A medida que se va acercando el verano o fechas de celebración como Navidad, fiestas tradicionales de la ciudad, pueblo o incluso cumpleaños, los anuncios de las mágicas dietas desintoxicantes o purificantes empiezan a bombardear distintos medios de comunicación. Parten de la base de que el cuerpo necesita una limpieza de las comidas copiosas y el alcohol, y que este necesita ser depurado para que empiece a funcionar correctamente. Si además, se le suma la propaganda que hacen las celebridades con el uso de ciertas marcas de suplementos, tés o jugos a través de sus redes sociales, es la trampa perfecta. Sin embargo, es algo totalmente innecesario y que no ofrece resultados a largo plazo, ya que es imposible mantenerlo como un estilo de vida.
Estos «detox» tienen puntos en común con las peligrosas dietas milagro: la exclusión total de uno de los macronutrientes, una fuerte deficiencia calórica, la ingesta de alimentos muy específicos, rápida pérdida de peso o llevar una alimentación mayoritariamente líquida. Además, son planes para realizar en un corto periodo de tiempo, entre 10 y 15 días como máximo, que tienen un fuerte efecto rebote sobre el cuerpo cuando se regresa a la alimentación rutinaria.
Lo cierto es que las personas que las llevan a cabo pueden experimentar síntomas como mal humor, dolores de cabeza, atención dispersa, diarreas, náuseas, mareos y falta de energía. Por mucho que se diga que son «efectos de la desintoxicación», la realidad es bien distinta: todo esto ocurre por la descompensación alimenticia en la que entra el cuerpo al emprender este tipo de dietas y, a largo plazo, puede tener repercusiones más graves como desórdenes hormonales o problemas de sueño.
Por qué no realizar este tipo de régimen express
La desintoxicación es un proceso por el que el cuerpo elimina sustancias de desecho que son tóxicas. Los órganos principales encargados de este trabajo son el hígado, los riñones, los pulmones e incluso la piel, gracias al sudor. Es algo que ocurre de manera natural todos los días durante la vida de una persona para que el cuerpo funcione bien. Es cierto que si no se lleva una alimentación sana y equilibrada con un alto contenido de harinas refinadas, azúcares y grasas de mala calidad, nos llenaremos de toxinas y el proceso de limpieza será menos eficiente. Lo correcto es hacer comidas caseras con alimentos enteros y de buena calidad en las cantidades necesarias para cada uno, y así los órganos nombrados harán su trabajo con más facilidad.
Tras un día de comidas abundantes y pesadas como el 25 o 31 de diciembre, celebraciones familiares o incluso un épico cheatmeal, el protocolo a seguir es volver a la rutina saludable que se sigue el resto del año, puesto que con las dietas detox no se eliminarán las calorías, grasas o azúcares ingeridos.
Por otro lado, el ejercicio físico intenso es imposible de realizar durante el período que dure el «régimen de desintoxicación», cosa totalmente comprensible debido a la falta de calorías. Lo que no se tiene en cuenta, es que al realizar actividad física la circulación mejora, el cuerpo se oxigena, se liberan toxinas por la respiración y el sudor, y los riñones y el hígado funcionan mejor.
No ayudan a adelgazar
En caso de que se tenga un poco de sobrepeso, la oxidación de grasas ayudará a dicho proceso de purificación, ya que la grasa acumula sustancias tóxicas. Al eliminarla, estas sustancias van al torrente sanguíneo donde son neutralizadas por distintos nutrientes y minerales como los antioxidantes y filtrados por los órganos excretores. Además, si el objetivo es adelgazar, con este tipo de dietas mágicas no se cumplirá esta meta porque muchos de los jugos en los que se basan están llenos de azúcares y son bajos en fibra.