Xerach Peñate, más conocida como Xerach, es una artista de Gran Canaria que, tras más de veinte años trabajando en proyectos de artistas, inicia su andadura en el mundo musical. La artista, que es batería, compositora, cantante, estudiante de Teatro y productora, comieza, en solitario, su carrera musical a través del disco Canciones Bobas, un álbum compuesto por doce canciones. Tras el lanzamiento de los dos primeros temas, Me da el bajón y Delsueloalcielo, Xerach lanzó en la madrugada de ayer viernes, 6 de octubre, el tercero: Si yo soy Chavela, tú eres Frida, un single que, según la cantante, «nació del amor».
¿Cómo empezó tu pasión por la música? «Comenzó muy pronto porque mi familia me llevaba a muchos conciertos y, además, yo escuchaba mucha música. Tengo dos hermanos mayores que tenían un grupo donde había un chico que tocaba la batería. Los miraba y pensaba: quiero tocar con ellos. Quiero tocar esa batería. Creció esa semilla en mí y a los ocho años empecé en el conservatorio. Desde la infancia, he dedicado mi vida a la música».
¿Qué te inspiró a crear Canciones Bobas? «Siempre he tenido mis propios grupos donde componía, por ejemplo, Flor de Canela o Arube. El año pasado me llamó la cantante y compositoria Cristina Rosenvinge para hacer una obra de teatro, dirigida por Marta Pazos, una escenógrafa increíble. Empecé a hacer teatro y a trabajar con bailarinas, actrices… Entré en un entrono artístico que va más allá del musical. Comencé a estudiar Arte Dramático. Se me cuela una semilla artística y compuse desde la cotidianidad. Al llegar a casa tenía un sentimiento tan grande que debía expresarlo. Lo hice a través de canciones. Se despertaron en mí muchas cosas. Canciones Bobas me ayudó a salir de toda trascentalidad.. No quería hacer una obra maestra. Solo hablar de lo que me sucedía».
«El disco me trasciende»
¿Por qué has decidido lanzar tema por tema? «De momento, solo están disponibles tres temas porque, tal y como va la industria y al ser una artista emergente, si saco el disco de golpe me lo como. En directo sí lo toco entero, pero en redes y plataformas lo voy sacando mensualmente. De esta forma, tengo tiempo para hacer los videoclips a los que les quiero dar un enfoque performático y teatral. Poco a poco voy contando esa teatralización y corporalidad que envuelve a la música».
¿En qué te inspiras cuando compones una canción? «Todos los temas hablan de cosas que me han sucedido. En otros momentos de mi vida hablaba de aspectos diferentes como de los paisajes de Canarias. Canciones Bobas es realmente lo que me sucede a mí. Habla de lo que siente mi corazón, por eso es sincero, real y le doy vida tan rápido. No es que me inspire, es que me trasciende».
¿Qué diferencia los dos primeros temas del tercero? «Tienen un mismo sonido porque los he producido yo en mi cuarto, los he grabado yo y los he cantado yo, pero en los dos primeros la tématica gira en torno a lo que me pasa emocionalmente. El tercero tiene una peculiaridad. Es una ranchera y, al mismo tiempo, es una producción electrónica. Además, es una canción muy mimosa. Cuando la escuchas te dan ganas de abrazar a alguien».
Respecto al tercer tema, ¿cómo surgió la idea de contar la historia de Chavela y Frida? «Porque el tema se basa en un sentimiento de amor que tengo yo. Hago la analogía con estas dos mujeres artistas que tuvieron un romance bastante desconocido. Solo se sabe que hubo algo. Me salió una ranchera de la nada porque yo nunca había escuchado una. Entre el juego de la canción y que me siento identificada pues salió. La vida del artista, al final, no es rutinaria».
«Canciones Bobas surgió por supervivencia»
¿Qué es lo que esperas del disco? «Ya me ha dado muchas más cosas de las que esperaba. No lo he hecho desde un punto de vista de la productividad, que también es válido. Lo he hecho por supervivencia. Tenía tal sentimiento dentro que mi manera de expresarlo era haciendo temas. A largo plazo espero que no se quede solo en mis oídos, sino que llegue a más gente. Al final la música está muy masificada y cuando amas un proyecto lo que quieres es transmitirlo y que dure en el tiempo. Poder vivir la experiencia con tu equipo y yo estoy enamorada de esta experiencia».
Después de un tiempo trabajando en proyectos de artistas, ¿qué te impulsó a lanzar uno propio? «Me salió solo. Vomité las canciones. El impulso fueron las ganas de que aquella semilla que nació en mí a raíz del baile y del teatro se convirtiese en algo multidisciplinar. Tenía muchas ganas de eso. De hecho, no solo la puesta en directo, también los videoclips, son realmente otra película. A eso se suma la admiración por la gente del equipo. Cuando te rodeas de personas con las que quieres trabajar hay motivación para hacer cosas».
¿Sentiste miedo cuando empezaste en esta etapa? «Soy una persona lanzada, pero dos semanas antes, cuando vi la magnitud del proyecto, la propia naturaleza humana me hizo creer que, quizás, pensé en grande. Al final recordé que lo hicé por disfrutar y ya está. Salté».
¿Hay algún motivo concreto por el que hayas decidido producir tú el videoclip? «Produje el tercero porque como la canción es mimosa… Lo grabé con una cámara de vídeo antigua porque tiene ese punto. Creía que era una buena analogía grabar mi septiembre de 2023 con una cámara analógica. Es la Edad Moderna, pero la presento desde un punto de vista antiguo, que es lo que ocurre a nivel opuesto con la canción».
«He sentido mucho amor haciendo música»
¿Qué es lo más difícil para quien se inicia en el mundo artístico? «Hay muchas dificultades. Hacer arte es una obra de generosidad para el Mundo porque vivimos en una sociedad capitalista. El arte necesita reccrearse, jugar, probar… Hacer arte es entrar en ti, en tus sentimientos o en algo que quieres contar. Lo más difícil es ser feliz con esta idea porque sobrevivir en la música es difícil, pero lo más complicado es mantenerte feliz en un panorama tan hostil. En mi caso, el disco me ha sanado y lo he disfurtado».
¿Crees que vivir en Canarias es una limitación para quien se quieren dedicar a la música? «Hace diez años pensaba que sí. Me fui a estudiar a Barcelona y siempre estuve fuera, aunque tuve conexión con las Islas. Ahora pienso que no. Tenemos el ejemplo de Quevedo o Ptazeta… Considero que con la globalización las cosas han cambiado. Además, en Canarias, desde siempre, sobra talento».
¿Qué consejo le darías a las personas que quieren iniciarse en esto? «Que no se cierren en una idea. Sé que es muy difícil hacerlo, pero yo empecé en la música clásica y he hecho jazz, pop, teatro, hago la música de espectáculos de danza… Si me hubiesen dicho que iba a hacer música para espectáculos de danza hubiese dicho que no, que no me interesaba. Al final, estar abierta a muchas cosas te regala experiencias interesantes».
¿Qué es lo más gratificante que te ha dado tu trayectoria musical? «He sentido mucho amor. A través de lo que hago he podido, además, compartir ese amor con las personas que quiero. Me paso mucho tiempo fuera y cuando viene mi familia a uno de mis conciertos, la mirada de mi madre es una pasada. El arte está cargado de sentimiento y cada persona elige cuál le quiere poner. Yo tengo claro el que le quiero poner».