Carlos Díaz, Berta Pinto y Néstor Benítez, docentes y profesionales de la investigación en la ULL. Foto: Aarón G.

«Tras la pandemia se reflejó un aumento de los TCA en edades más tempranas»

Ciencias de la Salud

«Hay muy pocas publicaciones sobre la prevalencia de los trastornos de la conducta alimentaria»

Carlos Díaz, catedrático de la Universidad de La Laguna en el área de Nutrición, y Néstor Brito, docente e investigador, forman parte del grupo de investigación Nutrición, Alimentación y Salud (NAYS) de la ULL. Junto a Berta Pinto, doctora en Ciencias Médicas y nutricionista, han realizado una revisión de las publicaciones sobre la prevalencia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en España. El objetivo ha sido recoger de manera cuantitativa los datos existentes.

El grupo de investigación está centrando en el estudio de la adicción a la comida y los trastornos de la conducta alimentaria. «El estudio surge debido al vacío que existe en la literatura científica sobre la prevalencia de los TCA en España», afirma Brito. Desde el grupo de investigación recalcan «la necesidad de recopilar toda la información publicada que hay en bases de datos a nivel nacional». «En nuestro país existen ciertos estudios aislados en las diferentes comunidades autónomas, en Canarias solo hay tres», comenta el investigador. El estudio cuenta con diferentes campos como, por ejemplo, edad, sexo, lugar donde se realizó o las herramientas utilizadas.

«Cuando se hacen registros se puede hacer una revisión narrativa o una revisión sistemática, pero nosotros hicimos un scoping review, es similar a la revisión sistemática pero trata de recopilar toda la literatura que hay publicada sobre el tema», explica Brito. La investigación no se enfocó en los datos sino en la cantidad de publicaciones, entender qué población se suele investigar y cuáles son los tipos de estudios realizados. Según afirma la doctora Pinto, «nos centramos en población pediátrica, preadolescente y adolescente, investigando también de forma independiente en temas más novedosos como la adicción a la comida».

«Hay bastantes profesionales que se centran en la parte clínica, pero apenas hay quienes se dediquen a la investigación»


A todos los artículos publicados, 580, se le aplicaron de forma posterior criterios de exclusión e inclusión, y de esos artículos solo existían 37 publicaciones. «Existe un numero tan limitado porque hay escasez de profesionales que investiguen los TCA», matiza Brito. Hay bastantes profesionales que se dedican al tratamiento, pero no a nivel de investigación. «Se centran en la parte clínica», asegura la doctora. «Con la investigación pretendemos observar si la obesidad se puede comportar como un trastorno alimentario o si hay factores de riesgo que puedan producirla», certifica el miembro de NAYS.

«El principal problema encontrado en la investigación es la falta de homogeneidad en los estudios, ya que no todos utilizan las mismas herramientas para valorar los trastornos, lo que le añade complejidad a la hora de analizar», anota Brito. Las comunidades más analizadas fueron Madrid y Cataluña, que cuentan con más datos y casi todas establecen criterios para anorexia nerviosa, bulimia, trastorno por atracón y trastorno de comportamiento no especificado. La experta en nutrición resalta «la falta investigación respecto a otros trastornos que no son tan protagonistas».

Tras la época de pandemia, a nivel clínico, se reflejó un aumento del diagnostico de los trastornos alimenticios en edades más tempranas. «Nos centramos mucho en investigar población infantojuvenil porque es esencial a la hora de realizar prevención», afirman tanto Pinto como Brito. Tienen previsto realizar un nuevo estudio, pero esta vez centrado en Canarias. Además de otro en el que quieren diseñar un programa de prevención primaria de los TCA. «Lo ideal es que cuando pasen cinco años volvamos a realizar de nuevo otra revisión para analizar el número de publicaciones», concluyen en conjunto.

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