Los productos farmacéuticos actuales para combatir los efectos negativos de la menopausia están destinados, en su mayoría, a los síntomas más comunes como los sofocos. En este sentido, la doctora en Ciencias Fisiológicas Catalina Valdés Baizabal está desarrollando una formulación dirigida a mujeres en edad perimenopáusica, a partir de los 45 años, para prevenir los trastornos asociados al sistema nervioso como los cambios en el estado de ánimo, la depresión, el insomnio, la falta de memoria o el deterioro cognitivo.
Su proyecto, Desarrollo y comercialización de neuronutracéuticos específicos para la menopausia, forma parte del programa Agustín de Betancourt y se lleva a cabo en el laboratorio de Señalización Celular en Enfermedades Neurodegenerativas de la Universidad de La Laguna (ULL).
La menopausia, proceso en el que cesa la aparición de la menstruación, está causada por la disminución de estrógenos. Un cambio hormonal que provoca una serie de síntomas que pueden manifestarse con distinta intensidad o, incluso, no llegar a aparecer. «Los estudios demuestran que es una etapa predisponente de enfermedades neurodegenerativas, en un caso extremo, y deterioros cognitivos en casos menos severos», destaca Valdés.
Es importante saber que todos los síntomas propios de la etapa del climaterio, es decir, la etapa de transición hacia la menopausia, se pueden prevenir. Lo ideal es que no se vea afectada la calidad de vida de una mujer una vez que empieza el periodo perimenopáusico. Por esta razón, es fundamental consultar tempranamente e ir aminorando los síntomas con los tratamientos adecuados.
Investigación en tiempos de pandemia
Como en todas las actividades humanas, la pandemia provocada por la Covid-19 también ha incidido en la investigación científica. Las convocatorias para obtener financiación tuvieron que aplazarse y el personal investigador obtuvo los recursos un poco más tarde de lo esperado. A pesar de las dificultades, el neuronutracéutico está en proceso de validación y la doctora está convencida de su efectividad para poder comenzar con un ensayo clínico en mujeres.
Valdés se muestra comprensible con la situación y asimila que el proceso va a ser más lento por todo el despliegue de medidas que se están tomando para combatir la pandemia. «Quizás el estudio lleve más tiempo de lo que planteamos inicialmente», sentencia la doctora.