La rectora, Rosa Aguilar, pasa estos días de confinamiento pendiente de las tareas académicas de sus dos hijos, ocupada en hacer algo de deporte y pegada de manera constante al teléfono móvil para estar al tanto del día a día de la Universidad de La Laguna. En esta entrevista, que ha concedido en exclusiva a PULL, repasa la incidencia del estado de alarma en la comunidad universitaria, al tiempo que resalta la importancia de respetar las medidas adoptadas por el Gobierno central para combatir la propagación del coronavirus.
¿Qué servicios de la ULL requieren presencia durante el estado de alarma? «Mantenemos presencia en los laboratorios donde hay experimentos en vivo o en determinadas infraestructuras que se deben mantener. Esto requiere el acceso controlado a un conjunto de profesionales investigadores. Por otra parte, la gestión administrativa de la Universidad sigue su marcha. Es fundamental para hacer las tareas que se nos encomiendan. Se opera desde casa y se conecta en remoto al puesto de trabajo, por lo que toda la documentación no sale de la ULL».
Después del tránsito experimentado de la docencia presencial a la plataforma virtual para el transcurso de las clases ¿Tiene constancia de reacciones por parte del alumnado y del profesorado? «Siempre hay un poco de miedo o de preocupación por lo desconocido. Hemos tenido que cambiar en muy poco tiempo, pero la comunidad universitaria se crece ante los retos».
¿Qué capacidad tiene y ofrece la Universidad para desarrollar estas clases? «El personal que trabaja en el área TIC está dando el doscientos por cien. Nuestra red no ha tenido caídas y tiene un ancho de banda inmejorable. Podemos estar contentos del desarrollo tecnológico de nuestra Universidad».
Hay estudiantes que se han quejado de contar con docentes que no están al tanto del uso de estas nuevas tecnologías… «Pasa como en todo. Las percepciones son variopintas. Ciertamente, ha habido algunas quejas en redes, pero en determinadas materias no era necesario el uso de las tecnología virtual para impartir los conocimientos. No obstante, ante la necesidad, el cuerpo docente se ha puesto a ello. Las guías didácticas se diseñan para la presencia, por lo que estas clases virtuales nunca van a ser iguales a lo que estaba previsto al principio de curso».
«El Servicio de Limpieza ha actuado con diligencia en la aplicación de un producto especial contra el coronavirus»
Antes de que se declarase el estado de alarma trascendió que estudiantes de Derecho o Económicas habían dado positivo por COVID-19. ¿Fue realmente así? «Desde el comienzo de esta situación hemos estado en contacto permanente con la Consejería de Sanidad del Gobierno canario. Así, a través del correo electrónico habilitado desde la página de información del COVID-19, nos llegó el informe de un conjunto de alumnas de Derecho próximas a una compañera que sí había dado positivo, pero, por fortuna, dieron negativo. También, tres alumnos colegiales presentaron síntomas y tras hacerse las pruebas el resultado fue negativo. El Servicio de Limpieza de la ULL ha actuado con diligencia en la aplicación de un producto especial contra el coronavirus, con especial hincapié en estos edificios».
¿La Universidad ha diseñado algún plan para afrontar el fin de curso si la situación actual se prolonga más de lo debido? «No. Estamos trabajando con mucha incertidumbre y no sabemos cuanto tiempo va a durar esta situación de confinamiento. En función de que vayamos teniendo datos más precisos, diseñaremos la estrategia».
¿Mantiene contacto con colegas que también están al frente del rectorado en otras universidades? ¿Cuál es la preocupación general? «Hablo a diario con el presidente de la Conferencia de Rectores. El criterio pasa por tener la máxima flexibilidad para que el alumnado no pierda el curso académico».
¿Hay estudiantes de la ULL en programas de intercambio? Si es así, ¿sabe en qué situación están? «Nos preocupa la situación de nuestros erasmus y la gente que está fuera y no ha podido regresar. Mantenemos una comunicación constante con estos centros. Además, nosotros tenemos estudiantes de movilidad, de solidaridad y transeúntes. Son veinte personas entre el San Agustín y la Residencia Universitaria. Todas se encuentran bien».
Los dos hospitales universitarios de Tenerife están manteniendo un papel esencial en esta situación de crisis. ¿Maneja algún dato sobre la evolución de la epidemia del coronavirus en la Isla? «La ULL no cuenta con esa información. Sí nos hemos puesto a disposición de las consejerías de Sanidad y de Educación desde el primer día. De hecho, la ULL ha facilitado el aparcamiento de Bellas Artes para que se hagan tomas de muestras. Por otra parte, los laboratorios del Instituto de Enfermedades Tropicales y de Salud Pública de Canarias están a disposición del Servicio Canario de Salud. También se ha entregado material sanitario».
«No quiero que me llamen para decirme que hay personas de la ULL enfermas»
¿Desde su cargo de rectora hay algo que le inquiete especialmente? «La salud de la comunidad universitaria. No quiero que me llamen para decirme que hay personas de la ULL enfermas. Por eso debemos quedarnos en casa. Tenemos que frenar la curva ascendente».
¿Podría indicarnos qué medidas se han activado desde la ULL para ayudar a combatir la epidemia? «El jueves anterior a la publicación del Decreto de Estado de Alarma, las dos universidades públicas canarias decidimos, sin que la Consejería de Educación nos hubiera avisado, pasar de la docencia presencial a la virtual y evitar así el movimiento de cincuenta mil personas. Asimismo, decretamos el cierre de todas las instalaciones, a excepción de los colegios mayores».
Entrevista realizada conjuntamente con Daniel Sanfiel.