A pleno sol de mediodía, los aparcamientos del Parque Marítimo de Santa Cruz comenzaron a llenarse de gente. Y es que los más ansiosos se dieron prisa para coger el mejor sitio en el Canarias Urban Fest. Tras una larga espera y con 50 minutos de retraso, las puertas se abrieron a las 16.50 horas. En seguida saltó al escenario el canario P.DRO, excomponente del grupo de rock Neptvno y uno de los finalistas de la quinta edición de La Voz.
Fabrizio Salgado fue el encargado de amenizar los tiempos muertos de la velada. El dj local aparecía en el escenario cada vez que se hacía un cambio de artistas, con algunos de los temas más sonados del momento como No me acuerdo o Dura.
También pisaron el escenario otros cantantes como DGM y FS para hacer más llevadera la espera. Tras estos, llegó Josh Acosta, agradeciendo su vuelta a los escenarios chicharreros tras un largo periodo fuera del Archipiélago. Acompañado por tres bailarinas del grupo de baile urbano Yufunk Dance School, el tinerfeño hizo sonar algunas composiciones propias como Tú no sabes cuánto.
Además, entre los artistas invitados se encontraba el venezolano Kayl, un cantante de género urbano que acaba de sacar a la venta su primer disco. También desde Venezuela llegaba el joven Tomas The Latin Boy, quien está triunfando en Latinoamérica y Estados Unidos. Y entre tanta música, se hacía necesario algo más de movimiento. El grupo Yufunk Dance hizo brincar y llenó de energía a los presentes al ritmo de canciones como I like it o Scooby Doo Papá.
El tsunami latino que conquistó a los chicharreros
Conjuntadas con un bodi multicolor y agradeciendo, como siempre, el calor del público de su Isla, las K-Narias dieron la bienvenida con Salsa con reggaetón, uno de los éxitos que les hizo alcanzar la fama en sus inicios hace ya 13 años. Para ir entrando en calor, hicieron un juego entre hombres y mujeres, a fin de comprobar cuál era el género más animado durante la tarde-noche.
Gara y Loida continuaron su repertorio con la antigua Abusadora y No vale la pena, incluso estrenaron su reciente single, Las que mandan. Las gemelas no se cortan ni un pelo y, una vez más, se atrevieron a pronunciar unas palabras en contra del machismo antes de hacer sonar su tema Mujeres: “Quiero ser libre, no valiente”, articuló una de ellas.
Oye mi canto, Ya llegó el reggaetón y De Canarias para el mundo prosiguieron el concierto. El dúo hizo una breve pausa para rendir homenaje a Don Omar, quien las apadrinó cuando comenzaron en el mundo de la música, cantando alguno de sus clásicos como Cuéntale, Pobre Diabla y Baila morena, y es que ellas dicen ser de “la vieja escuela”. Agradeciendo una vez más a los canarios, finalizaron su actuación con La conocí bailando, interpretada a cappella.
Fue cayendo la tarde y los asistentes se mostraban desesperados por ver a dos de los artistas más reconocidos del cartel. Justamente a las 20.45 apareció Luis Fonsi, junto a sus seis músicos. Vestido con unos jeans y una chaqueta vaquera de color blanca, inició su espectáculo con el Corazón en la maleta, como no, acompañado de su guitarra.
El reggaetón de las mujeres, el colorido de Fonsi y los clásicos de Daddy marcaron la velada
El puertorriqueño atinó a pronunciar unas palabras antes de seguir con el espectáculo: “Me siento honrado de ser parte de esta fiesta musical. Me quiero dejar el corazón sobre este escenario”, prosiguió. Tras Te quiero hoy, Apaga la luz, Llegaste tú y Yo te propongo, llegó el momento más sentimental de la noche. “En la vida no nos podemos dar por vencidos”, dijo el artista, muy emocionado, antes de cantar el tema.
Al sonar los primeros acordes de Calypso, se notó el alboroto entre los allí presentes, incluso algunos se atrevieron a imitar los pasos del latino y del elenco de bailarines, ataviados con coloridas vestimentas, que le acompañaba. ¿Quién te dijo eso?, Por una mujer, Aquí estoy yo y Party Animal, de Charlie Black, prosiguieron el repertorio. Remontándose al año 2000, sonó No te cambio por ninguna y, tras esta, quiso hacer una pausa para presentar a sus acompañantes, a «mi familia».
Antes de despedirse no podían faltar dos de sus temas más oídos en los últimos meses: Échame la culpa, junto a Demi Lovato y Despacito, nombre que aparecía en unas cuantas camisetas de los espectadores y que más tarde repetiría Daddy Yankee. Llegado el momento, Fonsi se despidió dando un beso al suelo del escenario y agradeciendo una vez más la implicación de los presentes.
Esta vez la espera de Daddy Yankee se hizo larga. El público se mostraba desesperado, inquieto, con ansias de ver y oír al rey del reggaetón. Unos minutos después de las 22.00 ahí estaba él, vestido con un chándal negro y naranja, una gorra a juego, unas gafas de sol, un anillo y reloj de plata y un micrófono dorado. Junto a sus ocho bailarines, salió a romper la escena. Rompe, precisamente, fue el primer tema y, tras este, llegaron otros como King Daddy, La Batidora y Mayor que yo. Cuando sonó Lo que pasó, pasó, el público se vino arriba y el puertorriqueño soltó el micro para que fueran los asistentes los protagonistas del momento.
Continuó con Azukita, Vaivén, Ginza, en su versión remix, y la clásica Qué tengo que hacer. Antes de que comenzara a tintinear Shaky Shaky, contó la historia de esta canción, que surge de una improvisación en su estudio de música. Acompañado de sus bailarines, quienes llevaban un aro encima, Daddy Yankee se movía al ritmo de Hula-hoop. Uno de los momentos más memorables fue el instante en que sonó Dura, sin duda, la canción estrella de la noche.
El big boss fue capaz de rapear rápidamente en varias ocasiones, y es que por algo lo llaman el rey de la improvisación. Daddy no quiso olvidarse de sus inicios con Gasolina ni tampoco se quedaron en el tintero otros temas como Limpiaparabrisas, Hasta abajo, Machucando y el ritmoso Limbo. Casi llegaba la media noche, pero el público no parecía muy cansado. A ritmo de “otra, otra” y con las luces ya apagadas, Daddy Yankee no dudó en salir de nuevo sobre las tablas para, ya sí, despedirse del público tinerfeño con Lovumba.
*En colaboración con: Catherine Hicks