Antonio Cabrera de León es un investigador del Hospital Nuestra Señora de Candelaria y coordinador del primer grupo de investigación CDC (Cáncer, Diabetes y Enfermedades Cardiovasculares) de Canarias. El estudio comenzó a principios de este siglo, aunque la idea surgió pocos años antes, debido al notorio incremento de personas que sufrían este tipo de enfermedades en las Islas. Para desarrollar el proyecto cuenta con la colaboración de ocho investigadores, aunque solo dos de ellos trabajan a tiempo completo. A día de hoy, poseen una cohorte, es decir, personas seleccionadas para realizar el análisis, de más de siete mil usuarios en todo el Archipiélago. El entrevistado combina su tarea en el centro sanitario con su trabajo como profesor en la Facultad de Farmacia de la Universidad de la Laguna.
¿Cuál es el origen del proyecto? «La idea surgió a principios de los años 90 con médicos de familia a los que entrenaba para su formación como especialistas. Decidimos crear una unidad de investigación, que acabamos fusionando con la del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, con el objetivo de indagar en los grandes problemas de salud de la población canaria: la diabetes y las dolencias cardiacas. Finalmente, después de años con serios problemas de financiación, en el 2000 reclutamos a la primera cohorte CDC (Cáncer, Diabetes y Enfermedades Cardiovasculares) del Archipiélago».
¿Cómo se ha ido desarrollando durante estos años? «Todo ha salido según lo previsto. Cuando reclutamos a una cohorte sabemos que periódicamente tenemos que conseguir dinero para volver a contactar con ellos y averiguar cuál es su estado de salud. Una vez hayamos obtenido esa información tenemos que analizar los hábitos de vida que tenían en el momento en el que hablamos con ellos por primera vez. A partir de ahí, debemos empezar a formar determinadas hipótesis que son el punto de partida de nuestras investigaciones».
«Aportamos datos que la Sanidad utiliza para mejorar la salud de la población»
Dentro de las enfermedades que estudian existe mucha variedad de clases. ¿En cuáles se centran concretamente? «No desechamos nada en lo que podamos colaborar si otro grupo nos lo solicita, pero lo nuestro es la ‘diabetes tipo 2’ ya que es la más frecuente en Canarias y tiene mucha relación con la obesidad. Nosotros nos estamos concentrando en la resistencia a la insulina que es la vía por la que acaba apareciendo esta tipología de diabetes. En nuestra comunidad esta enfermedad evoluciona peor que en otras y estamos tratando de averiguar los motivos que explican este hecho».
¿Y en cuanto a las enfermedades cardiovasculares y al cáncer? «Cuando hablamos de enfermedades cardiovasculares, nos referimos a un conjunto de enfermedades muy amplio, entre las que incluimos las enfermedades que ocurren en el cerebro como el ictus, la trombosis o la hemorragia cerebral. Nosotros nos centramos en la cardiopatía isquémica, lo que vienen siendo los infartos, y es donde más interés tenemos porque la diabetes es un factor de riesgo para esta patología. Por último, con el cáncer acabaremos haciendo más investigaciones, pero tenemos el problema de que es una enfermedad con un largo periodo de inducción y desde el principio supimos que sería la última dolencia que abordaríamos. En los próximos años trabajaremos más con los tumores pues ya tendremos un número suficiente de cánceres que se han producido en la cohorte».
¿Qué avances han conseguido desde que arrancó el estudio? «Nosotros empezamos estableciendo cual era el grado de obesidad de la población en Canarias. Esto fue muy importante pues a principios de siglo llegó la epidemia de esta enfermedad y no se había dado la voz de alerta. Además, avisamos que venía acompañada de la prevalencia de diabetes. A partir de ahí, publicamos estudios en los que revelábamos que en Canarias ya había un problema con esta patología antes de la llegada de la obesidad y sabíamos que tras el boom de esta última la situación iba a empeorar. En definitiva, lo importante es que hacemos un gran esfuerzo y que aportamos datos que el sistema sanitario puede utilizar para mejorar la salud de la población».
«En las Islas faltan recursos para promover una dieta saludable»
¿Cuál fue el origen del incremento de la obesidad en la población? «La obesidad es una epidemia que comenzó en los años 80 en Estados Unidos y se extendió rápidamente a Europa. A Canarias llegó en la segunda década de los noventa y la ola se produjo a principios del 2000. Hemos llegado a tener a un 70 % de la población con problemas de peso, 40 % con sobrepeso y 30 % con obesidad. Actualmente está decreciendo, pero sigue habiendo un grave problema con ella».
¿Por qué cree que afecta de manera tan profunda a Canarias? «Las poblaciones que tienen menos recursos económicos tienen más dificultades para alimentarse bien, por ello son más propensas a sufrir problemas con su dieta ya que los productos saludables suelen ser más caros. Sin embargo, también es necesario explicar a la población que existen maneras de comprar productos saludables de manera más barata. En Canarias no solo tenemos una falta de recursos económicos, sino también existe una falta de recursos culturales que promuevan una dieta equilibrada».
El grupo de investigación lo conforman ocho personas. ¿Cómo es la distribución interna que siguen a la hora de realizar sus estudios? «En realidad, a tiempo completo únicamente están dos médicos y yo. El resto son doctores de familia o del HNSC que dedican su tiempo libre a la indagación. Las dos personas y media que nos encontramos en esta unidad somos los que cargamos con la mayor parte del trabajo. Uno de nosotros se encarga de analizar la base de datos y medir las variables de cada individuo. Por su parte, la otra persona y yo nos dedicamos a pensar sobre las hipótesis de investigación y proponer nuevos temas. Finalmente, una vez tengamos resultados publicaremos un artículo de investigación. En ese instante es cuando reunimos a los ocho miembros para explicarles la idea y designar al responsable de redactarlo».
«La investigación en la universidad española está más valorada que nunca»
¿Qué vía de financiación tienen para desarrollar estos proyectos? «Afortunadamente, desde el principio tuvimos la suerte de aprovechar las convocatorias de proyectos nacionales del Instituto de Salud Carlos III, que es la gran agencia financiadora de la investigación sanitaria. Por ejemplo, para el año que viene comenzaremos otro proyecto gracias a esta institución y nos concederán 100 000 euros para desarrollarlo. Tanto esta como otras instituciones privadas, aunque en menor medida, han sido claves para poder sobreponernos a la crisis económica».
¿Cómo valora el trato de la ULL hacia los proyectos investigación? «La investigación en las universidades españolas está más valorada que nunca. España trata de seguir la senda de los países más desarrollados y por ello cada vez se le da más importancia a esta materia. En cuanto a la Universidad de La Laguna, he visto que tienen una política clara de favorecer el trabajo de los investigadores, con sus luces y sus sombras como toda actividad humana, pero entiendo que ellos hacen todo lo que está en sus manos. Es cierto que no nos dan financiación directa como harían en la Carlos III. Aunque me gustaría que eso fuera así, comprendo que no hay fondos para ello pues, al igual que la mayoría de universidades de este país, tenemos unos recursos limitados».
Además de las tres ramas que se encuentran investigando, ¿se han planteado nuevos horizontes? «CDC es nuestra investigación guía. Aún así, es cierto que participamos en otros estudios. Por ejemplo, recientemente elaboramos un artículo sobre el número de infartos que hubo el año pasado en España. Además, nos asociamos con grupos de la Península, sumando nuestra cohorte a la de ellos, y ahora mismo estamos creando un gran informe del que se tendrá una gran producción en los próximos años. Por último, colaboramos con instituciones internacionales, a través del Imperial College, sobre las patologías del corazón y factores de riesgo de las mismas».