«Los medios de comunicación no infundimos miedo, trasmitimos lo que dicen las autoridades e intentamos equilibrar»
Esta vez a Verónica Pavés no le ha tocado ser entrevistadora y se ha cambiado al puesto de entrevistada por un día. Entra al Campus Guajara, lugar donde inició sus estudios de Periodismo en la ULL diez años atrás. Se fue como graduada en 2015 y vuelve en 2021 como periodista científica encargada de hacer un reportaje. En la actualidad, Pavés trabaja en noticias de las áreas de Sanidad, Medioambiente y Ciencias en el periódico El Día. También es redactora en el medio Verde y Azul.
Su interés por el campo científico le viene desde la adolescencia. Cursó Bachillerato de Ciencias, pero decidió adentrarse en el mundo periodístico. Sus gustos iban más por el lado audiovisual, pero la asignatura de Periodismo Especializado le hizo cambiar de idea.
Una vez finalizada su carrera, Pavés decidió estudiar el máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia Tecnológica y el Medioambiente en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Tras ocupar puestos de community manager o como redactora en la TLP Tenerife, aterrizó en la redacción de El Día.
Una persona que es periodista científica tiene la importante labor de adaptar los contenidos científicos a un lenguaje medio para que sea entendible por la gente. «Somos el eslabón que hay entre la ciencia y la ciudadanía», describe Pavés. Además, alega que la gente que se especializa en ciencias es un elemento clave en la comunidad científica, aunque no siempre es valorada.
«También trasmitimos el porqué de la ciencia y cómo influye a la ciudadanía», alega la periodista. El explicarle a la gente qué es lo que hace la comunidad científica puede ser beneficiario para ambas partes. Explica que las personas entienden la ciencia y le exigen a los políticos que se invierta más en el ámbito científico, lo cual produce un mayor avance de la sociedad.
Pavés es de la idea de que una buena ciudadanía es aquella que está informada sobre todo aquello que la rodea. También apunta que a la gente le suele gustar todo aquello que está bien explicado, sin importar el tema que sea, razón de más para valorar la labor del periodista que se especializa y, en especial, quienes se centran en la ciencia.
«Quizás los medios nos equivocamos en dar datos en lugar de interpretarlos»
El creciente miedo y confusión de la población en relación con las vacunas es un elemento importante a considerar. A veces, por redes sociales, se culpa a los medios de comunicación por infundir esta aversión. La periodista Pavés difiere: «¿Cómo le explicas a la población, sin generar caos, que se para la vacunación porque entre 6,8 millones de personas se dan 6 coágulos? Trasmitimos lo que dice la comisión europea e intentamos calmar».
Recalca en varias ocasiones que algunos medios le han dado un buen tratamiento a la información sanitaria relacionada con la Covid-19 durante todo este último año. Destaca, entre otros, la labor llevada a cabo por El País, El Mundo y La Razón.
Por otra parte, considera que hay otras redacciones, sobre todo a nivel provincial, que tuvieron que hacer frente a datos científicos sin tener una formación previa, lo cual desembocó en una mala gestión de informaciones. No obstante, subraya que «hay que romper una lanza a favor de los gabinetes de prensa que intentaron mediar y ofrecer ayuda a estos medios».
«Durante el confinamiento tuve que valorar de qué informaba para no sembrar alarmismo»
La persona que trabaja como periodista científica se enfrenta a varios retos. Pavés explica que los titulares de las informaciones puede que sea lo más difícil de su profesión. Alega que la comunidad científica se queja de que los títulos son muy simples y que no reflejan la realidad. «Pero es que, por definición, tenemos que hacer las cosas más sencillas», sentencia.
Añade que durante el confinamiento tuvo numerosas adversidades. Ansiedad, bulos e informaciones que la «superaban en tamaño» por su complejidad, pero que logró sacar adelante. Añade que hubo momentos en los que tuvo que valorar de qué informaba para no sembrar alarmismo en la sociedad de forma innecesaria.