría que profesionalizarse y es muy complicado profesionalizar un deporte autóctono. Sin embargo, no es un reto al que renunciamos, ya que nuestro mayor referente, la lucha Ssireum de Corea del Sur, ha conseguido que sus luchadores sean considerados profesionales y el gobierno coreano presta un gran apoyo para preservar esta práctica y que la sociedad la valore. Todo depende de que nosotros como luchadores sigamos ofreciendo un buen espectáculo y el pueblo canario nos siga apoyando».
¿Cuáles son tus metas y planes con tu equipo en el futuro? «He tenido la suerte de que desde muy joven he podido ganar títulos. He ganado títulos en todas las categorías, tanto a nivel individual como colectivo. No obstante, me quedan tareas pendientes. En lucha canaria me queda el reto personal de lograr ganar la Liga de Canarias de Primera Categoría siendo el puntal de un equipo».
¿Cuáles son tus objetivos individuales en otros deportes de lucha? «En lucha Ssireum me encantaría lograr alzarme como Campeón Mundial Absoluto. Tuve la suerte de ganar en 2017 el Campeonato Mundial para Extranjeros, en el cual compiten luchadores de todo el mundo que no hayan nacido en Corea del Sur. Sería un auténtico privilegio conseguir ese doblete. Y, por último, tengo la intención de practicar otras disciplinas y ver hasta donde soy capaz de llegar. Principalmente me atrae la lucha libre, aunque tampoco descarto el judo».