La saga Alien ya no da más de sí. Sus seguidores han visto como poco a poco, una de las películas estrella del terror y la ciencia ficción de todos los tiempos, ha menguado respecto al nivel de creatividad de los guiones. La historia, en cada entrega, retrocede en el calendario e intenta dar una nueva vuelta de tuerca, que ya no se sabe hacia qué lado gira. La última producción xenomorfa de la Fox, titulada Alien Covenant, no es más que una hermana melliza de su homónima de los años setenta. Y su final avisa que aún no termina.
Esta colección de cintas, que empezó con Alien: el octavo pasajero, sigue intentando mantenerse en el candelero treinta y ocho años después. Es un rodaje, que se convirtió en un clásico del séptimo arte y, que consiguió mantenernos agarrados a la silla, sin pestañear, durante 116 minutos. En aquel momento nos sorprendió. Pero ahora es repetitiva.
Ridley Scott, director y productor británico, ejecutó la exitosa primera entrega que, con un presupuesto de 11 millones de dólares, consiguió ser un éxito de taquilla. La película ganó el Premio Óscar en 1979 a mejores efectos visuales. Espectaculares, si tenemos en cuenta que la tecnología de la época no tenía nada que ver con la que se maneja hoy en día. Recaudó 104,9 millones de dólares a nivel mundial.
«Ripley era varón hasta que los responsables de la producción decidieron darle un giro a la historia reclutando a una novata Sigourney Weaver»
Como curiosidad vale la pena destacar que los actores de esta ficción, en principio, iban a ser todos hombres. Ripley era varón hasta que los responsables de la producción decidieron darle un giro a la historia reclutando a una novata Sigourney Weaver para el papel principal, cuando Meryl Streep lo rechazó. Así la actriz tuvo la oportunidad de catapultarse a la fama.
Scott fue de nuevo el encargado de dirigir esta última cinta de la 20th Century Fox que ha sido, sin duda, mucho menos brillante. Costó 97 millones de dólares y no tiene nada que envidiarle a su predecesora, que en realidad es su descendiente, o viceversa. Ya ni se sabe. Se mueve entre la precuela de el octavo pasajero y la secuela de prometheus. Es una reproducción con bandera americana que dura dos horas y tres minutos, y recuerda mucho la situación de la nave espacial Nostromo pero sin la teniente Ripley.
Sin embargo, y a pesar de la críticas, ha conseguido recaudar 231 millones de dólares. Ya se anunció en Estados Unidos la venta de su edición en Blu-Ray con cien minutos adicionales en los que se podrán ver escenas no proyectadas en las salas de cine. Incluirá un guion, compuesto por 36 páginas, que contiene material fotográfico y bocetos de la grabación.