Elías Falcón es graduado en Derecho en la Universidad de La Laguna (ULL). En 2023, se convirtió en el presidente del Consejo de Estudiantes, el máximo órgano de representación estudiantil. Además, forma parte del Consejo de Gobierno de la Institución. Compagina la representación estudiantil con sus estudios, pues en la actualidad, está cursando el máster de abogacía. Falcón es un joven comprometido con la universidad y el alumnado. Desde su posición, vela por los derechos de la comunidad estudiantil.
¿Qué supone ser presidente del Consejo de Estudiantes? «Es una gran responsabilidad. Al fin y al cabo, llevo una trayectoria bastante grande dentro de la representación estudiantil de la Universidad de La Laguna, pero nunca a este nivel. Debemos tener en cuenta que el Consejo de Estudiantes es el máximo órgano de representación estudiantil que tiene la ULL. Por tanto, es una responsabilidad enorme, pero se afronta. No he tenido ningún tipo de reparo ni de problemas a la hora de hacer frente a este cargo. La cuestión es dar soluciones y propuestas, siempre mirando por el interés del alumnado».
¿Hasta qué punto el Consejo de Estudiantes es esencial para el alumnado? «El Consejo de Estudiantes es imprescindible. De hecho, siempre va a tener algo que opinar o decir en relación a aquellas cuestiones que perjudican a la comunidad estudiantil de la ULL. Un ejemplo en concreto, el reglamento de evaluación y calificación que afecta a cualquier estudiante. Si el vicerrectorado de docencia quiere modificarlo, debe mandarle la propuesta al Consejo. Luego, los consejeros de estudiantes leerán el documento y lo evaluarán. Por lo que el consejo tiene la obligación de responder ante todos los asuntos relativos a los derechos del alumnado».
«La falta de personal docente está ligada a la alta edad de su plantilla»
¿Cuáles son las principales problemáticas de la ULL ? «Hay dos principales problemáticas: la falta de profesorado y las infraestructuras. La falta de personal docente está ligada a la alta edad de la plantilla. La Universidad va a tener que renovar muchísimo el equipo docente porque está muy envejecido. El problema reside en que los procesos de la administración son muy lentos. Por lo que es necesario agilizar la contratación de docentes. Por otro lado, está la infraestructura. La Universidad de La Laguna es la más antigua de Canarias. Por lo que las facultades y escuelas tienen problemas en sus instalaciones. Estamos gestionando la situación con el Vicerrectorado de Infraestructuras para mejorar las cuestiones más urgentes».
¿Cuáles son las propuestas del Consejo de Estudiantes para resolver esas problemáticas? «En cuestión de infraestructuras, lo que siempre hemos defendido es la realización de una lista de prioridades. Cada centro podría establecer cuáles son sus necesidades infraestructurales en función de la urgencia. De esta manera, el Vicerrectorado de Infraestructuras tendría la capacidad de ver cuál es el estado de nuestras facultades y valorar cuáles son las obras más necesarias. En cuanto a la escasez de profesorado, defendemos la necesidad de contratar. Es fundamental para el mantenimiento de la universidad pública».
«Desempeñamos un trabajo invisible»
¿Crees que el alumnado ve realmente la eficacia que tiene el Consejo de Estudiantes? «No lo ve, pero se beneficia. Hemos estado trabajando en el reglamento de evaluación, en la regulación del paro académico y en el reglamento de las pruebas evaluativas de accesos a la Universidad para mayores de 25, 30 y 45 años. Hemos trabajado codo con codo con el Vicerrectorado de Estudiantes para flexibilizar las ayudas asistenciales y dotar mejor a aquellas que más se solicitan. Desempeñamos un trabajo invisible. Trabajamos mucho, pero la gente no nos ve. Tampoco es una cuestión de la que tengamos que presumir en redes. Es nuestra función y alardear de lo que hacemos puede ser ególatra».
¿Se está llevando a cabo alguna actividad para que el alumnado se vuelva más participativo? «Cuando llegamos al Consejo de Estudiantes nos encontramos un consejo muerto y una participación estudiantil inexistente. Por ello, empezamos a crear y organizar el Consejo de Estudiantes como órgano con representación de todas las facultades, centros adscritos y centros de alojamiento. A partir de aquí, conformamos las delegaciones de cada facultad. Dotamos a las delegaciones de formación para que se mantengan y lleguen al estudiantado. Estamos generando un tejido participativo estructurado en los órganos de representación estudiantil para que el estudiantado participen».
¿Consideras que la ULL está en su mejor momento como institución de forma general? «Personalmente, creo que sí. La ULL es la mejor universidad de Canarias. Tenemos una calidad docente muy buena, así como la calidad de las titulaciones que se imparten. Además, la relación con la sociedad canaria es excelente. La transferencia que la Universidad hace a la población es inmensa. Existe una gran colaboración con el Ayuntamiento de La Laguna, el Cabildo de Tenerife, el Gobierno de Canarias y otros organismos para desarrollar diversos proyectos e investigaciones. La ULL está ahora en su mejor momento. Si estuviéramos mejor financiados, sería imparable».
«El trato de la Institución al estudiantado es inmejorable»
¿Qué aspectos se podrían mejorar? «El aparato burocrático necesita mayor agilidad. La gestión de la contratación del profesorado, las ayudas asistenciales a estudiantes o cuestiones relacionadas con matrículas y prácticas externas requieren una respuesta más rápida. También urge una mejora en cuanto al sentimiento de pertenencia del alumnado de la Universidad de La Laguna. Hay otras universidades peninsulares que no tienen nada que envidiar a nuestra Universidad. Y por un simple motivo, y es que el trato de la Institución al estudiantado es inmejorable. No somos conscientes de la universidad que tenemos. Además, el nivel de la ULL es muy alto con respecto a otras universidades».
¿La ULL necesita más apoyo y ayuda por parte del Gobierno de Canarias? «Sí. Nos han dejado vendidos, pero lo han corregido a tiempo. La ULL tiene un déficit de financiación horroroso, aún con las mejoras finales que se hicieron en el presupuesto de 2024. Sin embargo, no son suficientes. El Gobierno de Canarias tiene la obligatoriedad y necesidad moral de ayudar más a la Universidad. Aunque también la tiene el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de La Laguna».
