La Sección de Física y Matemáticas de la ULL acogió ayer, 5 de abril, como cada jueves, el fisquito titulado Los perfiles de la naturaleza. Carla Rodríguez Pérez, exalumna de la Facultad de Ciencias y la única fisquitera de este cuatrimestre, fue la encargada de dirigir esta charla. En los escasos siete minutos que duró la exposición, la ponente reveló que existe un objeto matemático, los fractales, que permite reproducir las figuras de la naturaleza.
La estudiante de máster quiso estructurar el evento a través de cuatro aspectos: ¿Cómo se pueden construir estos elementos?, ¿qué son exactamente?, ¿cuál es su dimensión? y, para finalizar, expuso una serie de casos. La matemática afirmó que, en la actualidad, “la geometría euclídea no responde a todo lo que vemos en la naturaleza, a los helechos, a los árboles, a las flores; en cambio, la fractal si que lo puede explicar”.
Un fractal es la imagen cerrada, acotada y fija de un sistema de funciones iteradas. Además, cumplen dos propiedades: en primer lugar, son autosimilares. Si tomamos un trozo más pequeño del mismo podremos observar que es prácticamente igual que la pieza completa. En segundo lugar, el sistema que lo genera es un algoritmo sencillo. Para poder entender el concepto, la divulgadora presentó los ejemplos más populares: el triángulo de Sierpinski, el conjunto de Malgebrot y, por último, la curva de Koch. Asimismo, señaló que las características más relevantes que tiene este componente matemático es su perímetro infinito y área nula. En general, la dimensión es un número fraccionario: «Cuanto más cerca esté de una cifra natural, más regular y menos fractal será el objeto que estamos analizando».
Esta geometría ha ido ganando adeptos por su aplicabilidad en más ramas del conocimiento. Sin embargo, los principios matemáticos sobre los que se asienta pasan desapercibidos para la mayoría de sus usuarios. A través de esta rama específica, se puede describir ciertos fenómenos naturales de forma más fidedigna.