La cantante Rosalía estrenó el pasado 2 de noviembre El mal querer, su segundo trabajo discográfico. Tras los lanzamientos de los singles Malamente y Pienso en tu mirá, se ha colocado en el punto de mira dentro de la industria musical internacional por su carácter y estilo rompedor. La intérprete se presenta al mundo con un sello muy personal, mezclando en sus producciones géneros como el flamenco, el trap, el tango la bulería y el fandango.
El álbum está inspirado en Flamenca, una novela occitana medieval de autor anónimo, que narra la historia de una chica que se casa y termina siendo aprisionada por su marido. Los celos, el amor, el desamor y el empoderamiento de la figura de la mujer son las bases del concepto global del disco, que se divide en 11 capítulos. Esta peculiaridad del proyecto nos hace viajar al siglo XIV a través de sonidos propios de la época. Sin embargo, al mismo tiempo, nos trasporta al presente con un corte trap. Con esta exquisita fusión entrelaza las esencias de dos culturas completamente opuestas.
Puro riesgo
Si tuviera que definir a El mal querer de manera escueta, lo haría con la palabra riesgo, pues no es una tarea fácil experimentar y jugar con múltiples influencias sin concluir en un auténtico batiburrillo que carece de sentido. Cada aspecto está cuidado al más mínimo detalle, logrando así un resultado sorprendentemente compacto.
Por otro lado, explora dentro de una amplia gama de emociones intensas como la tenebrosidad a través de instrumentaciones árabes, la angustia mediante cantes jondos gitanos o la calma que transmite con algunas partes a capella.
Rosalía se convierte de esta forma en la artífice de lo que podría suponer una nueva tendencia musical, ya que su influencia está traspasando fronteras. Sus intenciones de marcar la diferencia y de trabajar tal y como quiere le han ayudado a convertirse en toda una referente a nivel mundial.
Nota global de El mal querer: 6,6
