La Facultad de Filología acogió, este viernes 31 de marzo, un debate que se enmarca dentro de las I Jornadas sobre el teatro universitario y amateur. ¿Qué es lo profesional y qué es lo aficionado dentro de esta disciplina? o ¿Cuánto de importante son los teatros académicos en el desarrollo de un profesional?, fueron algunas de las preguntas que se dejaron entrever en la pequeña introducción ofrecida por el profesor José Antonio Ramos Arteaga , que dio comienzo a la mesa redonda entre cuatro profesionales en distintos ámbitos de las artes escénicas.
Alberto Rizzo, miembro de la Federación Española de Teatro Universitario, comenzó hablando acerca de lo significativa que son las palabras en el teatro. Mencionó la importancia y los beneficios que tiene esta especialidad en un estudiante ya que, “pueden suplir varios aspectos de la vida académica como el saber hablar en público y trabajar en equipo”. Rizzo, también comentó acerca de la diferencia que existe en la interpretación universitaria y en la amateur debido a que la primera está abierta a mucha más gente. Además, sorprendió a los presentes distinguiendo tres tipos de teatro en nuestra sociedad como son el profesional, el independiente y el del día a día. Terminó su turno hablando de su Federación que lucha por crear una red y una estructura solidaria con el objetivo de hacer el el arte del escenario pequeño para más personas.
La siguiente intervención la protagonizó el actor Miguel Ángel Batista que contó acerca de los comienzos de su carrera, ya desde muy joven. Batista, considera esta actividad muy importante, sobre todo, para dar a conocer los géneros. Durante su participación, destacó la necesidad de transmitir y ofrecer más información de las obras teatrales a los posibles espectadores para que así pudieran acudir con más asiduidad a verlas.
El debate continuó con el turno del director y dramaturgo, José Padilla, que compartió con todos los asistentes su historia de cómo empezó en este mundo del espectáculo. Padilla, mencionó las facilidades que disponía en su juventud para poder hacer lo que más le gustaba, el teatro. “Recuerdo que me apunté a unas clases por 30 euros al año. Algo que a día de hoy resulta imposible”. El ganador del ojo crítico en 2013, también hizo hincapié en la situación actual del Domingo Pérez Minik, teatro que actualmente se encuentra en desuso y del que solo quedan las cuatro paredes que lo conforman. “Ahora solo se le ve la cáscara de lo que fue, la imagen es desoladora. Es una situación provocada por la mínima inversión que realiza el Gobierno en el sector cultural», dijo Padilla.
Daniel Álvarez, director de la Escuela de Actores de Canarias, fue el último en hacer acto de presencia en el debate. Álvarez, habló acerca de lo importante que eran las universidades para el teatro en la época franquista, debido a que «era el lugar en donde podías desconectar y comenzar a tener un pensamiento crítico que te hiciera ver con otros ojos la realidad que te rodea». El director subrayó la necesidad y lo fundamental que resulta la interpretación aficionada y amateur para todos aquellos que desearan dedicarse a ese mundo. «Ningún tipo de teatro es comparable”, finalizó el ponente.