La Universidad de Barcelona (UB) inició en 2016 un estudio para demostrar la existencia de acuíferos en Lanzarote, hasta donde se desplazó un equipo de geólogos. Para probar su teoría, el grupo hizo una serie de investigaciones en las carreteras cercanas al Parque Nacional de Timanfaya. Por su parte, este exitoso proyecto está encabezado por el catedrático y decano de la Facultad de Ciencias de la Tierra, Albert Casas.
Otro de los objetivos del plan consistía en testar la cantidad y calidad del flujo. Sobre esto, Carlos Soler, funcionario de la Dirección General de Aguas del Gobierno de Canarias, declara que la medición oscila entre 12 y 17 hectómetros cúbicos anuales. Además, afirma que se encuentra en óptimas condiciones.
Asimismo, esta iniciativa fue impulsada por Podemos. Su consejero y portavoz en el Cabildo, Carlos Meca, subraya la importancia de este descubrimiento para la isla, que sufrió grandes temporadas de sequías en el pasado.
La hipótesis de la subsistencia de acuíferos se remonta a los años setenta, cuando el Ministerio de Obras Públicas ordenó un análisis en Canarias. Este dilucidó que la evaporación del agua en zonas de malpaís era del 89 %, lo que dificultaba la creación de estas formaciones geológicas.
Sin embargo, no es hasta ahora cuando el hallazgo de la UB podrá aportar beneficios como la reducción del uso del petróleo, el abaratamiento de este bien, o la moderación de la contaminación que producen las desaladoras. A estos rendimientos anunciados por Meca se le suma la gran utilidad para la agricultura, una actividad de gran calado en el Archipiélago.
