La rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar, vivió la semana pasada, junto a su equipo de gobierno, el asalto al Rectorado por parte de un grupo de alumnado y antisistemas externos a la Institución. Este hecho surgió como respuesta a los incidentes acaecidos durante la manifestación de Bellas Artes a raíz del I Congreso Internacional de Seguridad y Turismo celebrado en las instalaciones de esta Facultad, que concluyó con dos detenidos.
Durante las concentraciones se pidió su dimisión. ¿Llegó a pensar en dejar el cargo de rectora? «¿Cree que es responsable que renuncie por un grupo de personas que no están identificadas, que no sé a qué colectivo pertenecen, que no representan a la Comunidad universitaria, sino que se representan a ellos mismos? Cuando me presenté al cargo gané por una mayoría aplastante, adquirí una gran responsabilidad a la hora de trabajar por la comunidad universitaria. Hay mecanismos para solicitar la dimisión que no son con insultos, gritos y violencia».
Si el desalojo de los manifestantes no hubiera sido voluntario, ¿qué procedimiento se hubiera realizado? «La Universidad no es solo conocimiento, también son valores. La cultura de la paz es un valor fundamental. Evidentemente, cualquier acción que se hubiese tomado habría ido en contra de esa paz. Desalojaron voluntariamente el edificio y, gracias al teletrabajo, pudimos seguir trabajando».
¿Se ha puesto el Equipo de Gobierno en contacto con los grupos claustrales y Consejo de Estudiantes? «Sí. De hecho, estamos intentando tener una reunión con el Consejo de Estudiantes y representantes que estuvieron en el Rectorado».
¿Se sintieron apoyados durante esos días por parte de la Comunidad universitaria? «La verdad es que nos sentimos muy apoyados y respaldados. Hubo mucha parte de la Comunidad universitaria que se enteró de todo cuando mandamos el comunicado del asalto».
«La información que se da es sesgada o directamente falsa»
¿Tiene miedo de que esta situación se vuelva a repetir? «Miedo no, pero nadie asegura que no se pueda repetir. Es irracional en el sentido de que es una campaña de desprestigio. La información que se da es sesgada o directamente falsa. Y solo se vierte contra un determinado grupo de personas».
¿Considera que una gran mayoría del estudiantado comparte o apoya la situación vivida durante la pasada semana? «Repito. Es una estrategia de desprestigio y desacreditación de la Universidad de La Laguna llevada a cabo por alguien. Desconozco quién está detrás. Empezó a mediados de septiembre empapelando las calles de La Laguna con panfletos dando informaciones sesgadas. Pido a la Comunidad universitaria que se informe y apoye a la universidad pública. Si no arrimamos todos el hombro la situación puede complicarse todavía más».
¿Por qué la Universidad de La Laguna no informó desde un primer momento de la ocupación del Rectorado a través de sus redes sociales o de un comunicado? «Porque lo que quisimos desde un principio fue informar de forma veraz y precisa, evitando la desinformación que coexiste en las redes sociales y un posible mal uso que se derivase de la información que trasladásemos desde la Institución. Por ello, nuestros comunicados iban dirigidos exclusivamente a la Comunidad universitaria a través de los correos corporativos. De esta forma, conseguimos una comunicación directa».
«Me he puesto en contacto con el alcalde de La Laguna, además de mandarle una carta pidiéndole explicaciones, pero no ha habido contestación»
Con respecto a lo que sucedió con el simulacro militar y policial en la Facultad de Bellas Artes, ¿han tenido alguna respuesta por parte del Ayuntamiento de La Laguna? «No. Nos mandaron un correo para poder utilizar el espacio, pero hubo un retraso para poder tener el visto bueno. Este llegó el lunes a última hora y, por tanto, se les autorizó de un día para otro. Creo que ese fue uno de nuestros fallos. Por la mañana, no tenía que haber acudido nadie al evento, puesto que el horario era entre las cinco y las seis de la tarde. Me he puesto en contacto con el alcalde, además de mandarle una carta pidiéndole explicaciones y para saber cuáles serán las medidas a tomar, pero no ha habido contestación. También solicité una reunión, pero la Subdelegación del Gobierno debe hacer un informe pertinente para poder reunirnos con toda la información. Por tanto, la pregunta es: ¿por qué en contra de la Universidad de La Laguna?».
Mientras el Rectorado estuvo ocupado usted adelantó unas nuevas medidas en cuanto a la sucesión de matrículas… «Estamos trabajando desde el minuto uno en la aprobación de nuevas medidas. Evidentemente, no podemos hacer excepción de tasas porque eso solo lo puede hacer el Gobierno de Canarias. No entiendo por qué no han ido a manifestarse para que se pueda cambiar. Nosotros podemos sacar becas y subvenciones y lo haremos por quienes no han recibido la beca del Gobierno o que su patrimonio de 2020 no le permita seguir con los estudios. No quiero que ningún estudiante se quede sin estudiar por falta de financiación y mucho menos por la pandemia. La ULL tiene recogida esta convocatoria en los presupuestos de 2021».
¿Cuál será su próxima línea de actuación? «La Universidad no puede cambiar el Decreto de Tasas. Vamos a sacar una línea de becas para ayudar al estudiantado con más dificultades. Le mandamos una carta al director de universidades instándole a cambiar el Real Decreto de Tasas. La ULL ha hecho todo lo que ha estado en sus manos para que el Gobierno de Canarias cumpla su promesa».
Entrevista realizada conjuntamente con Maya Bencomo.