«Que el estudiantado sea protagonista me hace indagar en metodologías más activas»
A Antonio Gómez Rijo se le podría definir como un docente del siglo XXI: con una gran inquietud por innovar, su vocación le lleva a buscar formas más eficientes para que el alumnado no solo aprenda, sino que disfrute durante sus clases. Esa ha sido su principal motivación desde que decidió dedicarse a la educación, lo que sumado a su larga experiencia como profesor de Infantil, Primaria, Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato, hace que su ejercicio como docente en el Grado de Magisterio en Educación Primaria de la ULL, sea toda una fuente de inspiración para sus estudiantes, cuya labor le han reconocido, nominándole al premio de Mejor Docente de España, en la categoría universitaria, que concede la Fundación Abanca y la Plataforma Educa.
El trasfondo de esta distinción es que son los propios alumnos y alumnas los que proponen las candidaturas, aunque solo 10 de cada ciclo estudiantil, entendiéndose como diferentes clasificaciones, serán finalistas a obtener el galardón. «Siempre este tipo de carreras son bastante vocacionales, no esperas el reconocimiento de los demás», comenta Gómez. «Pero, el hecho de que el alumnado me haya nominado, y que les haya gustado mi forma de dar clase, me anima a seguir trabajando en la línea en la que lo hago».
Aprender bajo un clima de diversión en el aula es para él, la premisa esencial por la que cree que sus estudiantes están contentos con su trabajo. Además, en contraposición a la expectativa que se suele tener en la etapa universitaria, el caso de Gómez es un ejemplo perfecto de que esta revolución educativa también puede darse en las facultades: «A veces, la educación superior se entiende como un modelo de un profesorado productor de conocimientos y un alumnado en blanco que tiene que aprenderlo todo. Y yo no creo que eso sea así». En su lugar, él prefiere apostar por la actividad y participación del estudiantado, e incluso, por que sea éste el que diseñe actividades amenas y divertidas.
«La Educación Superior se entiende, a veces, como un modelo de producción de conocimientos. No creo que sea así»
Su método de trabajo se podría decir que es híbrido: combina técnicas como el aprendizaje cooperativo, el aula invertida, las habilidades de pensamiento y la gamificación. No obstante, más allá de las diferentes metodologías que puedan llevar a un docente al éxito, Gómez aclara que «primero, siempre hay que ponerse en el lugar del alumnado», y que es a partir de ahí, donde va a surgir el interés por la innovación y por la enseñanza lúdica. Además, añade que es importante ser conscientes de que estos conceptos no tienen por qué ir directamente relacionados con la tecnología, sino que los diferentes dispositivos y aplicaciones son herramientas que acompañan el trabajo del profesorado.
Por otra parte, el docente también procura rehuir la competitividad y las clasificaciones entre sus estudiantes. Por ejemplo, con técnicas como la gamificación, a pesar de que genera mucha motivación y que todavía se encuentra en investigación por su novedosa implementación en las aulas, asume que la colaboración y cooperación grupal debe ser recurrente en los diferentes retos, porque de esa manera, se pretende «evitar la dependencia a las actividades extrínsecas».
«Los sistemas educativos que suelen tener mejor rendimiento suelen darse en países que apuestan por la educación pública»
También trabaja con la autocalificación, donde es el alumnado el que puntúa su propio trabajo realizado durante el cuatrimestre. No obstante, a pesar del problema que a priori esta metodología podría suponer, Gómez cuenta bajo su experiencia que el 90 % del alumnado que trabaja con él, se autocalifica con una cifra inferior a la que les tenía asignada. «Eso demuestra que el estudiantado es honesto y responsable», afirma. Así, en lo que respecta a las correcciones, él confía más en el beneficio de los feedbacks cualitativos que en los cuantitativos, por lo que no es hasta el final de su asignatura, cuando revela a sus estudiantes la calificación final.
En cuanto a los presupuestos de nuestro país, en lo que respecta a las aulas, su opinión es clara: «Los sistemas educativos que suelen tener mejor rendimiento suelen ser países que apuestan mucho por la educación pública». No obstante, recuerda que no solo se trata de contar con equipo tecnológico o recursos innovadores para el alumnado, sino que también hay que perseguir el objetivo de tener un equipo de profesores muy bien formado, de reducir los grupos de enseñanza, y aumentar así, el énfasis en la educación a la diversidad.
«El feedback que recibo es el de un aprendizaje sin esfuerzo. Ese reconocimiento me gusta muchísimo»
«No creo que se trate de un problema de motivación estudiantil», comenta Gómez sobre la situación educativa de España, en comparación a otros países europeos. Confía en que se está produciendo una transformación en la enseñanza: los métodos tradicionales tienen cada vez menor cabida en las aulas, y en consecuencia, hay una mayor implicación por parte del alumnado gracias a estas metodologías de activación. «Yo creo que sería más una cuestión de políticas educativas que de prácticas educativas», opina el docente.
Es el soñado Pacto Educativo uno de los primeros pasos por el que Gómez cree que se puede conseguir una estabilidad real en nuestro país, tanto en lo que concierne al alumnado, a la propia enseñanza, a las administraciones, e incluso, a las propias familias. «Muchas veces estas leyes educativas son propaganda política: cambian las leyes y cambian los currículos, la forma de enseñar, lo que se evalúa… No ayuda al profesorado», añade.
Volviendo a las cuestiones que incumben al buen trabajo del docente y a su gran capacidad de innovación, no será hasta el mes de octubre cuando se publicará el listado de finalistas de la quinta edición de este premio a Mejor Docente de España. No obstante, para Gómez, ya el hecho de ser propuesto, supone todo un mérito y una satisfacción en su carrera profesional: «Me dicen que aprenden sin esfuerzo y eso es un reconocimiento que me ha gustado muchísimo».