Una reflexión sobre la historia del terrorismo de ETA en un relato policíaco de ritmo ascendente: así es Nunca fuimos héroes, la octava novela del exsecretario de Cultura, Fernando Benzo, un trepidante y emotivo thriller acerca del terrorismo etarra. La obra, que contiene muchos elementos de novela negra, homenajea a policías y guardias civiles que dedicaron su carrera a protegernos a todos de la amenaza del terrorismo etarra.
El autor relata los años más duros de ETA, porque no solo se ha dedicado a la política cultural, sino que fue durante cinco años director gerente de la Fundación de Víctimas del Terrorismo y además ocupó diversos cargos en el Ministerio del Interior entre 1996 y 2001. De esta última etapa, escribió junto al entonces director del Gabinete del ministro del Interior, Pedro Gómez de la Serna, un ensayo sobre la lucha policial frente al terrorismo. Una obra de contenido sensible que nunca vio la luz, pero que hizo, años después, que Benzo, actual consejero delegado de Madrid Destino, se atreviera a embarcarse en esta aventura.
Por eso, en Nunca fuimos héroes se marcó un objetivo, «ser capaz de escribir un thriller que divirtiera y entretuviera en torno a un asunto tan delicado como el terrorismo etarra y, a la vez, mostrar algunos aspectos poco conocidos de la lucha antiterrorista». Así habla el autor de su nuevo libro, donde retoma nuestro pasado reciente para abordar, desde la ficción, la situación que vivimos con ETA y el trabajo de los agentes que lucharon para desarticular a la banda armada.
«Es bueno que superemos pudores absurdos y que nos atrevamos a escribir obras de ficción basadas en nuestro propio pasado»
Tal vez para algunos sea todavía un tema tabú. En cambio, Benzo considera que «ahora es un buen momento para empezar a contar lo que ocurrió en nuestro país». «Han pasado ya algunos años desde el fin de la banda y eso da la serenidad necesaria para contar esta historia», además insiste en que «es importante que entre todos y desde todas esas perspectivas construyamos y fijemos el relato correcto de lo que pasó, antes de que sean otros, con otras intenciones, quienes lo hagan». Pese a esto, el escritor confiesa que al principio le daba «un poco de pudor creativo» escribir una novela con el trasfondo del terrorismo de ETA.
Nunca fuimos héroes narra la historia de Gabo, un excomisario de policía que tiene que averiguar para qué ha vuelto a España desde Colombia un antiguo jefe de la banda terrorista ETA al que nunca logró detener. Además, el relato hace un recorrido por la historia de la lucha policial contra el terrorismo a través de la vida de estos dos personajes.
Novelar hechos tan terribles y dolorosos puede malinterpretarse como frivolizarlos. Pero el autor tiene claro que no es así: «A veces la ficción es la mejor forma de mostrar la realidad». Admite que su libro no puede estar «más lejos del ensayo» pero, al mismo tiempo, «tiene un trasfondo profundo de realidad».
«No ha sido una novela sencilla de escribir»
De hecho, uno de sus objetivos con esta obra, a parte de enganchar a los lectores, era «rendir un homenaje y poner en primer plano a héroes que no conocemos suficiente y nunca hemos reconocido como merecen la labor de generaciones de policías y guardias civiles que se dedicaron a protegernos a todos frente al terrorismo con un enorme sacrificio». De ahí partió la idea de escribir Nunca fuimos héroes.
Sorprendentemente, las siglas ETA no aparecen ni una sola vez a lo largo de la novela. «Es una cuestión de técnica literaria, sobre todo. Yo quería que el narrador usara un lenguaje cercano al que usan los propios policías y estos suelen referirse a ETA y los etarras como la banda y los malos». También es una forma de «dejar claro que en esta novela hay buenos y malos y que el narrador, inevitablemente, está del lado de los buenos».
Aún no ha decidido cuál será su próxima historia, pues prefiere centrarse en el crecimiento de su nueva obra, a la que por cierto, no le importaría nada ver adaptada al cine. «Me encantaría que alguien quisiera llevar esta historia a la pantalla», afirma Benzo.