Mujeres y menores se suman a las protestas migratorias en Tenerife

Solidaridad

Las protestas migratorias, que llevan más de un mes aconteciendo en el Campamento de Las Raíces, se extienden al recurso que acoge a mujeres, familias y personas enfermas en Santa Cruz. Ayer lunes, 5 de abril, una cuarentena de migrantes salió a manifestarse a las puertas del centro, con el apoyo de un grupo de residentes de Tenerife. El establecimiento está situado en la antigua cárcel de la ciudad, y lo gestiona la Cruz Roja. Las consignas denuncian las malas condiciones del edificio y la deficiencia de la comida y la atención básica. La principal demanda es continuar su viaje a la Península y al resto de Europa, poniendo fin al bloqueo en las Islas.

Las personas alojadas en el recurso llevan hasta siete meses en el Archipiélago. Algunas de ellas manifiestan que la atención médica es casi nula, así como el seguimiento de los embarazos. También, explican que cada ocho personas comparten una habitación y no se siguen los protocolos sanitarios por la Covid-19. Asimismo, expresan que la mala calidad de la comida y el estado del inmueble contribuyen a empeorar las enfermedades. No obstante, hay quienes afirman comprender que la Cruz Roja es una ONG, y que hace cuanto está en su mano.

Abdou Rahmane, marido y padre de dos niños, cuenta que apenas comen. «Solemos apañarnos con el pan y la fruta porque lo demás no está bien», explica. Además, insiste en que hay varias mujeres con embarazos avanzados, así como menores y bebés con enfermedades que no están recibiendo tratamiento. Según dice, es una doctora voluntaria quien trata, como puede, a estas personas. Entre ellas se encuentra un hombre magrebí, con el vientre hinchado y los ojos amarillos debido a un trasplante de hígado reciente, y varias personas con una pierna enyesada desde hace meses.

Betty Gueye, de la Asamblea de Apoyo a Migrantes de Tenerife, afirma que «lo están pasando muy mal, yo no podría estar en esa situación». Gueye, natural de Senegal, lleva 18 años viviendo en Tenerife. Comenta en repetidas ocasiones su preocupación por el estado de menores, que «no crecen, son todo huesos», así como por la falta de medicamentos, que a menudo, dice, se suple con paracetamol.

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