La modalidad online de la enseñanza superior fue fundamental para poder continuar con el curso académico tras la interrupción de la Covid-19. Sin embargo, esta transformación preocupó a los investigadores de la ULL David López y Pedro Ricardo Álvarez por las posibles dificultades que tendría el alumnado en el seguimiento de sus estudios. Es por ello por lo que crearon un modelo predictivo, publicado en la Revista Complutense de Educación, que demuestra cómo una ineficiente e improvisada adaptación puede suponer un riesgo de abandono universitario.
Con el objeto de validar esta teoría, López y Álvarez realizaron un estudio de una muestra de 397 estudiantes de diferentes grados de la Universidad de La Laguna, de los que un 29,89 % eran hombres y el 70,11 % eran mujeres. El grupo seleccionado tuvo que completar un cuestionario en el que se les hicieron preguntas respecto a su satisfacción con el proceso de las clases virtuales, el agotamiento emocional, sus propias creencias y expectativas sobre su rendimiento académico, y finalmente, sobre la posibilidad de replantearse la continuidad de sus estudios.
Aprender a aprender
Entre los resultados, uno de los datos más llamativos fue que un gran número de estudiantes estaba de acuerdo con que sentían estrés por el volumen de trabajo y que, incluso, este agobio había afectado en su estado emocional y en su nivel de frustración en lo que respecta a sus estudios. Además, ante estas respuestas, los investigadores hicieron hincapié en que «el efecto se está dejando sentir en estudiantes que ya tenían dificultades, pero también en el alumnado brillante».
La solución que ambos expertos proponen es asesorar y formar al estudiantado para que aprenda a adaptarse a la modalidad online con éxito, a aumentar y mantener la confianza en sus propias capacidades de aprendizaje y a gestionar sus emociones. Sin embargo, para lograr este objetivo, es necesario un trabajo preventivo y un gran compromiso por parte de las instituciones académicas, ya que como afirman López y Álvarez, «una actitud de afrontamiento proactivo, de compromiso efectivo y de implicación intensa puede ser clave para hacer frente a los retos y desafíos a los que se enfrenta el alumnado en sus trayectorias formativas».