España envejece cada vez con mayor rapidez, provocando que poco a poco sean las personas jóvenes quienes dependan más de las mayores y no al revés. En medio siglo, cuando la generación del Baby Boom llegue a la vejez, el 30 % de la población de nuestro país tendrá 65 años o más. Esto provocará que el gasto en las pensiones, la sanidad y los servicios sociales tengan que aumentar de forma exponencial para poder cubrir una demanda, que hoy en día no se cubre por completo y mucho menos en el futuro.
Las personas mayores son ya un motor en la creación de empleo, uno de cada nueve nuevos trabajos se dedican a su cuidado. España necesita un total de 75 699 plazas residenciales para alcanzar el ratio recomendado de cinco por cada cien habitantes con más de 65 años recomendado por la OMS.
Según el Imserso, nuestro país cuenta con 6374 centros de mayores con 399 412 plazas. Además, 180 000 personas trabajan en las residencias, es decir, un 1,7 % de la población ocupada. Teniendo en cuenta que en medio siglo habrá mas personas ancianas que ahora, la demanda de servicios como la ayuda a domicilio, los centros de día y las residencias aumentará. Es necesario que se pongan en funcionamiento más.
«Es tal la espera que cuando por fin se consigue una cama en una residencia esa persona ha fallecido»
De media, desde que que se realiza la solicitud de una plaza en un centro hasta que se produce el ingreso, se tardan 120 días. A veces, es tal la espera que cuando por fin se consigue una cama en una residencia esa persona ha fallecido. Se les hace esperar a quienes tienen menos tiempo.
Es una obligación para las administraciones aumentar el gasto en el ámbito social y en la medicina para darles una mejor calidad de vida a las personas mayores. No es justo que no puedan acceder a unos servicios que son esenciales, obligando en algunos casos a que sus familiares dejar de trabajar para cuidarles.
