Una investigación en colaboración con la Universidad de La Laguna, que se basaba en la estimulación cortical utilizando el control de objetos virtuales mediante el seguimiento ocular, ha dado sus frutos. Se trata de un proyecto que comenzó en marzo del 2020 bajo el programa de Agustín Betancourt, financiado por el Cabildo Insular de Tenerife al amparo de la Estrategia Tenerife 2030 del Marco Estratégico de Desarrollo Insular (MEDI) y cofinanciado por el Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCAN) del Gobierno de Canarias. Además está soportado por la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la ULL.
El estudio consiste en el desarrollo de un sistema de neurorrehabilitación virtual, comprobando los efectos que tiene en la plasticidad cerebral para mejorar la función motora de personas con daño cerebral adquirido.
Esta terapia se basa en una serie de juegos que miden el movimiento ocular a través del control de objetos. Con todo ello se busca reactivar determinadas zonas cerebrales y una posterior mejora en el ámbito de la motricidad. Al principio se comenzó con voluntarios sanos, pero tras dos años de investigación, se ha empezado a realizar en pacientes. Algunas asociaciones de Tenerife, como la Asociación de Daño Cerebral Adquirido (ADACEA), han colaborado derivando a personas con estas patologías, ya que son ideales para el estudio. Participan voluntariamente, beneficiándose del tratamiento y ayudando a recolectar datos sobre la efectividad de la terapia.
Tras el gran paso que ha sido trabajar con pacientes, se han conseguido importantes avances en la investigación. «Hemos visto un aumento de la activación cerebral a lo largo del tratamiento en las zonas motoras, suplementaria motora y en el cerebelo. Nos hemos dado cuenta también de que ha habido transferencia, es decir, la motricidad de la mano ha mejorado a lo largo del tratamiento», explica Rebeca Villarroel, coordinadora del proyecto. Estos resultados tan esperanzadores han provocado un gran impacto motivacional en los pacientes.
A pesar de que el proyecto se encuentra en su ecuador, puesto que todavía le quedan otros dos años de investigación por delante, los datos que se han recabado hasta el momento generan grandes expectativas a largo plazo. Además, este mismo año se espera la colaboración de otras asociaciones de carácter público y privado.