Clarabett es un espectáculo colectivo producido por la asociación cultural Kabarearte. Con la ayuda de la compañía teatral Traspunte Producciones, llega el próximo domingo 15 de abril, a las 20.30 horas, al Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Con un fin benéfico a favor de la Asociación ÁMATE, se trata de una actuación benéfica que lucha contra el cáncer de mama. Su escritor y también actor, Jonatan F. Txakartegi, habla sobre un show que, durante aproximadamente dos horas, promete hacernos disfrutar de toda la riqueza de un cabaret llamado El Convento.
¿Cómo nace Clarabett? “Nace por mi idea ambiciosa de querer trabajar como actor. Estudié arte dramático en la Escuela de Actores de Canarias y mis compañeros y yo teníamos que hacer un trabajo final de carrera. No sabíamos qué hacer, yo solo tenía claro que quería seguir dedicándome a ser actor cuando acabase, por eso, decidí mezclar dos cosas que me gustaban: escribir y el cabaret”.
Y una vez que tuviste claro que querías mezclar ambas, ¿cómo ideaste la creación del espectáculo? “Me planteé qué pasaría si mezclábamos una obra tradicional con su inicio, su nudo y su desenlace, con un cabaret. Cogí un texto del siglo XX: La Visita de la Vieja Dama, de Friedrich Dürrenmatt, y lo transformé en un cabaret. Una vez presenté el proyecto a mi tutor, que es el director de escena, hablé con él para decirle que mi intención era seguir trabajando en el proyecto cuando me graduase. Le gustó la idea, por lo que lo primero fue trabajar en el texto para que se convirtiera una obra original y no una adaptación. Luego, buscamos los actores que pudieran dar el perfil para lo que necesitaba Clarabett, y de ahí nació esta función”.
¿La obra ha sido escrita únicamente por ti? “Hoy en día puedo decir que aporté una idea y un esqueleto, en base a ese esqueleto, todos mis compañeros y yo hemos seguido trabajando en el proyecto, es decir, hay números que no son escritos por mí, sino escritos o cedidos por otros compañeros que ya tenían ese número. Por ejemplo, Joel Hernández y su monólogo del Partido Pulpista u otros escritos por compañeros nuestros específicamente para esta obra con el fin de enriquecerla».
«No es un trabajo mío, es de todos los que hemos trabajado en Clarabett”
¿Cuánto tiempo llevan trabajando en este proyecto? “Yo dos años y con mis compañeros llevo un año y medio. El 10 de diciembre de 2016 estrenamos el espectáculo en Candelaria y, desde entonces, hemos hecho temporada en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz, en la sala Timanfaya en el Puerto de la Cruz, en el Teatro Victoria, en el Regia Comedy… Es probable que próximamente empecemos a tener actuaciones en Gran Canaria. Aunque es cierto que por la cantidad de gente que somos nos han cerrado bastantes puertas, otras nos las han abierto”.
¿Cómo surge la idea de hacer una función benéfica? “Creo que es importante y necesario sacar el espíritu solidario de la gente y a veces, a través del arte, podemos llegar a lograr grandes cosas. De ahí se nos ocurrió hacer un evento en beneficio a una organización, en este caso ÁMATE. En mi familia hubo un caso de cáncer de mama que se quedó en un susto”.
«Pensé que sería bonito hacer que la gente tome conciencia y nos ayude»
Imagino que eso también te tocaría… “Me tocó la fibra y como sabía que aquí existía esta asociación pues pensé que sería bonito hacer que la gente tome conciencia y nos ayude. También me gustaría en un futuro hacer más funciones, con esta obra u otras, para luchar en la búsqueda de la cura total del VIH o contra el hambre en el mundo, creo que también son proyectos muy interesantes”.
¿Por qué ambientado en un cabaret y no en otro espacio? “El ambiente es dentro de un cabaret porque normalmente un cabaret es aquí y ahora. El cabaret es un espectáculo que se hace en diferentes espacios cerrados, ya sea en un café teatro, en un local burlesque… Independientemente de donde sea, siempre es un aquí y ahora. ¿Qué mejor que desarrollar la obra en un lugar específico ambientado en un cabaret llamado El Convento? A parte, la obra en la que me inspire transcurría en una misma ciudad, y eso me dio la idea de que todos los sucesos que ocurrían en Clarabett fueran representados dentro del convento”.
«Si esta producción fuera en un teatro de Gran Vía creo que sería un éxito, pero estamos en Canarias»
¿Consideras que la obra tiene visibilidad y reconocimiento teniendo en cuenta las limitaciones que existen en Canarias en el mundo del arte? “Nosotros hemos intentado durante un año y medio moverla muchísimo, pero como ya te he dicho antes, por la cantidad de personas que somos se nos han cerrado muchas puertas. Ha habido varias productoras que se han fijado en nuestro proyecto y que al final, por ser tantos, nos ven como una posible pérdida de dinero porque, como bien dices, existen muchas limitaciones en Canarias. No hay tanto público, no hay tanto dinero, por lo que mantener una producción de diez personas es muy difícil”.
¿Has recibido algún tipo de ayuda? “He de reconocer que he tenido muchísimas ayudas. Por ejemplo, cuando hicimos temporada en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz, en la calle Castillo, tuvimos un patrocinio del Gobierno de Canarias impresionante. Por otro lado, hemos recibido mucho apoyo de personas como, entre otros, Hugo Cebrián que es fotógrafo, director de cortos, hace diseño gráfico y ha sido quien ha hecho los carteles de promoción. También nos han ayudado mucho Manuel Herrador, Alicia Rodríguez, o también Mónica Jiménez, quien se encargó de todo el vestuario y atrezzo. Hemos tenido muchos compañeros y personas que, de manera desinteresada, nos han aportado bastante en este proyecto, por ejemplo, el Regia Comedy o Bohemios Carnaval, quienes nos cedían el espacio para ensayar”.