David Tort, Pablo Rodríguez y Sergio de la Rosa son estudiantes del cuarto curso de Ingeniería Mecánica en la Universidad de La Laguna. El grupo creó la iniciativa ULLRAID, que tiene como objetivo conseguir que la Universidad de La Laguna participe en Uniraid. Este evento se celebra de manera anual cada febrero y consiste en repartir material solidario por una serie de aldeas de Marruecos. Cada grupo de participantes debe conducir un coche de más de veinte años que haya adaptado al trayecto entre dunas. El equipo quiere que el alumnado de la ULL participe por primera vez.
«Queremos que el proyecto perdure en la Universidad en las generaciones posteriores»
¿Por qué decidieron comenzar este proyecto? «Hemos visto que hay una gran tasa de abandono de la universidad en Canarias y por eso tenemos como objetivo principal aumentar la motivación del alumnado. Para esto, hemos buscado traer un proyecto ajeno a la institución para que la gente de aquí pueda participar y su trayecto durante la etapa universitaria sea mucho más ameno y ambicioso».
¿Cómo les surgió la idea de ULLRAID? «Un profesor nos ofreció apuntarnos a un curso que había para el alumnado que quisiera aprender a desarrollar sus ideas emprendedoras. Eso hizo que, aunque íbamos un poco a ciegas y no sabíamos en qué nos acabaríamos metiendo, un pequeño grupo de clase se animara a intentarlo. Perfilamos el proyecto un día que mirábamos YouTube para inspirarnos. Decidimos qué queríamos y se lo propusimos a la Universidad de La Laguna como un evento anual».
¿Qué objetivo se han marcado como equipo? Nosotros queremos ser el primer equipo de Canarias en participar en este evento. Además, buscábamos darle un plus, haciendo que parte de lo que llevemos y se entregue en el evento se vincule con los Trabajos de Fin de Grado y de Fin de Máster. Así, estos trabajos que suelen consistir en realizar un documento y entregarlo se transformarían en algo que podríamos construir; aparatos que mejoren la vida de la gente de las aldeas».
«La inscripción incluye una baliza de seguimiento para geolocalizarnos en caso de que nos perdiéramos en el desierto»
¿Qué debe hacer cada participante concretamente? «Lo primero que haríamos sería coger un coche y prepararlo para poder realizar al evento. Esto es importante porque es un vehículo que irá por dunas y debe adaptarse al trayecto para poder «sobrevivir» ahí. Luego, como mínimo, hay que recoger 40 kilos de material solidario, que es el que se repartirá por las distintas zonas. Nuestra idea es que, con el paso de los años, iremos construyendo esos pequeños proyectos que se hagan en Trabajos de Fin de Grado o fuera de estos y los entregaremos como parte del material».
¿Qué tipo de vehículo se debe llevar? «Tiene que tener más de veinte años. En cuanto al modelo, lo que se suele llevar es a lo mejor un SEAT Panda o un Marbella, coches de ese estilo que son mecánica fácil, entre comillas. Además, son modelos ligeros, que es algo que se busca. Se busca que sea liviano para las dunas y la hora de empujarlo».
¿Qué necesitan para participar en el evento? «Primero hay que pagar una pequeña inscripción en la que están incluidos aspectos como el propio viaje en barco desde Algeciras hasta Tánger o una media pensión diaria. Incluso te cubre la asistencia mecánica en carretera, por si hubiese alguna avería en el coche. Para este último caso, si el vehículo quedara totalmente inutilizado por dicha avería, una grúa podría recogerlo y traerlo de vuelta. Además de esto, la inscripción incluye una baliza de seguimiento para geolocalizarnos en caso de que nos perdiéramos en el desierto o nos desviáramos del camino».
«Una vez recibamos las primeras partidas presupuestarias, le abriremos las puertas a cualquiera que quiera unirse»
¿El equipo estará compuesto solo de alumnado? «Sí, de hecho hemos recibido varias propuestas de personas interesadas en participar. Esto fue hace unos meses, en las Jornadas Técnicas de Ingeniería, donde tuvimos la oportunidad de participar y explicar con detalle en qué consistía la idea. El problema es que nos encontramos en una etapa muy temprana de desarrollo, por lo que tuvimos que rechazar muchas de las propuestas de inscripción. Una vez recibamos las primeras partidas presupuestarias, le abriremos las puertas a cualquiera que quiera unirse, ya que queremos que el proyecto perdure en la Universidad en las generaciones posteriores».
¿En qué fase consideran que se encuentran? «Pues aunque podríamos decir que cada vez estamos un poco más cerca del final, hasta que no consigamos la inversión no habremos dado un paso más. Nos mantenemos con la idea de que aún estamos en desarrollo.»
¿Cuentan con el apoyo de la Universidad para el proyecto? «Bueno, aún estamos contactando con algunas cátedras e incluso con la asociación de antiguos alumnos, Alumni. De hecho, conseguimos una reunión con la directora de Internacionalización y Cooperación de la ULL hace poco, pero en general estamos manteniendo conversaciones incluso con empresas privadas. Cualquier ayuda siempre será bien recibida para el proyecto».
En cuanto a la organización, ¿consideran que es una iniciativa complicada de llevar a cabo? «Creemos que nuestro proyecto cuenta con la ventaja de que no necesita tanta dedicación como algún otro que ha estado más de tres o cuatro años a la espera de ser aprobado. De hecho, creemos que podría estar listo para febrero, o como muy tarde, para la siguiente edición. Además, que sea tan sencillo de organizar aporta otro punto a favor: poder compaginar la participación en el proyecto con los estudios dentro de la Universidad. Es algo que pretendemos desde el principio, con la intención de que cualquier persona pueda enfocarse en su carrera.»
«Todo el material solidario estará enfocado en el bienestar y comodidad de la gente»
¿Qué tipo de material solidario tienen pensado llevar? «El mínimo que debemos llevar son 40 kilos. Si organizáramos una recolecta o algún evento del estilo creemos que podemos sumar comida, material escolar o ropa. También hemos visto que muchas facultades de la península, donde ya se involucraron con este proyecto, aportaron diversas creaciones. Algunas fueron sillas de ruedas adaptadas a terrenos abruptos, hornillos que pueden calentarse con placas solares e incluso una carretilla especializada para transportar agua de forma eficaz, la cual realizaron para una aldea de Camerún. Como se puede ver, todo el material solidario estará enfocado en el bienestar y comodidad de la gente.»
Si al final tienen éxito y el proyecto sale adelante, ¿lo volverán a repetir en el futuro? «Sí, la idea principal es poder participar. Una vez tengamos eso asegurado, comenzaremos a plantear la viabilidad de la construcción de las ideas e incluso la opción de incluir un segundo vehículo, lo que duplicaría la cantidad de material solidario que podríamos transportar y aumentaría la participación. Por tanto, queremos que sea un proyecto anual con vistas a que cada edición sea mucho mejor.»
¿Se han puesto en contacto con otras universidades de Canarias? «De momento no. Sin embargo, algunas personas de las universidades de la península sí se han interesado en ver si estamos avanzando y saber si nos acabaremos sumando a las reuniones previas. En ellas, los miembros se conocen y se ayudan en todo lo que pueden para que todo salga bien. Aunque podamos ir, tenemos el hándicap de estar en las islas Canarias, lo que nos impide trasladarnos con facilidad a la Península. Es por eso que también estamos negociando una partida presupuestaria que nos garantice el transporte del coche hasta Cádiz o Huelva, que suelen ser las localizaciones de estas reuniones.»
¿Qué le dirían a quien tenga interés en ULLRAID? «Lo primero es que estamos dispuestos a recibir a cualquiera que quiera aportar su granito de arena. incluso a concertar reuniones con entidades públicas o privadas para aclarar aspectos más detallados como ayudas económicas, patrocinios o dudas. Y, bueno, en general estaría bien recibir ayuda con la gestión de las redes sociales, sobre todo para darnos a conocer más, ya que aún somos cinco personas y se nos hace imposible dedicarle tiempo a todo.»