Once y media de la mañana. Plaza de España, Adeje. Cientos de personas se presentan en las inmediaciones del Ayuntamiento para reivindicar una causa que cada vez gana más gente adepta: Salvar El Puertito. La muchedumbre entona el eslogan al unísono junto a los característicos bucios canarios. La cacerolada persigue un objetivo del que se han hecho eco las redes sociales, sede de movimientos creados para defender la pureza del litoral. Mientras, la promotora y la administración pública, municipal e insular, se refugian en la teórica legalidad del macroproyecto urbanístico de Cuna del Alma.
El Puertito de Adeje es un rincón singular en el sur de Tenerife. Reúne tres peculiaridades que exaltan su riqueza natural y etnográfica: Sitio de Interés Científico, Espacio Natural Protegido y Zona de Especial Conservación. Tal es su aportación a la idiosincrasia del paisaje canario que todavía se mantiene como uno de los escasos puntos costeros libres de construcciones y masificación turística.
Incluso, entidades de prestigio como National Geographic o la Universidad de Oxford han empleado sus recursos didácticos con objeto de promocionarlo como un lugar ideal para la educación ambiental, la investigación y el turismo sostenible. Además, la idea de instaurar un aula marina, iniciativa de Océano Sostenible, recibió el apoyo oficial del órgano de Gobierno municipal.
La herencia cultural guanche, la primera víctima
A día de hoy, sus prioridades institucionales han sufrido un viraje que estremece a la población. El pasado 31 de mayo, el Cabildo de Tenerife emitió una orden de paralización de los trabajos en el área donde la que se ansía proyectar Cuna del Alma. La suspensión cautelar se decretó a causa de una denuncia interpuesta por la Asociación Patrimonial Tegüico, la cual argumentó que se destruyeron yacimientos arqueológicos de gran valor.
Acto seguido, la Corporación se percató de que no disponía del estudio patrimonial pertinente, un documento que la promotora Segunda Casa Adeje sí envió a la Comisión de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente de Canarias, dependiente del Ejecutivo autonómico.
Para el 29 de junio se retomó el trabajo en el 98 % de la parcela ante la alzada oposición de un grupo de personas que organizó una acampada en señal de protesta y que, todavía, reivindica la defensa ferviente de El Puertito y sus alrededores.
Un legado que proteger
Los grabados rupestres y los yacimientos arqueológicos representan una seña de identidad para el pueblo canario por el abundante simbolismo que rezuman. El análisis, conservación y protección de un imprescindible elemento de nuestra historia explica la razón de ser de la agrupación denunciante.
Sixto García, su fundador y actual presidente, critica la imprudencia de la administración al reanudar los movimientos de tierra sin emprender una previa observación patrimonial de mayor profundidad. «Dentro del informe que presentó el Cabildo no se incluyeron dos yacimientos que sí pusimos en conocimiento», advierte.
Pese a que el consistorio adejero desoye las recomendaciones de este conjunto de personas arqueólogas, reconoce «el deber de notificar que el patrimonio se va a ver atacado, directa o indirectamente».
Para él, es trascendental trazar las líneas maestras de un estudio más elaborado y fundamentado para evitar la cuestionable actuación que se produjo en el 2 %, ya acotado, de la parcela. «Lo más grave es que solo se cuenta con tres técnicos de la materia para toda la Isla», expresa.
«Es un concepto que aboga por la desmasificación turística»
Desde el Ayuntamiento del Municipio tinerfeño arguyen que la promoción turística de lujo se mimetiza a la perfección con el paisaje. Manuel Luis Méndez, concejal de Transición Ecológica, Gestión del Territorio, Desarrollo y Empleo, asegura que «se plantea una regeneración del espacio, degradado por la acción del hombre y la ocupación ilegal».
Asimismo, defiende el derecho adquirido de los actuales propietarios, que compraron este suelo urbano en 2012. «La necesidad no surge ahora, viene de atrás. Hay que decir que, de 437 000 metros cuadrados, solo se va a urbanizar un 30 % de la superficie», apunta.
En consonancia, elogia la labor de la promotora al considerar 1800 camas de las 4600 que estimaba el Plan Parcial municipal de 1998. Otra de las cuestiones más controvertidas es la sinopsis que se hace del proyecto en un correo electrónico enviado a un usuario, quien fingió mostrar interés en una las villas.
En el comunicado se aprecia que «las playas públicas se combinan con playas privadas y un beach club de moda». Méndez, en cambio, subraya la libertad de circulación y disfrute de cualquier persona: «No se le puede prohibir el paso a absolutamente nadie. Si acaso se creará un solárium y un espacio chill out».
Tampoco contempla la construcción de un puerto, pero sí garantiza la salvaguarda de la bahía con medidas de balizamiento. «Hace unos años se retiraron tortugas verdes por el estrés que les causaba transitar por una región con alta incidencia de tráfico marítimo», añade.
Según el edil, la génesis de un macroproyecto de tal magnitud radica en atraer a menos turistas que gasten más: «Es un concepto que aboga por desmasificar el turismo».
«Se pretende atentar contra la biodiversidad»
El ecosistema que concibe la región integra a formaciones como el tabaibal-cardonal, destacado por ser único en el Planeta y predominar en el Archipiélago por encima de cualquier otro piso de vegetación.
En las últimas décadas, el turismo y el desarrollo de las viviendas particulares se ha extendido más allá de las medianías, llegando a la costa y causándoles estragos evidentes.
Como panacea, surge la posibilidad de utilizar un vivero que brinde un clima de aparente protección a aquellos individuos que se deban trasplantar para no interferir en los trabajos de adaptación de la superficie.
Atteneri Rivero, licenciada en Biología por la ULL y especialista en el campo vegetal, refuta la alternativa que tantea el consistorio porque «no sirve de nada llevar esas especies a un jardín o a una rotonda. No acabamos con ellas, pero sí con sus cruciales funciones ecológicas».
Su perspectiva abarca a cada individuo sin excepción, pues supone un eslabón para el equilibrio de un ecosistema: «Tiende a expandirse para no interferir en el círculo de influencia del otro».
En Instagram y Twitter se viralizaron diferentes vídeos en los que las palas y vehículos de obra arrancaban varios cardones. Después de ser apilados entre montañas de escombros, sembraron la reticencia de una población hastiada de las palabras vacías de sus representantes políticos. «Se pretende atentar contra la biodiversidad», lamenta.
A la postre fue el desencadenante de #Nometoquesloscardones, una etiqueta que ecologistas, biólogos y científicos ambientales hicieron pulular en sus perfiles para concienciar a la comunidad sobre el estado del matorral afectado.
Aparte, existen más grupos vegetales de los que censaron en el Plan General de Ordenación en un principio. «Contabilizaron un máximo de diez, cuando nosotros apreciamos más de una veintena», puntualiza Rivero.
Como colofón, le constan ocho especies amparadas por la Orden de Flora y el Catálogo Canario de Especies Amenazadas que no figuran en el escrito.
También estima oportuno aclarar que «no se puede seguir asfixiando a un espacio como este, sin retroalimentación con su ambiente más próximo». De continuar la misma senda, en unos años nacerá el menester ecológico de reintroducir, cuidar y conservar todos los ejemplares damnificados como si se tratara de un jardín botánico.
«Las obras pudieron devastar nidos de alcaraván»
Un ave esteparia, resignada a sobrevivir en el sur de Tenerife tras haber desaparecido del flanco norte. Así se podría definir al alcaraván, una especie que anida en el suelo y habita en él gran parte del día.
Su existencia se ha vuelto más compleja con el transcurso del tiempo, hasta el punto de ser catalogada como vulnerable y sufrir una perjudicial regresión poblacional. Dicha debilidad se volvió más manifiesta cuando comenzaron los trabajos con maquinaria pesada cerca de El Puertito.
«Coincidió justo con el período de cría. Las obras pudieron devastar sus nidos», protesta Adrián Flores, ambientólogo especializado en biodiversidad terrestre y conservación. Su desempeño como divulgador propició que la gente conociera la delicada situación del ave y otras semejantes, como la pardela cenicienta.
En relación a ella, afirma que «se ve gravemente perjudicada por la contaminación lumínica. Su principal amenaza son los enclaves turísticos de Adeje y Arona».
El halcón tagorote, en la máxima categoría de protección, y el cuervo canario ni siquiera aparecen en los informes: «Solo presenta lagunas argumentales, así como propiciar la vulneración del patrimonio natural».
Un antes y un después
Para bien o para mal, Cuna del Alma implica un cambio de paradigma en dos frentes. El primero, por el rechazo generalizado con arreglo a las incongruencias que desprenden la memoria ambiental y la sesgada descripción institucional que se da de la promoción urbanística.
En segundo término, a colación de cómo se fragua un nuevo modelo turístico aparentemente respetuoso con el medioambiente. Sea como fuere, existe un consenso unánime en torno a plasmar la problemática como un auténtico punto de inflexión para Canarias.