En cuanto a la metodología y estructura de las clases, la instructora utiliza la más conocida introduciendo algunos cambios: “Empezamos desde un calentamiento y una animación hasta llegar a una parte fuerte. Después vamos bajando y hacemos la vuelta a la calma con relajación, como cualquier otra actividad física. Cada semana vamos haciendo alguna cosa nueva, añadimos intensidad o cambiamos pasos en una misma canción y lo vamos complicando. Al final del trimestre se queda una clase más intensa y difícil que la inicial”.

Combinando música comercial y sonidos desconocidos, Cristina Cárdenas crea gran interés entre su alumnado y aunque le gustan los ritmos latinos, confiesa que «me pierden mucho los africanos y la música del mundo en general».

Bailarina, monitora de bailoterapia o profesora de mantenimiento, entre otros, son algunos de los méritos  que componen el currículum de Cristina Cárdenas. Con más de diez años de experiencia llevando actividades coreografiadas, este es el tercer trimestre que imparte clases en la Universidad de La Laguna: “Empecé en octubre y mi experiencia en la ULL ha sido muy buena, he tenido una buena acogida. La gente me refuerza continuamente halagando mis clases y las canciones que traigo”.

Aerodance se enfoca en mantener un cuerpo saludable, otorgando desarrollo cardiovascular, tonificación muscular, expresividad, coordinación y flexibilidad. Las clases, las cuales tienen lugar en el gimnasio de las instalaciones deportivas del Servicio de Deportes de la ULL,  se adaptan a las características de las personas participantes.

Este tipo de ejercicio no suele llamar la atención entre el alumnado porque “no es una actividad a la que vengas a sudar o la incluyas dentro de tu trabajo cardiovascular, pero es necesaria para todo el mundo”, explica la instructora. No obstante, la ejecución de cada ejercicio precisa de su esfuerzo: “En realidad esta actividad cansa porque tienes que utilizar mucho la respiración, tiene que realizarse una ejecución muy correcta. Muchas veces es difícil controlar tanto la técnica como la respiración a la hora de relajarse para hacerlo bien. Es verdad que las personas no están acostumbradas a una actividad tan lenta en cuanto a la ejecución, pero sí refuerza”, afirma.

Sobre la dinámica que utiliza, la educadora prefiere centrarse en las aptitudes personales de cada asistente: “Siempre trato de hacer clases en las que cada uno, individualmente, trabaja, pero también hago que se trabaje por parejas o por grupos. Sin embargo, yo focalizo el trabajo mucho de manera individual, porque necesito controlar mucho la técnica de cada uno”, declara.

Mantener una columna sana, flexible y educada o evitar malas posturas y lesiones son algunas de las metas del Stretching. Las sesiones son ideales para personas que deseen tener una buena alineación y entrenamiento postural de por vida, y para quienes quieran mejorar su nivel de flexibilidad: “Es una actividad 100% recomendable”, recomienda Llacer Villodre.

Para Llacer Villodre es necesario que se conozca la clase: “A principio de curso empezamos con unas cinco personas y ahora ya estamos en doce aproximadamente. La gente tiene que conocer este ejercicio para que vean los frutos que da. Con el tiempo se notan los efectos de esta actividad”.

Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y en Nutrición, esta monitora lleva desde el 2011 trabajando todo este tipo de ejercicios: “Me especialicé en gente lesionada, por eso busco la perfección de la ejecución de los ejercicios”, apunta. En la ULL lleva desde febrero y, por ahora, considera que es una buena experiencia. Las clases de Stretching tienen lugar los lunes y miércoles de 21:00 a 22:00 horas en la Sala de Artes Marciales de las instalaciones del SDULL.

La preparación en este deporte corre a cargo del monitor Juan Ramón Díaz González, entrenador de Nivel II. A sus 39 años de edad, lleva nueve como técnico deportivo en la ULL. Tiene más de seis años de experiencia como entrenador en categorías base de voleibol y posee más de diez años de experiencia como jugador.

Juan Ramón Díaz establece como objetivo conseguir un buen ambiente: “Lo principal es que los estudiantes establezcan un vínculo con el deporte y entre ellos a la vez. Más que un grupo de voleibol lo que se busca es un grupo de gente participativa, proactiva y que tenga bastantes actitudes positivas”.

El técnico confiesa que le gusta dar clase y que está muy a gusto. «Me tratan muy bien y me involucro bastante en la actividad, siempre intento contagiarles mis ganas. Aparte del tiempo de calentamiento, solemos hacer juegos, luego técnica y un partido entre todos”, explica, para añadir que «entre la gente de aquí no hay un equipo en sí. Esto es una actividad de grupo, es una manera de evadirse de los estudios. El compañerismo tiene más valor que la competitividad”.

Los universitarios que emplean parte de su tiempo en ir a entrenar a estas instalaciones de la ULL valoran el voleibol como uno de los deportes donde hay una mayor complicidad. “Aquí hacemos mucho ejercicio y esto nos ayuda a desconectar.  Entrenamos una hora aunque después nos podemos quedar un rato más jugando. Esta actividad sirve, sobre todo, para que los nuevo compañeros que llegan a la Universidad conozcan a gente y se integren”, puntualizan algunos alumnos.

El encuentro fue dominado de principio a fin por los jugadores del Schalke Temeto, quienes tuvieron un mayor control en las bandas y mejor dominio sobre los balones aéreos. Por su parte, el RRLL apenas inquietó al rival. Así, el Schalhe abrió el marcador a los 15 minutos de juego, ampliándolo en el 39 y en el 40.

Tras el descanso, la monotonía se adueñó del juego. No obstante, a los 20 minutos el Schalke marcó su cuarto gol, cerrando la cuenta poco tiempo después.

El encuentro tuvo lugar esta mañana en el estadio del Campus Central ante poco más de veinte espectadores.

Con este triunfo, el Schalke jugará el Campeonato Universitario de Canarias los próximos 10 y 12 de mayo.