Hace poco más de un mes Jonathan Rodríguez y Noelia Ginoris, más conocidos como Jony y Noe, se proclamaron Campeones del Mundo de Bachata en la ciudad de Budapest (Hungría). Disputaron la final en la modalidad de improvisación, participando con su bachata sensual. Tras revalidar el título a nivel regional por tercer año consecutivo, consiguieron quedar como subcampeones nacionales. Después de tres años de mucho trabajo y esfuerzo, los bailarines tinerfeños han cumplido su sueño.
¿Cómo empezaron en este mundo? Jony: “Por hobby cuando estaba en el instituto, a los 16 años. Bailaba salsa, pero un día acudí a un taller de bachata con mi expareja y me enamoró la forma de bailar de Korke (creador de la bachata sensual) y decidí que quería bailar como él. Empecé a competir con mi anterior pareja, hasta que decidimos dejar de bailar juntos”. Noe: “Yo también empecé de manera similar, a los 11 años por mi primo, que ya iba a clases. Siempre me había gustado, pero nunca había dado con un estilo que me enamorase tanto como la salsa. Y allí me quedé, durante unos nueve años aprendiendo con diferentes profesores de la Isla hasta que pude ser profesora. Comencé a competir con mi anterior pareja de baile, pero tenía ganas de probar con otro estilo y nos separamos».
¿Por qué el baile y no cualquier otra rama del arte? J: “Es algo que siempre he querido hacer, algo que siempre me ha gustado y vi la oportunidad en una actividad extraescolar en el instituto”. N: “Es lo que siempre me ha gustado, desde pequeña. Cuando tenía 5 años me ponía con mis vecinas y mis primas a imitar a las Spice Girls o a los Back Street Boys y a crear coreografías y a bailarlas en la calle. Siempre me ha encantado”.
El mejor momento que hayan vivido sobre un escenario. “El momento que dijeron nuestro nombre como Campeones del Mundo. Sin duda”.
¿Cómo nació la pareja artística? “Nos conocimos hace 11 años en una discoteca de baile. Noe siempre quiso bailar con Jony, pero vivíamos muy lejos el uno del otro y no era posible, por lo que cada uno decidió bailar con diferentes parejas. Hace 3 años y medio nos encontramos en una fiesta de baile. Jony ya bailaba bachata y sacó a bailar a Noe, que no tenía ni idea de la bachata sensual. Nos gustó mucho bailar juntos y estuvimos toda la noche bailando. Nos propusimos empezar a ensayar como hobby. Jony le propuso a Noe competir a las 2 semanas de estar ensayando. Ganamos nuestro primer Campeonato de Canarias. Y hasta hoy”.
“El baile es un deporte tan valioso como cualquier otro y como bailarines llevamos años luchando para que se reconozca como tal”
¿Cuál es vuestra rutina de trabajo? “No tenemos una rutina planificada. Excepto en época de competición que ensayamos todos los días de la semana, unas 6 horas al día más o menos. Normalmente le dedicamos unas 2 horas diarias”.
¿Cómo nace cada coreografía? “Los shows nacen a raíz de que pensamos que tenemos que contar algo; algo que queremos transmitir al público que nos ve. Una historia ya sea de amor, de desamor, de alegría o tristeza…”
¿Cuánto tiempo de preparación lleva? “Es algo que varía mucho, dependiendo de lo que nos apetece hacer en esa temporada. Lleva bastante trabajo de inspiración, de búsqueda de tiempo para crear y ensayar, de limpieza de movimientos… Lo normal es unos dos meses para poder presentarla”.
«Nunca consideramos que un campeonato se nos queda pequeño»
Y en cuanto a la música escogida, ¿cómo se realiza la elección? “Las canciones las escogemos, como decíamos anteriormente, según la historia que queremos contar a la hora de hacer el show. Escogemos varias canciones que nos gusten, escuchamos la letra y de ahí creamos a nuestro bebé. Ja, ja, ja…”.
¿Los medios dan suficiente difusión a disciplinas como el baile? “No… Ojalá pudiésemos decir que sí, pero no. Gracias a redes sociales como Facebook, Instagram y Youtube el baile ha crecido tanto en tan poco tiempo. Es algo que no tiene sentido. Nosotros consideramos que es un deporte, como cualquier otro y tan valioso como cualquier otro. Es algo por lo que llevamos mucho tiempo luchando los bailarines; para que se reconozca como tal”.
Después de haber ganado por tercer año consecutivo el certamen regional, ¿considerabais que se os estaba quedando pequeño? “Nunca consideramos que un campeonato se nos queda pequeño. Es más, cada año vamos con más nervios porque el nivel de exigencia personal es mayor. Queremos dar y transmitir lo mejor de nosotros y no es algo fácil”.
¿Consideran que el baile profesional está reconocido por la sociedad? “Sí. Cada vez más, sobre todo por los que siempre han estado a nuestro lado. Familia y alumnos, los cuales también consideramos parte de nuestra familia. Cada vez la gente nos escribe más por redes sociales desde países que ni nos imaginamos que nos conocen y es algo increíble”.
“El día que no disfrutemos encima de un escenario, dejaremos de dedicarnos a esto”
Tras haberos proclamado Campeones del Mundo, ¿cuáles son vuestras siguientes aspiraciones? “Trabajar muchísimo este año y conocer países nuevos. Nos gustaría revalidar el título de Campeones Mundiales en 2018, pero sabemos que nos enfrentamos a algo muy grande. Sin dudarlo nuestro mayor objetivo es poder seguir dedicándonos a esto, es lo que nos da vida. Que la gente nos apoye y nos quiera como hasta ahora, y que quieran seguir aprendiendo de nosotros. Ese es nuestro mayor regalo”.
Se podría decir que, en vuestra modalidad, ahora mismo no hay nadie mejor que vosotros. ¿Temen perder las ganas de éxito? “Jamás. De hecho, no creemos que seamos los mejores del mundo. Aún estamos en stand by. Ja, ja, ja… Este trabajo es muy difícil, muy competitivo y muy sacrificado. Hay muchísimos bailarines, cada vez más y cada vez mejor preparados. Nosotros siempre pensamos en superarnos a nosotros mismos, en disfrutar… El día que dejemos de disfrutar encima de un escenario, dejaremos de dedicarnos a esto”.
¿Qué implica ser campeón del mundo en términos económicos? ¿Reciben algún tipo de compensación? “No. Significa ser Campeón del Mundo y ya. Tener el título. Quizás que te contraten en diferentes eventos, en diferentes países, pero no recibimos ninguna compensación”.
Para finalizar, Jony, ¿qué le dirías a todos esos niños que no se dedican al baile por miedo a las burlas? “Que es una tontería dejar de hacer lo que te gusta por el miedo al qué dirán. Al fin y al cabo, la gente hablará siempre tanto para bien como para mal. Así que mi consejo es que hagan lo que les haga disfrutar en cada momento de su vida y que, si el baile les saca una sonrisa, adelante. Nunca dejen de hacer lo que les hace felices”.