La mesa redonda La Universidad, el futuro empieza aquí, bajo la organización de la Cátedra Cultural Pedro Bencomo, congregó este jueves, 24 de febrero, a expertos en Filosofía y Antropología con objeto de buscar respuesta a un porvenir incierto que afecta al alumnado y al profesorado por igual. Además, se trató de visualizar cuál fue el hecho fundamental para que las instituciones universitarias se convirtieran en un espacio de esparcimiento del conocimiento y de cuestionamiento reflexivo de la realidad. Por ello, los ponentes pusieron de relieve los riesgos que desestabilizan el poder transformador de la universidad, como la excesiva burocracia, la vulnerabilidad en el ciberespacio o la pérdida de su papel como ascensor social.
Gerardo Trujillo, profesor del ISTIC (Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias), moderó un debate en el que se definió la idiosincrasia de los centros de educación superior. De esta forma, los interventores basaron sus posiciones en teorías y postulados de autoría clásica, cuyas aportaciones resultan de vital importancia para la mejora de las universidades y la adaptación a los nuevos contextos tecnológicos y socioeconómicos.
Por otra parte, Ángel Sánchez Palencia, doctor en Filosofía, vislumbró la naturaleza que caracteriza a estas instituciones centenarias: la razón que se deja guiar por la evidencia y el afán por aprender de quienes nos precedieron. Asimismo, el experto de la Universidad Francisco de Vitoria advirtió del auge del totalitarismo ideológico en detrimento del raciocinio y la reflexión, lo cual conlleva el fomento de la incultura en el estudiantado egresado.
En consonancia, el vicerrector de Investigación, Transferencia y Campus Santa Cruz y Sur, Ernesto Pereda, enfatizó que la universidad atesora «la virtud de liderar a la sociedad con el ejemplo y tener la capacidad de solucionar conflictos solo a través del diálogo».
Como clausura al evento, los invitados intercambiaron pareceres en lo que se refiere a los retos que enfrentan las instituciones universitarias. Óscar Betancourt, Experto en Ética Empresarial, subrayó la Inteligencia Artificial y el Big Data como grandes herramientas de trabajo, pero también matizó que «el motor burocratizado puede eclipsar la raíz del conocimiento y la investigación académica».