Varios científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) han participado en un estudio sobre la alimentación y otras amenazas para las tortugas verdes, conocidas como “Chelonia mydas”. Estas habitan en las aguas del Archipiélago y se encuentran en peligro de extinción. Por su parte, la investigación ha sido publicada en Science of the Total Environment, una de las revistas más conocidas en el mundo.
Uno de los puntos más importantes que señala el proyecto es la importancia de concienciarse sobre cuáles son los elementos biológicos y ecológicos que singularizan a este animal. Asimismo, hace hincapié en las presiones antropogénicas a las que se ven sometidas debido a las actividades y a la contaminación que provocan de forma continua las personas. Entre ellas destacan la pesca, el transporte marítimo y la basura que es desechada a las aguas insulares.
A esto se le suma la alimentación suplementaria, que causa cambios de comportamiento y niveles altos de variables bioquímicas debido a la gran de ingesta de proteínas y grasas. Además, otro de los motivos por el cual peligra su existencia es el excesivo consumo que hacen los seres humanos de su carne y sus huevos. En consecuencia, la iniciativa incide en la exigencia de encontrar soluciones ante esta gran problemática. Así, se propone una mayor vigilancia y reducir las ocupaciones náuticas y recreativas realizadas en el hábitat natural.
Las tortugas verdes tienen un gran tamaño, pudiendo llegar a pesar 230 kg. De esta manera, el mar insular es un lugar idóneo para el crecimiento y la alimentación de las mismas. Además, es el único sitio de toda la vertiente atlántica europea donde se pueden hallar de forma frecuente, dado que son atraídas por los climas tropicales y subtropicales. En estas zonas suelen reproducirse en un periodo de entre dos y cuatro años.
La especie sigue una dieta herbívora y, mayoritariamente, emigra de zonas costeras de América y África, dado que aquí encuentran gran cantidad de algas en los diversos sebadales y fondos rocosos. No obstante, durante sus primeros años de vida consumen carne de invertebrados, medusas y esponjas.
Durante el desarrollo de la observación, la ULPGC ha colaborado con otros entes como ADS Biodiversidad, la Universidad de Barcelona o la Fundación Oceanogràfic. El Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira (Cabildo de Gran Canaria) y el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre La Tahonilla (Cabildo de Tenerife) también se han sumado a la idea.