La Real Academia Española define el término indispensable de la siguiente forma: “adj que no se puede dispensar”. Hasta aquí todo bien, aunque yo, por lo menos, echo en falta otra acepción que sería esta: “adj referido a los accesorios en el mundo de la moda”. Y parece una broma (lo es) pero son importantes, y mucho.
Imaginemos una situación en la que dos personas repitan el mismo conjunto o una misma prenda, lo único que les podrá salvar son esos complementos que le dan un factor diferencial a sus outfits. No importa su tipo, ni el color, ni el tamaño, ya que ellos cumplen su función siempre y cuando estén a la vista. Aunque si son artesanales y únicos… ¡Chapó!
Desde la Facultad de Economía, Erika Guillermo, es un ejemplo de cómo la propia ropa puede funcionar a modo de accesorio. Su blusa entallada top color negro, la acompaña con unos pantalones rotos por la rodilla azul celeste. Un look sencillo y efectivo que, gracias a la camisa tricolor que lleva atada a la cintura a modo de complemento, le aporta un toque urbano bastante llamativo.
El estudiante de Periodismo, Christian Cárdenes, demuestra lo poco necesarios que son los tatuajes para tener un brazo vistoso y estiloso. Su brazalete de cuero color marrón, junto con las dos pulseras forman un tándem perfecto que se complementa con su camisa remangada. Un pequeño consejo, no tengan miedo a llenar sus muñecas de todo tipo de accesorios de distintos colores ya que la unión de todos estos forman uno en su conjunto, y no afecta a la pirámide.
Los pendientes y el collar de Hugo García son otro ejemplo de lo anteriormente dicho. El joven estudiante de la ULL consigue con su pequeña ‘dilata’ y sus dos pendientes una mezcla verdaderamente original, su cadena atada al cuello y el pelo largo le dan ese toque rebelde que tan de moda está en estos días.