El Museo de las Ciencias y el Cosmos acogió el pasado viernes, 29 de abril, la conferencia La expansión del Universo. La charla estuvo a cargo de Arturo Carnero, licenciado en Física por la Universidad de La Laguna y doctor en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid. El evento fue inaugurado por el Grupo de Observadores Astronómicos de Tenerife (GOAT), una asociación cuyo objetivo principal es la divulgación y promoción de la Astronomía y la Astrofísica.
El físico respondió algunas de las clásicas preguntas de la ciencia de los cuerpos celestes, como el papel de la energía oscura o el futuro del cosmos. También, abordó otros aspectos de Astronomía básica, como el diagrama de Hubble, el cual se basa en la clasificación de tipos de galaxias; la teoría imperante, que aborda la observación de la Astronomía antigua; o la teoría del estado estacionario, que sostiene cómo la disminución de la densidad que produce el Universo al expandirse se compensa con una creación continua de materia.
Carnero también dejó tiempo para las curiosidades. Así, abordó algunos de los aspectos astronómicos más cuestionados a lo largo de los tiempos como, por ejemplo, el origen del nombre de la teoría del Big Bang. Asimismo, el investigador sostuvo que este fue acuñado, en 1948, por el astrofísico Fred Hoyle en tono de burla, para decir que «el modelo no es más que una explosión».
«La vida se ha creado para que el cosmos se observe a sí mismo»
Por otro lado, se resolvió la cuestión más antigua que la humanidad se ha hecho: cómo se originó el cosmos. Carnero aseguró que «nuestro Universo es parte de un gran multiverso en el que, a su vez, se forman otros universos». Además, auguró el futuro del mismo: «Se expandirá a gran velocidad, se desintegrará su materia y solo existirán agujeros negros. A su vez, estas regiones estelares se evaporarán, y todo quedará vacío de materia y frío».
Para Carnero, la vida humana fue creada para que el Universo se observe a sí mismo. Por ello, al finalizar la ponencia, invitó a su audiencia a reflexionar en torno a una frase del científico español Severo Ochoa, que pone en alza la profesión científica: «La ciencia siempre vale la pena porque sus descubrimientos tarde o tempranos siempre se aplican».