Alejandro Piñero está viviendo una excepcional etapa de su vida. El gomero, que lleva aproximadamente cuatro años en Tenerife, entrena jui jitsu, una modalidad de artes marciales, que compagina con sus estudios en la Facultad de Economía, Empresa y Turismo. Se prepara a nivel técnico y deportivo dos veces por semana y además, físicamente todos los días para competir a nivel nacional el próximo mes de diciembre en Madrid por primera vez. Admite que siempre le habían gustado las artes marciales, en especial el muay thai, el krav magá y el jui jitsu, por el que finalmente apostó.
Tras dos años practicándolo no puede estar más agradecido con todo lo que este deporte le ha aportado y por la nueva experiencia que está por vivir. Asimismo, confirma que en Canarias somos afortunados dado que contamos con un amplio abanico de modalidades deportivas y de artes marciales, así como referentes que han triunfado profesionalmente y que marcan un modelo a seguir en su práctica.
«Este deporte no está valorado ni por la Federación ni por muchas instituciones», asegura. De hecho, la Federación de Judo es la misma que lleva esta modalidad y dado la popularidad del primero frente al segundo solo se hacen competiciones a nivel nacional condenando a este deporte a ser una práctica privada. El Servicio de Deportes de la Universidad no oferta el jiu jitsu. Sin embargo, incluye el aikido y el kung fu en su amplia lista de actividades a las que puede recurrir el alumnado. Alejandro Piñero se muestra muy contento por esto pues cree firmemente que incluir las artes marciales en la oferta deportiva de la Universidad ayuda a llegar a toda esa gente interesada ya sea en una modalidad o en otra. Destaca además, la labor de todos los monitores, maestros y profesionales ya que conoce de primera mano que imparten la actividad desde el máximo respeto.
Aunque lleva relativamente poco tiempo practicándolo admite que en este deporte la experiencia es determinante, Piñero destaca la complejidad de la disciplina como lo más importante: «Es como jugar al ajedrez. Yo tengo que pensar en lo que me van a hacer dos pasos por delante de que me lo hagan y en lo que pasará si yo hago una acción u otra». El entorno en el que se practica no solo le parece distintivo sino totalmente diferencial. Piensa que el respeto, la tranquilidad y los valores que se te enseñan en este deporte se están perdiendo en otros como por ejemplo el fútbol en el que, incluso en las categorías inferiores, «hay mucha violencia». El compañerismo y el aprender a crecer en equipo son aspectos que considera fundamentales en el jui jitsu y que sin embargo no encuentra en otras actividades.
«Por como está pensado el deporte, no se implica para nada la violencia»
Alejandro Piñero se moja y opina sobre las polémicas que suscitan los deportes de contacto entre los más pequeños. «Puede haber malos maestros como hay malos entrenadores de fútbol», explica, haciendo referencia a que la actividad no es una práctica violenta por cómo se enseña. El respeto al rival es primario y puesto que se es plenamente consciente de que se puede dañar a alguien.
La Federación establece unos reglamentos en los que se establece qué se permite y qué no. Además, confiesa que «hacerle daño a otra persona no es agradable para nadie» y mucho menos para alguien que simplemente está practicando una actividad deportiva. «Mi maestro está colaborando con otros maestros para enseñar a personas con diversidad funcional la práctica del jui jitsu», comenta Piñero, no solo desmontando el mito de la violencia que pesa sobre estas prácticas sino también mostrando su capacidad de adaptación.
Alejandro Piñero garantiza que el jiu jitsu es un deporte que te quita el ego y que de hecho, aquellas personas más ególatras no aspiran a nada en esta práctica. En las artes marciales es muy importante controlar la mente y saber hasta dónde seríamos capaces de llegar. También afirma que si «entiendes esta práctica tal y cómo es, siempre preferirás guardarte la victoria para ti mismo que hacer daño a un compañero».