La asociación cultural UvedeVida continuó la temporada este pasado jueves, 14 de abril, en la Plaza de La Concepción con un nuevo debate sobre la violencia obstétrica, llamado ¿Personas o Números? La jornada dio lugar a reflexionar sobre si las mujeres se sienten violentadas en el momento del parto, o bien por una mala praxis, o bien por un sistema y una organización machista. El evento contó con la participación de Chema Regalado, MIR de 4º año de Obstetricia y Ginecología; la ginecóloga Gala Melgar; Laura Bello, matrona, y Desirée Mena, profesora de la Universitat Jaume I, quien declaró que el principal problema en los paritorios es que «se ejerce esa violencia por cómo está construido el sistema». Gema Padilla, redactora en Televisión Canaria, moderó y dirigió la charla.
El acto comenzó con la definición que tiene la Organización Mundial de la Salud sobre la violencia obstétrica. Quienes acudieron la definieron como «la violencia que sufre la mujer antes, durante y después del parto, debido a prácticas médicas que no tienen en cuenta a la mujer». Chema Regalado decidió comenzar su intervención mostrando su disconformidad con el término: «Creo que el término violencia requiere la intención de hacer daño. Esto es incompatible con la práctica médica, cuyo fin es ayudar siempre».
Por otro lado, Laura Bello y Desirée Mena coincidieron en que «aunque no sea una violencia intencionada, sí existe y viene arraigada desde la creación del sistema sanitario. Es una agresión protocolaria, que se lleva en todas partes de España». Bello afirmó también que el que la mujer se sienta violentada está más que normalizado y por ello, muchas no se quejan ni hacen nada al respecto.
La cesárea y episiotomía no solicitadas
En el segundo bloque del debate, se habló sobre otras medidas que se toman durante el parto para el éxito del nacimiento del bebé. Comenzó con el ejemplo de una mujer que recibió una cesárea sin su consentimiento. Tras años luchando por la justicia, fue indemnizada por la mala praxis del personal sanitario. Melgar comentó que «toda cesárea debe ser justificada. Siempre. Además, la mujer debe estar bien informada de por qué se debe hacer, siempre que esté en sus plenas condiciones». Terminó diciendo que este tipo de noticias son muy raras y escasas y dudaba de que se estuviesen llevando a cabo de manera continuada.
Mena le contestó diciendo que, en Canarias, uno de cada tres partos es por cesárea y esos son muchos. «El hecho de no explicar cosas como los pros o los contras de realizar estas operaciones y de las posibles consecuencias a posteriori también es violencia obstétrica. Muchas veces estas intervenciones se realizan por comodidad y rapidez», añadió Laura Bello.
A este momento de la jornada, se sumó el problema del uso en exceso de técnicas como la de la episiotomía. Desirée Mena afirmó que «tiene una tasa demasiado alta. La OMS ya ha avisado de que se usa en exceso y es que en el 80 o 90 % de los casos, no hace falta». Regalado comentó que en el parto de manera natural, también se producen desgarros. «Si se usa esta técnica, debe ser como la cesárea, con aviso previo y la correcta explicación del procedimiento a la paciente», concluyó.
«Hacen falta matronas e información»
El público fue una parte fundamental del debate ya que pudo aportar algunos casos personales o cercanos que añadieron más relevancia a lo hablado. «Creo que uno de los principales problemas por los que se ejerce esta violencia es por la falta de matronas. Son imprescindibles para el momento del parto y todo lo previo», afirmó una de las asistentes. Por otro lado, otra participante hizo un inciso en que «no todos los partos son malos. Con cesárea o epidural o lo que sea. Dudo que el personal sanitario trabaje a malas, sino en favor de la madre y el bebé».
A modo de conclusión general, el debate cerró con la charla entre ponentes y asistentes. Los principales puntos a recalcar fueron el de informar, educar y prestar especial atención a las necesidades de la mujer en el momento del parto. «Yo trabajo en Reino Unido como matrona y allí es impensable que una mujer entre sola al quirófano por si necesitan una intervención. En España eso no es así. Entran solas y seguramente tengan miedo», afirmó una asistente.
Como cierre, la conductora del evento pidió que acabasen la charla con un titular que resumiese la jornada. La deshumanización sanitaria y la afirmación de la existencia del término violencia obstétrica fue la conclusión a la que llegaron y pedían que luchasen por un sistema justo y favorecedor para la mujer en el que, probablemente, fuese el momento más vulnerable de todas sus vidas: el parto.