El Observatorio del Teide inauguró hace unos días el telescopio Artemis. Haciendo honor al nombre de la diosa helena, su cometido será cazar planetas similares a la Tierra alrededor de estrellas muy tenues y cercanas, conocidas como enanas ultrafrías. Con esta incorporación, la red de telescopios robóticos Speculoos (Search for habitable Planets EClipsing Ultra COOl Stars) inaugura su observatorio en el Hemisferio Norte, dirigido por Michael Gillon, de la Liège Université, de Bélgica, y Julien de Wit, del Massachusetts Institute of Thecnology (MIT), de Estados Unidos.
Actualmente, la red Speculoos cuenta con cuatro telescopios que rastrean el cielo del Hemisferio Sur desde el Observatorio Paranal (Chile) y que toman sus nombres de las cuatro lunas galileanas de Júpiter: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto. También forman parte del proyecto Speculoos el telescopio Saint-Ex (México) y dos prototipos ubicados en Chile y Marruecos.
El acto de inauguración constó de dos partes: una serie de charlas científicas en la sede central del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y el descubrimiento de una placa en el Observatorio del Teide, en Tenerife, precedida de discursos de responsables y autoridades.
En el Observatorio del Teide intervino, en primer lugar, Rafael Rebolo, director del IAC, quien dio la bienvenida a los presentes, entre ellos científicos y representantes de las tres instituciones que participan en el telescopio, y destacó la importancia de que el MIT se haya fijado en Canarias para establecer este telescopio por la excelente calidad de su cielo.
Por su parte, Félix Fariña, consejero con Delegación Especial en TIC y Sociedad de la Información del Cabildo de Tenerife, subrayó el hecho de que el IAC esté concentrando «en esta parte de la Isla, en este bello paraje, todos los medios posibles para obtener más información del vasto universo que nos rodea».
Además, Rob van de Hilst, director del Departamento de la Tierra, Ciencias Atmosféricas y Planetarias (EAPS) del MIT, agradeció a los patrocinadores del proyecto haberlo hecho posible, y Anne-Sophie Nyssen, vicedecana de la Universidad de Lieja, quien elevó a «honor» poder formar parte del equipo de Speculoos. Por su parte, Michaël Guillón, puntualizó que, a partir de Artemis, «nuestra capacidad para descubrir exoplanetas se multiplica».
Nuevos mundos
Artemis es un telescopio de un metro de diámetro, en un edificio de unos cuatro metros altura. Construido por la empresa alemana Astelco, sus detectores son muy sensibles a las longitudes de onda infrarrojas que emanan de las estrellas enanas ultrafrías. Debido a su naturaleza robótica, las instituciones que colaboran en el proyecto podrán observar con él conectándose remotamente desde sus centros de investigación.
El objetivo de Artemis es observar las aproximadamente 800 estrellas enanas ultrafrías y enanas marrones más cercanas ubicadas en los cielos del hemisferio Norte (y una parte de los cielos del Sur). A pocos metros del telescopio Artemis, el telescopio IAC-80 proporcionó en 1995 el descubrimiento de la primera enana marrón, Teide 1, logro alcanzado por el grupo de astrofísica del IAC liderado por su actual director, Rafael Rebolo.
Alrededor de estas estrellas se espera encontrar planetas del tamaño de la Tierra que puedan tener un clima templado y ser susceptibles de un estudio más profundo con la próxima generación de telescopios, como el futuro Telescopio Espacial James Webb (JWST) o el Telescopio Extremadamente Grande (ELT). Serán ellos quienes podrán contarnos más sobre sus atmósferas, clima y qué moléculas podrían estar presentes en estos planetas.
Con Artemis también se espera hacer un seguimiento de algunos planetas terrestres alrededor de estrellas de tipo M (las menos brillantes), identificados por el satélite Tess de la NASA, y estudiar asteroides, cometas y otros objetos.