Ingeniería Agrícola y del Medio Rura de la Universidad de La Laguna ha recuperado un jardín de plantas autóctonas que alberga más de cien especies botánicas. Fue creado por el profesor de la Escuela ya jubilado, Eduardo Barquín, quien junto a otros colaboradores del Centro ideó este pequeño enclave a principios de los años noventa. Este espacio ha pasado por diferentes fases de desarrollo hasta convertirse en un importante núcleo de biodiversidad que, además, se utiliza para el estudio y la experimentación con fines ornamentales y apoyo a la docencia mediante un seminario/taller sobre el uso de flora autóctona con fines ornamentales.
El alumnado de la asignatura Jardinería y Paisajismo, que imparte la profesora del Departamento de Ingeniería Agraria, Náutica, Civil y Marítima María Candelaria Batista, realiza prácticas en el jardín como toma de contacto con las especies que allí se encuentran. En la misma materia, el colaborador y técnico de jardinería de la Universidad de La Laguna, José María González Arruti, imparte un taller sobre del potencial ornamental de esta flora, ofreciendo pautas de gestión adecuadas para no provocar problemas medioambientales.
Este curso formativo consta de una parte teórica en el aula y otra práctica en la que, organizados por grupos, las personas inscritas realizan diferentes tareas: búsqueda de información sobre especies determinadas, selección de plantas adecuadas para proyectos concretos, reconocimiento de especies en el jardín, señalización de plantas con letreros informativos, la composición y diseño con especies autóctonas y el replanteo, manejo y plantación de ejemplares.
Trabajos de jardinería
Al margen de estas tareas directamente relacionadas con la flora nativa, el alumnado también ejecuta otros trabajos generales de jardinería, tales como el levantamiento de pequeñas construcciones como muretes, escaleras, borduras o rocallas, acondicionando el terreno y eliminando plantas adventicias, nivelando o realizando entrecavas y colocación de protectores a las nuevas plantas, trasplante de ejemplares y distribución de acolchados vegetales.
Los trabajos se realizan desde la sostenibilidad a través de materiales de proximidad y con una adecuada gestión de los restos orgánicos producidos. González comenta que «no se utilizan pesticidas ni fertilizantes de síntesis ya que no son necesarios, debido a que, con el tiempo, se ha logrado un incremento de la fertilidad del suelo y un control natural de plagas por predadores naturales».
Este enclave se consolidó en 2013 cuando, por iniciativa del personal de administración y servicios de Jardinería, se recuperó el espacio degradado que ocupaba un antiguo jardín de plantas canarias. Entre 2014 y 2015 se realizaron las primeras prácticas de reconocimiento, replanteo y plantación de especies autóctonas por el alumnado de la asignatura Jardinería y Paisajismo y también se zonificó agrupando las especies por su afinidad ecológica. A partir de 2016 se acordó dar a este enclave una mayor trascendencia, momento en el cual se afianzó el seminario.
Lagarto tizón y lisa de Tenerife
Entre las especies botánicas más relevantes del jardín se encuentran el oro de risco (Anagyris latifolia), un vistoso arbusto endémico de vistosa floración invernal de color amarillo actualmente catalogado en peligro de extinción, la siempreviva de hojas grandes (Limonium macrophyllum) con espectaculares inflorescencias azul violeta durante buena parte del año o la servilleta de mar (Astydamia latifolia), especie de gran interés para jardines cerca del medio marino.
La fauna es un valor añadido y en ella destacan vertebrados como el lagarto tizón (Gallotia galloti) y la lisa de Tenerife (Chalcides viridanus). Además, es fácil avistar aves como cernícalos, perdices morunas, capirotes, canarios, verdecillos, alpispas, petirrojos, herrerillos… Algunas llegan a nidificar en los árboles y arbustos del jardín, como el mosquitero o el mirlo. Entre los invertebrados destaca la presencia del limaco gigante de Tenerife (Drusia tenerifensis), un endemismo local de La Laguna, que figura como en peligro de extinción en el Catálogo Canario de Especies Protegidas.
Para fomentar el uso de la flora canaria en jardinería siguiendo unas correctas pautas de gestión ambiental, en este proyecto no se cultivan especies endémicas de otras islas e incluso se han eliminado las existentes. Tampoco se manejan endemismos locales de carácter hibridógeno ajenos a la ubicación del jardín. Las plantas producidas en el vivero son para el autoabastecimiento y, en ningún caso, se comercializan ni ceden a empresas o particulares o se plantan fuera del jardín.