La mayor parte de las veces cuando se ven escenas de acción en algún largometraje, surgen preguntas sobre cómo lo harán. ¿Qué habrá detrás de las situaciones más arriesgadas? Raquel Rial es actriz y especialista de cine, y dedica gran parte de su tiempo a prepararse para realizar este tipo de acciones. El pasado mes de abril se estrenó una de las películas en las que ha participado recientemente, Apocalipsis Voodoo, obra del director tinerfeño Vasni J. Ramos.
Todo comenzó en su época de estudiante en la Universidad de La Laguna. Matriculada en el grado de Estudios Ingleses, formó parte de un grupo de alumnos que decidió introducirse en el mundo del teatro. De este modo, la Agrupación de Teatro de Filología se convirtió en una familia para ella. «Empezamos recreando obras literarias de diversos siglos y también alguna que era un poco más disparate. Así empecé en los escenarios», recuerda.
Para ella, la universidad fue «una experiencia muy importante y bonita en la vida. Siempre tiene sus más y sus menos, como todo, pero en mi caso creo que fue acertada». Además, le gustaba mucho lo que hacía debido a que entró en la carrera que ella quería. Por suerte, coincidió con profesores y grandes compañeros.
El teatro: su casa
Cuando pasaron los años, realmente se dio cuenta de que había nacido para la interpretación. De esta forma, en una de sus actuaciones, entendió que aquello tenía que ser su trabajo. «Estaba pasando por un momento delicado de mi vida y representamos un musical. En uno de los momentos, gracias a la canción, mi personaje y lo bien que me sentí en el escenario, decidí que quería dedicarme a eso», afirma.
El arte del teatro forma parte de su vida desde aquel entonces. Para Rial, interpretar teatro es sentirse como en casa. Además, cree que «lo mejor que tiene este oficio es que desde que empieza la obra hasta que termina estás en un escenario, tienes un personaje y se hace una burbuja en la que el resto del mundo se queda aislado. A mí me da mucha libertad». Aunque para muchas personas esto implicaría un riesgo, la actriz es capaz de sentirse cómoda frente a un público.
En cuanto a la preparación de sus personajes, a la actriz le gusta dejarse llevar por lo que le transmite el escrito. Al proceder de la filología, le gusta analizar el texto y saber qué trasfondo tiene, tanto para el escritor como para el propio personaje: «Muchas veces, a parte de dejarme llevar por las emociones, intento recibir formación externa o comparar trabajos que he hecho anteriormente». Por otro lado, es partidaria de observar el día a día de las personas, ya que cree que es la mejor fuente de información de la que dispone. «Intento buscar cosas diferentes para cada personaje», añade.
Especialista de cine
Fueron las ganas de ampliar su formación las que hicieron que quisiera centrarse en ser doble de acción. Gracias a un curso de intérprete de acción para actores, conoció al que hoy en día es su coordinador en el grupo de especialistas. Igualmente, resulta ser un oficio muy duro y comprometido para ella, puesto que «no solo consta de los entrenamientos y trabajos en grupo, sino también de levantarte cada día y dedicarte a ello todo lo que puedas». Mismamente, Rial comenta que «la preparación es sobre todo física pero también tiene una parte teórica importante dedicada a la seguridad en especial y también a conocimientos dentro de un rodaje».
Sin embargo, normalmente el doble de acción sustituye a los personajes principales: «Como especialista, lo primero que tienes que entender es que no se te va a ver, a no ser que sea un papel que no tenga nada que ver con los actores principales como a lo mejor un peatón que tienen que atropellar o un guerrero, aparecerías aleatoriamente en la película».
Entonces, ¿cómo lo hacen para que el público no se dé cuenta de que se está sustituyendo al protagonista? «Se utilizan trucos de cámara, de maquillaje y peluquería para que parezcas, según cómo se enfoque el propio actor y así evitar que el principal tenga un accidente», responde. En una ocasión, Rial tuvo que sustituir a una intérprete rubia que tenía que realizar una escena de acción. De esta forma, la vistieron igual que ella y le pusieron una peluca rubia para que se asemejara a ella. «En cualquier caso, siempre buscan perfiles similares para que, si alguien se para a mirar el plano, casi no se note que se trata de otra persona», explica.
Curiosamente, su grado en Estudios Ingleses ha supuesto una ventaja para su trabajo dentro del sector cinematográfico. Destaca que trabaja «mucho más en inglés que en español. Sobre todo en el mundo de los especialistas de cine es muy útil ya que la mayoría de las veces trabajamos con productoras extranjeras». A parte de todo esto, Rial es traductora audiovisual. Es decir, elabora la subtitulación.
Sus referentes
Una de las cuestiones que más curiosidad me da es las referencias que puedan tener los actores. Según Rial, «aquí en Canarias hay gente muy buena que pueden ser grandes referentes. Por ejemplo, mis propios compañeros y la gente con la que he trabajado». Así, cree que en las Islas estamos en una etapa en la que el cine está creciendo. Pero opina que «tristemente, la cultura tanto aquí como en el resto de España va por detrás de lo que debería. Cada vez llegan más proyectos de fuera, lo cual abre puertas a la gente de aquí».
No obstante, cree que siempre puede aprender algo en lo que ve. Subraya el trabajo de intérpretes como Charlotte Gainsbourg o Carey Mulligan. «Siempre me gusta intentar entender cómo han llegado hasta allí. Al final, hay infinitos actores en los cuales te puedes inspirar. En general, de todos se puede aprender algo».
Uno de sus directores favoritos del momento es Xavier Dolan, del cual recomienda toda su filmografía. Le cuesta mucho elegir una película preferida, pero, para Rial, «Cinema Paradiso, del director Giuseppe Tornatore, siempre ha sido un referente y creo que todo el mundo debería verla». Haciendo referencia a una de sus pasiones, el teatro, cree que cualquier obra es digna de ser recomendada. «Me sorprende el desconocimiento que hay en cuando al teatro y la poca gente que va a llenar una sala. Yo simplemente recomendaría a las personas que vayan a verlo, puesto que es necesario», concluye.