Llegó el gran día de la final de baloncesto mixto del Trofeo Rectora. El pabellón central de la ULL no estaba todo lo lleno que suele estar en otros eventos de este calibre, pero se respiraba ese ambiente de las grandes citas. El equipo La Verdellada se enfrentaba a Brooklyn Next y todo hacía presagiar un encuentro de los que se recuerdan durante el tiempo. El primer conjunto lució de blanco mientras que sus rivales vestían de azul y verde. El marcador final de este épico choque fue de 41 a 27 para los representantes del barrio lagunero.
El partido comenzaba con ambos equipos tanteando el terreno y siendo muy conservadores en el juego. Sin querer arriesgarse mucho, ambos quintetos enlazaban cadenas de pases con el fin de acabar apostando por una opción clara de encestar los primeros puntos para que subieran a su casillero. Tras varios ataques que se vieron frustrados por una buena y solida defensa del Brooklyn, una falta en el tiro hizo que los blancos se pusieran por delante en el marcador. Este fue el detonante de un choque vibrante y apasionante para la afición.
Los esfuerzos de ambos equipos se cesaban continuamente y el ritmo aumento hasta tal punto que la gente que participaba en el juego se mostraba exhausta y sin aliento al llevar varios minutos corriendo de aro a aro. Esto dejaba claro que todo el mundo quería hacerse con el título y que no se trataba de una pachanga sin importancia. Se dejó constancia de la exigencia incluso en el ambiente en las gradas. Las pocas personas allí presentes se hicieron notar desde el inicio y a estas alturas ya estaban completamente desatados celebrando cada canasta como si fuera la última.
Tras varios tiempos muertos, y un descanso que a muchos se les hizo corto, se reanudaba la contienda con La Verdellada por delante en el marcador, pero con sus rivales pisándoles los talones. Con tan solo cuatro puntos de diferencia, lo azules se vinieron arriba y estuvieron a punto de empatar, pero el talento individual del bando rival marcó la diferencia. La habilidad con el esférico de Paolo y el desempeño de Danielle, entre otras cosas, hicieron que el baloncesto de los suyos llegara a un nivel superlativo. Cuando el final se acercaba, la ventaja era demasiado amplia como para que ocurriera el milagro de la remontada. Con las fuerzas muy mermadas, los Next realizaron un esfuerzo titánico que de poco sirvió.
Con diferencia de 14 puntos en el marcador el árbitro daba el último pitido y señalaba el final. Los aplausos ensordecieron el pabellón que por un momento parecía ser el recinto de una fiesta. El talento y despliegue físico de La Verdellada hizo que fueran superiores a sus contrincantes desde el principio, y no pareció haber ninguna duda de que se llevarían el gato al agua. De esta manera, los blancos se alzaban con el título del Trofeo Rectora en la categoría mixta de baloncesto, y se les reconocía como el nuevo equipo campeón.
