Recibir información veraz no debería convertirse en un lujo. Foto: PULL

Morir para poder contar, una condena imperdonable

Opinión

La libertad se sitúa como una de las principales preocupaciones filosóficas, también como un factor que contribuye al desasosiego del ser humano. Una libertad que, intuyo, se alimenta a base de anhelos y deseos por sentirnos libres. Y por supuesto, lejos de querer ser esclavos, solo la cuestionamos, racionalizamos y defendemos cuando creemos que no contamos con ese derecho y pensamos que nos la arrebatan, porque la sentimos nuestra. Sentimos el derecho a la libertad. A la libertad de expresión, de opinión, de cátedra, de elección y de información.

Fue en el año 1993 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa. De esta manera, la Unesco se convirtió en el organismo encargado de ampararla y protegerla. De esta forma, vela por el bienestar de una sociedad que goza con el derecho de recibir información veraz. Hablo de derecho, no de privilegio, porque para ningún país debería ser una suerte contar con datos acerca de lo que pasa a su alrededor.

«Todavía existen personas a las que les supone un riesgo informar»

Una democracia que no esté fundamentada, entre otras cosas, en la libertad de prensa y no garantice el pluralismo informativo, pierde su valor democrático. Creo firmemente en que los medios de comunicación son el cuarto poder. Por ello, sostengo que son un vínculo capaz de unir y acercar mundos y realidades totalmente paralelas. Y es que si limitamos la capacidad de informar, limitamos la libertad, creando un pueblo que se encuentra cerca de convivir con una mentira o, incluso, con una media verdad, que es mucho peor.

Me cuesta imaginar una libertad absoluta. Sin embargo, sé que si todavía existen personas a las que les supone un riesgo informar, de poca libertad de expresión estamos hablando. Y es que contar historias no debería suponer un peligro de muerte. Tampoco debería convertirse en un lujo recibir información veraz en un lugar donde se supone que no cabe la censura.

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