Isabel Morant Deusa. Foto: Carla Rivero

Isabel Morant: «Era de justicia que se valorase a la mujer de forma igualitaria»

Artes y Humanidades

Isabel Morant Deusa, feminista, historiadora, escritora y catedrática por la Universidad de Valencia, acudió el pasado jueves 24 a la Pirámide de Guajara al I Congreso Internacional de Jóvenes Investigadores en Estudios Atlánticos con la exposición Mujeres e Historia: debates internacionales. En el año 2007 fue galardonada con el primer Premio Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) a la Promoción de la Igualdad en el Conocimiento por su labor a favor de los estudios feministas.

“La comunicación entre culturas es fundamental”  


¿Por qué cree que es importante el Congreso sobre los Estudios Atlánticos? «Soy historiadora y soy consciente de que el mar ha separado mucho, a principios del 2000 un grupo de personas pensamos en hacer una historia de las mujeres en España y América Latina, incluso, contactamos con personas de México, Argentina y Estados Unidos. Gracias a las nuevas tecnologías pudimos emprender una obra colectiva, la cual tardamos dos años en realizar. El proyecto, finalmente, se materializó en cuatro volúmenes de aproximadamente cuatro mil páginas».

¿Cómo sucedió? “Pudimos reunirnos en Madrid y en Bilbao. La comunicación entre culturas es fundamental. Todo esto ocurre en un momento donde los nacionalismos se vuelven muy centralizados. Realmente, fueron importantes en su momento frente a la dispersión de los estados medievales, a la vez de crear una estructura política y de tener una uniformidad lingüística y cultural”.

“Los historiadores solo se interesaban en historias donde los hombres eran los protagonistas”


Su ponencia habla sobre la figura de la mujer a lo largo de la historia. ¿Qué opina sobre que se esté reivindicando la figura de la mujer del pasado? “A lo largo de la historia se han desvalorizado y se ha considerado que un sexo tenía unas cualidades intelectuales que el otro no tenía. Esto ha sido utilizado como razón para expulsarlas de los espacios públicos en otras épocas. Tiene sentido comprender el pasado para construir un presente más igualitario. Era de justicia que se valorase a la mujer, ya que los historiadores solo se interesaban en historias donde los hombres eran los protagonistas”.

¿Cuál es su mayor referente dentro del feminismo? “Como profesora de historia he trabajado sobre mujeres ilustradas del siglo XVIII entre las que destacaría a una mujer de Zaragoza, Josefa Amar y Borbón, quien escribió un texto llamado En defensa del talento de las mujeres.

“Cuando las mujeres piden libertad se empieza a culpabilizarlas y a ponerles  obstáculos”


¿Cree que el feminismo se ha interpretado por muchos como una amenaza? “Tras la revolución burguesa, a partir del siglo XVIII, se consigue el voto masculino, y las mujeres también piden ese derecho. Ya en la Revolución Francesa, la constitución empieza diciendo que todos los hombres nacen libres e iguales. Ahí se produce un movimiento dentro de Europa y Estados Unidos, el sufragio, las mujeres están pidiendo lo mismo y no se hace universal hasta principios del siglo XX, en Francia después de la Segunda Guerra Mundial en Suiza en los años 70. Este es un ejemplo de que efectivamente hay siempre una voluntad, aunque habían políticos y parlamentarios que estaban a favor de las mujeres. Pero, cuando las mujeres piden libertad, se empieza a culpabilizarlas y a ponerles obstáculos”.

¿Cree necesario que los hombres también luchen contra el patriarcado? “Voltaire y  Jovellanos apoyaron la petición de Josefa Amar, por ejemplo. Hombres que votaron durante la Segunda República al al voto a la mujer. Clara Campoamor, que fue quien lo propuso en el Parlamento, contó con los votos necesarios, sobre todo de progresistas. En los años setenta muchos hombres nos ayudaron. Ahora más que nunca deben apoyarnos».

¿Cómo vivió la primera ola feminista en España? “Muy bien. Era muy joven y acababa de acabar mis estudios en la universidad, era una investigadora reciente y el feminismo de los años 70 estaba coincidiendo con la recuperación de la democracia en España. La sociedad nos apoyaba y el fascismo había perdido sus apoyos intelectuales y queríamos ser europeos”.

A pesar del auge del feminismo en la actualidad, ¿por qué cree que se sigue juzgando a aquellas mujeres que deciden no casarse o no tener hijos? “Sencillamente porque desde la mentalidad de las personas que miran mal, no se concibe tanta libertad. Las familias construidas en ese modelo burgués tenían que ser muy estables y se consideraba el núcleo donde los individuos debían organizase y no salir de ahí. Era un modo de restringir libertades porque se suponía que así la sociedad estaba más ordenada. La gente estaba oprimida, no había divorcio. Cuando se aprobó, el principal objetivo era la felicidad de los individuos. Muchas veces los problemas surgen de que no haya un equilibrio entre el reparto de funciones y de placeres. La familia no puede ser un lugar de descanso del guerrero, mientras que la mujer tiene que estar en la cocina. Ella también necesita descanso”.

“El problema es que la familia moderna se construye sobre una base de absoluta separación de sexos”


En su libro Amor, matrimonio y familia se habla del núcleo familiar como estructura social. ¿Cree que el papel de la mujer en la familia ha experimentado cambios negativos o positivos? “Absolutamente positivos. El problema es que la familia moderna se construye sobre una base de absoluta separación de sexos. Los hombres irán al espacio público mientras que las mujeres al privado. Es cierto que los primeros ganan un salario y las féminas viven del mismo, pero también es cierto que las leyes le dan todo el poder al hombre, una mujer no tiene autonomía económica. Esta situación es para nosotras una jaula dorada. El hecho de que las familias se abran mucho más, se democraticen y hayamos conseguido tener el mismo interés por el trabajo ybla independencia económica, así como que las tareas domésticas se compartan, es un avance tremendo”.

Como ya sabemos usted estaba vinculada con los movimientos antifranquistas, ¿qué opina sobre la exhumación del dictador? “En mi juventud, los estudiantes queríamos una democracia como existía en Europa, durante la transición se hicieron muchos pactos como el de no hablar del pasado, aunque esto no es posible porque olvidar el pasado es no evolucionar. Es de justicia que se sepa la verdad de aquellas personas que fueron fusiladas sin un juicio justo. Aparte, creo que es nuestra obligación, sobre todo de los jóvenes, conocer la historia para poder reflexionar. Este fascismo no respetaba los derechos humanos y, el hecho de que venciera, facilitó odiar a los otros, personas de carne y hueso”.

¿Cree que se podría invertir todo ese dinero en una mejor causa para la sociedad española? “Probablemente hay causas más necesarias, pero hace falta el dinero de los bancos, aunque no resolvería los problemas. Yo creo que los gestos simbólicos son necesarios para comprender las cosas o abrir nuestras mentes, y ese gesto simbólico pertenece a la cultura de los pueblos que quieren tener una historia y valores”.

“El internacionalismo es lo que nos interesa”


Respecto a la independencia de Cataluña, un sector de la Comunidad Valenciana está favor de la misma. “La sociedad catalana, al igual que la valenciana, durante el franquismo reivindicaban un estatuto de autonomía y una mayor independencia respecto al centro. Además, en Cataluña y Valencia hay una lengua. Recuerdo que cuando iba a la escuela pública hablar castellano era una obligación. Mi hermano no quería ir a la escuela porque no sabía hablarlo y lo castigaban. Frente a esa imagen de represión, nos hicimos muy autonomistas. En Valencia había una cierta conexión con Cataluña y Baleares porque tenemos una lengua común, había un fuerte contacto cultural».

¿Y ahora? «Lo que ha ocurrido ahora es un proceso muy catalán que apenas tiene repercusiones en Valencia, otra cosa es que la derecha diga que nos están invadiendo. Nadie nos está invadiendo”.

¿Cuál es su postura? “No me gustan las naciones que se cierran, me parece que es el internacionalismo lo que nos interesa. Una parte del independentismo catalán está reivindicando algo que me parece anacrónico. Otra cosa es que yo creo que la oposición tan brutal que se ha hecho desde el centro a Cataluña ha revolucionado a mucha gente joven que no se sentiría identificado con las élites que están llevando el proceso. Hay una parte que se quiere independizar por intereses de sus élites políticas y otra parte de la sociedad civil donde hay muchísimos jóvenes que se sienten muy ofendidos por el trato que el resto de España le da a los catalanes».

Y luego vienen los conflictos… «Yo tengo una casa en Madrid y en los momentos álgidos he oído decir que no compremos productos catalanes. Una vez fui a comprar una cafetera en Madrid y cuando me la dieron me dijeron que el único problema que tenía era que procedía de Cataluña. Esas cosas no se pueden hacer, hace falta más comprensión y flexibilidad”.

¿Cuál es su próxima meta a nivel profesional? “Estoy escribiendo una obra: Mujeres y hombres ilustrados, la educación sentimental, con la que quiero explicar las cuestiones sobre la construcción de la idea de hombre y la de mujer, al igual que las jerarquías”.

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