Edith Padrón, profesora de la Sección de Matemáticas de la Universidad de La Laguna, es la organizadora y supervisora del proyecto Un Fisquito de Matemáticas, así como la persona que tuvo la idea original de estas pequeñas charlas de tan solo diez minutos. Ahora, tras cuatro temporadas, valora el progreso de los fisquitos, las perspectivas de esta innovadora actividad y sus futuras ediciones.
¿Cómo surgió esta idea? “Hace dos años, hablando con la vicedecana nos dimos cuenta de que los alumnos no ven mucha materia de matemáticas en primero. Yo pensé en algo que no le supusiera al alumno mucho problema en cuanto al tiempo, y sugerí los fisquitos. Pensamos en principio en reservar un aula pequeña pero la vicedecana optó por reservar el Aula Magna, y desde el primero hubo mucha gente. Empezamos con unas 60 personas y acabamos con unas 200”.
¿Cuál es el balance de esta temporada? “Ya son dos años, 45 fisquiteros y 39 fisquitos, 29 grabados por ULL Media. En cuanto al primer período, decidimos hacerlo en este entorno y no grabarlos para que la gente viniera y los hiciera. Después, nos percatamos de que era fácil que la gente aceptara contar algo en 10 minutos, aunque luego le resulte difícil. Hemos tenido todo tipo de ponentes: estudiantes, profesores de aquí y de fuera, y dos de Famelab. El balance es muy bueno. El aula magna tiene un aforo de 250 personas y, muchas veces, ha estado llena con casi el aforo completo”.
¿Por qué cree que desde el principio vino tanta gente? “Porque se dieron cuenta de que eran charlas que podían entender perfectamente. También yo me dedico a promocionar cada fisquito a través de vídeos promocionales que resultan atrayentes. Además, siempre me pongo por fuera del aula magna a anunciarlo para que todos lleguen a tiempo y no se le pase la hora. Cada vez que me ven ellos saben que es por un fisquito”.
¿Qué es lo mejor de los fisquitos? “Es una actividad muy satisfactoria, la más gratificante que he hecho diría yo. Básicamente porque es muy colaborativa, los estudiantes roban parte de su descanso para ir a aprender más, el ponente intenta contar algo en diez minutos y así conseguimos despertar la curiosidad de todos. Yo, por ejemplo, a la hora de buscar temas para que los alumnos expongan, he aprendido mucho”.
Una escuela de formación
¿Qué aporta a los alumnos? “Para ellos es una escuela de formación importante. Los fisquitos expuestos por alumnos se preparan un par de semanas antes, ellos van trabajando el tema con nuestra ayuda para que les quede perfecto y lo ensayan conmigo antes de hacerlo porque enfrentarse con un público de más de 100 personas es una responsabilidad. Siempre quedan muy contentos y se sorprenden por cómo han sido capaces de presentar algo de forma muy digna”.
¿Qué le ha permitido descubrir este proyecto? “Teniendo en cuenta que de los 45 fisquiteros solo 12 son mujeres, me he dado cuenta de que todavía nos cuesta mucho significarnos, porque ellas son muy buenas exponiendo pero suelen ser reacias a dar el paso de hacerlo, y espero que eso cambie. También he descubierto que muchos de los profesores que se dedican a dar clase o a la investigación son muy buenos en divulgación, y creo que a raíz de los fisquitos ellos también han sido conscientes de sus capacidades”.
¿Qué otras finalidades pueden tener los fisquitos? “Los vídeos de ULL Media de los fisquitos son muy buen material para centros educativos. Aunque hay algunos con más nivel de dificultad, hay otros que se entienden de forma muy sencilla y les pueden servir. Estos vídeos son muy buen material divulgativo para todo aquel que quiera saber un poco más”.
¿Qué espera de la siguiente etapa? “Me gustaría hacer cosas más trasversales, que no sean solo de matemáticas, como el último, que combinaba biología con matemáticas. También pediría más retroalimentación en las redes para que los alumnos comenten en las cuentas de Facebook y Twitter sobre lo que les gustó, lo que no y lo que se puede mejorar”.