Lo abstracto e indefinido cobra forma para invitar a la reflexión. ¿Qué es la risa? ¿Es una simple mueca o es una necesidad? ¿Es posible que surja, incluso, en tiempos duros? Estas son algunas de las interrogantes expuestas por el elenco de nueve artistas que integran la exposición ¡Jajaja! Risa Rara. La iniciativa está a cargo de la sección de Cultura del Gobierno de Canarias. Se inauguró el pasado 9 de abril en la Sala de Arte Contemporáneo de Santa Cruz de Tenerife y estará disponible hasta el 4 de junio.
La Muestra plantea el papel que juega el humor desde la crisis económica del 2008, hasta la social y sanitaria ocasionada por la Covid-19. La frialdad y la sobriedad humorística caracterizan a la obra que se puede visitar de manera gratuita. Moneiba Lemes y José Otero organizan el evento. Reúnen las creaciones de: Aïda Gómez, Alby Álamo, Cristina Maya, Diego Vites, Fernando Epelde & Usted, Gal.la Uriol Jané, David Pantaleón y María León.
La colección proyecta una nueva narrativa que se aleja de la idea inicial. Así, en lugar de presentar un trabajo cercano que cause carcajadas directamente, se visiona una obra fría marcada por el curso de los acontecimientos. Los encuentros previos y las reuniones de apertura eran símbolos propios de la vida artística antes de la pandemia. Además, se ha perdido el concepto de open studio, fiestas organizadas por los diseñadores en sus propios espacios.
La desacralización del arte
Se deja claro que, a pesar de las circunstancias, no hay tiempo para lamentarse, sino para darle cuerpo a la hilaridad característica de esta época. De este modo, la desacralización del arte es uno de los puntos llamativos de la muestra. Destaca Aïda Gómez, una artista urbana que entrevista al Drago Milenario ironizando sobre la identidad canaria: ¿Cuál es tu sonido favorito? ¿Qué te hace feliz? ¿Echas de menos a alguna especie?
Parte de las preguntas que Aïda Gómez le realiza al Drago Milenario. Foto: PULL
Por su parte, Cristina Maya, arquitecta y con estudios en disciplinas escénicas, presenta Forma Pura. A través de un cheque gourmet, simboliza los 400 euros recibidos por los honorarios de su trabajo. La pieza es una cantidad abstracta transformada en mercancía. «Es la obra en sí misma, no lo que cuesta», explica la autora. Así pues, se alza como una mofa al mercado del arte y su filosofía del todo vale desde el momento que ocupa una sala. Se hace mención a la cita del filósofo Mijaíl Bajtín: «El humor es el arma que tenemos los pobres para reírnos del poder».
La relación de la obra y el valor económico no es de equivalencia en dinero. Foto: PULL