José Gómez Soliño fue rector de la Universidad de La Laguna entre los años 1999 y 2003. Es hijo predilecto de la Ciudad de los Adelantados, que le ha visto impulsar grandes ilusiones y proyectos relacionados con el ámbito académico. El catedrático de Filología Inglesa, reconocido con el Premio Canarias en 2019, es actualmente director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife (RSEAP) y codirector de Campus África, cargos que le permiten seguir impulsando su incansable labor por la educación.
¿Qué problemas enfrenta la educación en España? «Son muchos los problemas a los que debe hacer frente la educación en nuestros días, pero muchos tienen que ver con la financiación. Alguien me diría que los problemas van más allá y estoy de acuerdo, pero estoy convencido de que si hay una mejor financiación para todos los aspectos de la educación, de que si se invierte más en la educación pública, la educación mejorará. Hay que añadirle otras políticas que no tienen que ver con la financiación, pero por señalar un problema, vamos a empezar por el más difícil».
¿En qué se debería invertir? «Los niveles de financiación de la educación general en España, especialmente de la Educación Superior y actividades científicas, están muy por debajo de los estándares europeos. Yo creo que una mejor financiación es muy importante. España, en general, siempre ha pecado de una infrafinanciación o infradotación de los estudios públicos. Se ha hecho un gran esfuerzo pero no cumplimos con los estándares».
¿Es importante dividir los grupos? «Si se quiere formar bien al alumnado de Primaria y Secundaria hay que tenerlo en grupos pequeños. Un grupo de cuarenta o de treinta estudiantes es excesivo para un tratamiento más personalizado. No estoy inventando o proponiendo utopías, hay países de Europa donde las clases de Educación Secundaria no pasan de quince o veinte estudiantes. Eso no lo hemos alcanzado en España».
«Quien realmente tiene interés por estudiar puede recibir ayudas»
¿Hay barreras educativas en España? «No diría que hay grandes barreras. En España, quien quiere estudiar, no importa el nivel económico de su familia, puede hacerlo. Yo soy un ejemplo. Mi madre trabajaba en casa, teníamos huertas y recolectaba lo que comíamos. Mi padre trabajaba en una fábrica y yo pude estudiar con becas. Hoy quien realmente tiene interés por estudiar puede recibir ayudas y lo tiene mucho más fácil. Quien quiere acceder a la formación y a la cultura tiene oportunidades más que suficientes. Para ver la diferencia basta con compararnos con África. Disponemos de muchísimas oportunidades que a veces veo a la gente joven no saber aprovechar. Pero esa es su responsabilidad».
¿Qué opina sobre la quema de la patera de Guajara? «Me parece una acción miserable destinada a manifestar desagrado por la presencia de jóvenes que buscan un futuro mejor. Esas personas son los elementos más emprendedores y valiosos de la juventud y ayudarán a pagar pensiones de gente como la que quemó la patera. Me cuesta creer que haya sido un acto hecho por estudiantes, que tienen una mentalidad abierta, cosmopolita y deben saber reconocer la complejidad de los problemas. La solución pasa por un Plan Marshall para África, no por quemar una patera. La hubiera dejado como está, como un monumento a la sin razón humana. No la sustituiría, la dejaría ahí y explicaría que fue quemada».
¿Qué se puede hacer por la educación de las personas migrantes? «Yo creo que lo primero que se puede hacer es enseñarles castellano porque los que vienen de países de habla francesa o inglesa en África lo desconocen. Por lo tanto, mientras estén aquí hay que facilitarles la comunicación, que es lo más básico. Sé que se está haciendo, hay voluntarios y voluntarias que van a enseñar castellano a menores bajo la tutela del Gobierno de Canarias. La integración comienza por la lengua al principio».
«Durante mi etapa como rector me hubiera gustado crear una editorial universitaria canaria»
¿Qué pueden hacer las universidades e iniciativas como Campus África por la educación de las personas migrantes? «Las universidades pueden relacionarse con estudiantes en África y establecer planes conjuntos. Esta universidad tiene relaciones estrechas de cooperación con universidades de Senegal, Cabo Verde, Malí y otros países. Fomentar el contacto académico entre profesorado y alumnado es beneficioso, y eso hacemos en Campus África. Vienen estudiantes, están dos o tres semanas conociendo esto y reflexionan sobre qué problemas hay en sus países. Es un pequeño encuentro fructífero. A un nivel más alto, ese Plan Marshall debería financiar formación a todos los niveles».
¿Qué hace la RSEAP por la educación? «La educación es uno de los fines relevantes y fundacionales de esta Institución y de todas las Reales Sociedades que existen en España. Recibimos con mucho gusto a estudiantes de Primaria, Secundaria y educación universitaria, tanto de Tenerife como de fuera, y les explicamos qué fue el fenómeno de la Ilustración, el legado de la Ilustración canaria y los valores vigentes hoy día. Creemos que de esa manera contribuimos a completar la educación del alumnado que nos visita. Tratamos de complementar porque ya no podemos jugar un papel central como en el siglo XVIII. Nada más nacer esta Sociedad se crearon escuelas. Hoy eso ya no es necesario».
¿Y a nivel universitario? «A principios de este curso en el que estamos, en septiembre, tuvimos un encuentro con alumnos que se incorporaron a Magisterio, que se supone que van a ser los maestros y maestras del futuro. Organizamos una semana de conferencias transversales muy interesantes. Participamos también en la organización de un premio destinado a los mejores trabajos de máster y de fin de grado de la facultad de económicas y en el futuro pensamos desarrollar actividades formativas, que creemos que no están suficientemente cubiertas».
¿Hay algo que considere que le quedó por hacer en su época como rector o algo que debería hacerse actualmente? «Sí, siempre quedan muchas cosas por hacer, pero ya, como todo quedó en el pasado, pues bueno, hice lo que pude y me siento contento por lo que he hecho. Me hubiera gustado crear una editorial universitaria canaria en la que participaran las dos universidades, igual que las de Oxford y Cambridge, editoriales que van más allá de la universidad y le dan prestigio. Sobre lo que se hace hoy en día, todos los rectores y rectoras hacen todo lo que pueden y más por ofrecer las mejores oportunidades educativas al alumnado. Si contaran con más financiación tendrían más posibilidades».