Tras más de tres años de trabajo, y con la colaboración de nueve universidades canarias y africanas, nace el nuevo proyecto de la Red CIMPI. Su objetivo es eliminar las desigualdades y fortalecer la red interuniversitaria. Por ello, han programado una serie de actividades y políticas, tanto de manera conjunta como cada institución a nivel local. Al principio contaban con sólo veintiocho personas en el equipo investigador, ahora tienen más de cuarenta.
La idea inicial surge con el proyecto anterior, donde se reflexionó sobre los retos y necesidades de cada país, estableciéndose las líneas estratégicas de actuación. Sin embargo, ahora se han centrado las acciones en una dirección y objetivos concretos. Por su parte, la Universidad de la Laguna, al ser pionera en materia de igualdad, ofrece su apoyo y comparte experiencias con algunos centros de Mauritania, Cabo Verde, Mali, entre otros. Además, la Universidad Kocc Barma de Senegal es el primer centro privado en participar. Esto ha supuesto un gran paso debido su relevancia en la educación superior africana.
Las actividades que se llevarán a cabo son muy variadas y serán elegidas por cada institución. En algunos países se ha decidido, junto con la sociedad civil, promover manifestaciones a favor de las políticas de igualdad de las mujeres, también se han propuesto realizar congresos conjuntos a nivel nacional, otros han planteado hacer investigaciones sobre el concepto violencia de género. «Dependiendo de lo que cada universidad necesite establecemos lazos para realizar acciones conjuntas. La estrategia es a partir de esas necesidades locales pero que también tienen una dimensión global», explica Inmaculada González, coordinadora del Proyecto.
Expectativas a largo plazo
Las desigualdades llevan estando latentes durante décadas tanto en la sociedad española, como en la africana, de ahí que este programa no tenga fecha de caducidad. «Deseamos que el proyecto perdure en el tiempo porque estamos ante un problema grave y que requiere años de solución», asegura Inmaculada González.
También recalca la complejidad del trabajo debido a la diversidad de culturas, idiomas y maneras de percibir la igualdad. Así, dice que «queremos que sea un proceso lento y seguro porque son procesos en los que hay que tener un amplio respeto e ir con mucha calma».
Por otra parte, se espera próximamente la colaboración de diversas universidades peninsulares.
