Bajo el título de Las sociedades africanas frente a los retos de la globalización, regresa, del 11 al 26 de julio y por tercer año consecutivo, el Campus África, una iniciativa de la Universidad de La Laguna que persigue estrechar las relaciones entre las islas macaronésicas y el resto del continente africano. Además de múltiples cursos y seminarios, en su programa también se contemplan actividades lúdicas que buscan ensamblar el arte con la reflexión sociológica. Entre ellas destaca el musical Quilombos, un canto a la libertad.
La obra teatral se estrenará mañana jueves 12 de julio, a las 19.30 horas y la entrada al evento del Paraninfo ULL será gratuita hasta completar el aforo. Se trata, asimismo, de la primera actividad cultural en celebrarse dentro del marco del Campus África, aunque no la única. Entre las novedades que se han introducido este año, destacan los premios artísticos internacionales y la convocatoria de nuevas becas intercontinentales.
Según la página web del teatro universitario, Quilombos es un grito al cielo en reclamo de libertad, una forma acuciante de invitar a los espectadores a reflexionar sobre la xenofobia. La música corre a cargo de Nelson Nascimento, mientras que las letras están firmadas por Pere Casaldáliga y Pedro Tierra.
Quilombos: del caos a la liberación
El título de la pieza se remonta a la lengua kimbundu, hablada en Angola, y significa ‘aldea’. En los tiempos de la colonización, sin embargo, este término adquirió una connotación peyorativa cuando los invasores europeos comenzaron a emplear la palabra para designar a las regiones en las que los nativos se mantenían sublevados.
Pese al paso del tiempo, en la vertiente meridional del español y, en especial, en América Latina, se sigue empleando este sustantivo con el significado de ‘caos’, ‘barullo’ o ‘desorden’. Lo que la obra pretende poner sobre las tablas no es más que lo que en su origen suponían los quilombos para los esclavos autoliberados: un remanso alejado de la mano rígida del doblegamiento y el racismo capaz de conservar su autonomía política.
En el nombre del Dios cristiano, los colonos europeos propugnaron su doctrina y sometieron a los negros del mundo. No solo en la cuna del planeta, sino en el resto de continentes, algunas comunidades siguen viéndose amenazadas por el color de su piel. Campus África, además de desempeñar una labor educativa y política, crea un espacio de convivencia, un ágora que favorece la reflexión científica, pero también social acerca de quiénes somos, adónde vamos y, sobre todo, qué valores nos acompañan en el camino.