Lydia Chaparro, bióloga especializada en Ecología Marina, fue la encargada de moderar la ronda de debate tras las exposiciones de Sebastián Villasante, Investigador en la Universidad De Santiago, Elisa Roller, jefa de Unidad de DG Mare (Comisión Europea), Flaminia Tacconi, abogada de ClientEarth, Raúl García, coordinador de pesquerías de WWF España y Beatriz Barajas, técnica del Programa Marino SEO.

En relación con el Día Mundial de los Océanos los cinco ponentes centraron su visión en el estado actual del medio marino bajo un contexto de crisis sanitaria y socio-económica que España está sufriendo tras la irrupción del Coronavirus. Se debatieron las futuras inversiones públicas para la recuperación de los ecosistemas marinos a partir de contribuir con la pesca sostenible, además de las diferentes negociaciones que de están llevando a cabo desde la OMC y sobre el futuro Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP).

«Tenemos que contemplar el impacto pesquero en conjunto»

Respecto a los subsidios hacia la pesca artesanal,  Villasante explicó que «el problema no es, per se, los subsidios en general.  Si se examinan las sucesivas revisiones de la comunidad política pesquera, se dará cuenta del devenir de los ecosistemas europeos donde tuvieron preponderancia las pesquerías masivas.» Estableció, por tanto, que actualmente sigue siendo necesario apoyar la pesca artesanal a pesar de los cambios positivos visibles, ya que los fondos económicos son la materialización de esa falta de posibilidades.

Raúl García, por su parte, explicó el funcionamiento efectivo de las cajas verdes, cuya utilidad no es solo de control sino de seguimiento y recogida de información, permitiendo conocer los rendimientos de las diferentes zonas por especies. En Canarias, por ejemplo, hay mucho interés por la aplicación de esta herramienta, tanto en zonas protegidas como en industrias pesqueras.

Sin embargo, desde Ecologistas en Acción se lanzó una pregunta clave: ¿Es efectivo el nivel de cumplimiento del FEMP en la actualidad? Ninguno de los invitados fue capaz de responder la pregunta, aunque según Flaminia Tacconi, solo se han barajado las cifras obtenidas en 2017 y 2018, lo cual es insuficiente para hacer una estimación en el contexto social y económico en el que nos encontramos.

Juan Carlos Santamarta, profesor del Departamento de Ingeniería Agraria, Náutica, Civil y Marítima; Jesica Rodríguez, profesora del Departamento de Técnicas y Proyectos en Ingeniería y Arquitectura, y Noelia Cruz, ingeniera civil e investigadora de la Universidad de La Laguna, serán los docentes encargados de impartir el curso.

A través de diferentes metodologías, como la revisión de documentación, tareas conjuntas y cuestionarios, se evaluará al alumnado sobre el temario impartido durante las clases. Este temario se compone de cuatro áreas principales: nociones sobre la hidrogeología de los terrenos volcánicos, minería del agua, obras hidráulicas singulares en Canarias y la planificación y gestión del agua en una isla volcánica.

El propósito principal es resaltar la importancia de los estudios hidrogeológicos dentro del ámbito de la planificación hidrológica, con énfasis en las Islas Canarias. Además, se proporcionará el conocimiento necesario para establecer cómo actúan los procesos de contaminación a través de la composición química del agua subterránea en el suelo volcánico, característico de las Islas.

Sí. Hay una España que muere y otra que bosteza. La primera, desgraciadamente, se encuentra justo abajo, sosteniendo a la segunda, por ejemplo, el servicio sanitario al que se aplaude, las personas trabajadoras del supermercado o que cuidan de quienes viven en la vejez. Los que bostezan, sin embargo, se limitan a mirar hasta que se ven en peligro.  Lo que sucede desde el pasado lunes podría tacharse de una soberana incongruencia por parte de la ciudadanía.

Quienes acudían a las cifras de muertes para hacer tambalear al PSOE son los que, bandera en mano, salieron a manifestarse sin respetar el metro y medio de seguridad, en muchos casos sin mascarilla, y defendiendo que el estado de alarma es una herramienta del Gobierno para ocultar una dictadura. Está claro que nunca vivieron una y si lo hicieron, fue en sus casas.

«Una mentira repetida cien veces, se convierte en verdad»

No es lógico criticar a un partido político por actuar tarde y ahora tacharlo de autocrático diciendo que sus medidas nos controlan. Solo me deja dos opciones posibles: o realmente les da igual la cifra de muertes y no comprenden que vivimos una pandemia global, o tragan, como un bebé la leche materna, los  conceptos e ideas que lanzan cada día quienes nos representan en el Parlamento. «Venezuela, dictadura socialista y bolivariana»… Supongo que de eso va todo, ¿no?

Tenemos nuestra propia realidad, nuestra verdad, a la que nos agarramos fervientemente para defender nuestros ideales. Celebrar el 8M fue un error, al igual que lo fue el meeting de VOX en El Barrio de Vistalegre y lo fue la manifestación de este pasado lunes en el barrio de Salamanca.

Una mentira repetida cien veces se convierte en verdad. Pero jamás podré creerme que quienes salieron el lunes lo hicieran por amor a este. Jamás hubo una España tan dividida ni tan democráticamente intolerante. En las etapas donde la libertad se asume como derecho, más me escandaliza la normalidad que se le da a no tenerla.

El curso estará compuesto por cuatro módulos esenciales: Introducción de conceptos, como el Land Art entre otros,  Técnicas de análisis interno, a través de la documentación o la percepción sensorial del entorno,  Dramaturgia,  estableciendo formas de intervenir teatralmente, y En Acción, módulo de evaluación final. Todos serán impartidos por Olga Blázquez Sánchez, licenciada en Filología Árabe y con un Máster en Estudios Teatrales por la Universidad de Ultrecht.

Se trata de un seminario con orientación a todos aquellos interesados en establecer una relación entre la actividad teatral y los entornos rurales en desarrollo desde las medidas más sostenibles, ya que el ecologismo social es aquel que detecta un modelo de producción y consumo cada vez más globalizado. Aunque no es indispensable tener conocimientos previos, se proporcionará una bibliografía y una lista de recursos para el uso y la investigación personal de cada alumno.

Los objetivos principales son ofrecer una aproximación al análisis del paisaje, las poblaciones y el entorno a través de un enfoque artístico, desarrollando propuestas teatrales específicas que favorezcan el desarrollo rural sobre una base social, ecológicamente sostenible y respetuosa con el entorno.

Ahora somos capaces de acceder al pico de la opinión pública y no solo recibimos mensajes de quienes nos gobiernan, también enviamos los que elaboramos a partir de nuestra propia experiencia. Todo lo que se nos pasa por la cabeza podemos transmitírselo a cualquiera que nos siga en las redes sociales. Muchas veces, nuestras opiniones no suelen llegar más allá de unos likes. Sin embargo, traspasar esta barrera y llegar a un público más amplio, provoca que nuestros mensajes influyan en cierto modo en el pensamiento de quien nos lee. Por ello, deberíamos cuidar tanto lo que decimos, como el modo en que lo hacemos.

Un vídeo de Pablo Iglesias se hacía viral en Twitter la semana pasada solo por estar haciendo la compra sin mascarilla (la cual, por cierto, no es de uso obligatorio pero sí recomendado). El autor del vídeo no solo insultó de manera reiterada al político, sino que compartió el vídeo esperando que todos hicieran lo mismo.

Esto me hace recordar el caso de Kitty Genovese, a quien asesinaron ante miradas pasivas. Nos hemos convertido en espectadores de la barbarie, pero, a la vez, en emisores de mensajes masivos que llegan a todo el mundo y que, sin embargo, pueden ser reflejo de nuestras opiniones y convicciones más profundas.

No nos importa en absoluto la opinión de los demás, nos importa la nuestra. Nos importa más demostrar nuestra verdad que pasar por encima de nadie. Quizá ese sea el problema. No nos importa el aplauso, nos importa compartirlo, demostrar que podemos ser muy buenas personas, aunque luego dejes un mensaje por debajo de una puerta para que el vecino se vaya a otra casa porque es un peligro por trabajar en un supermercado.

Sí, las nuevas tecnologías nos permiten estar conectados en todo momento, pero no se ha enseñado a la gente a usarlas. Me consuela pensar que a alguien, como a mí, le parece un verdadero peligro el uso que se está haciendo de ellas tras el decreto del estado de alarma. Está bien que todo el mundo comparta lo que desee, siempre y cuando lo haga con un sentido ético de lo que está haciendo.

Cuarenta días para ti, una vida entera para ellos es el lema de esta nueva iniciativa, que hace referencia a cómo las personas hemos tenido que adaptarnos en espacios cerrados durante largos períodos de tiempo, algo que muchos seres vivos sufren durante el transcurso de su vida.

Andrea Salgado, portavoz del grupo, explica que «muchos animales viven hacinados, llevándolos incluso al canibalismo, sin ver la luz solar y siendo degollados aún conscientes». Además, las alumnas hacen especial hincapié en que muchas veces esta situación de encierro lleva a los animales a vivir situaciones de estrés y contagiarse de enfermedades que pueden ser transmitidas a las personas.

Como solución a este problema de sostenibilidad, defienden que una variación en nuestra alimentación es clave. «Gran parte del total de las emisiones de gases de efecto invernadero emitidos son generados por la ganadería industrial, principalmente metano y CO​2,​ acercándose al ritmo drástico de los generados por el transporte», explica la portavoz.

La forma de producción de los alimentos  genera importantes impactos medioambientales

Por otra parte, la emisión de residuos contaminantes no es el único proceso productivo que influye en el cambio climático. La deforestación del Amazonas mediante la quema masiva de árboles o el uso del 20 % del agua dulce existente en el planeta que se destinan a la industria ganadera, también son cuestiones a tener en cuenta.

A través del Instagram de Freedom For All podremos encontrar diferentes publicaciones para participar en la iniciativa, como retos o actividades de impacto que se publican paulatinamente. Se basan en informaciones contrastadas con organizaciones expertas en sostenibilidad y salud, como el National Institute of Health, cuyos estudios confirman que el consumo masivo de carne está estrechamente relacionado con enfermedades cancerígenas.

Para fomentar un cambio en el modo en que nos alimentamos, la campaña centra su objetivo en tres bases fundamentales: la salud de la población respecto a su dieta (apostando por una vegetariana), la reducción del impacto ambiental, y otro de carácter más ético, como la lucha por la liberación e igualdad animal.

El portavoz de Juventud por el Clima Tenerife, Eduardo Febles, cree que este estado de confinamiento está mostrando a la ciudadanía que nuestro sistema actual es incompatible con la biodiversidad y que es necesario un cambio urgente. Por ello, defiende que Luces y Sombras no debe quedarse en un movimiento aislado, sino que debemos ser conscientes de que podemos tomar medidas para mejorar nuestro estilo de vida respecto a la naturaleza.

«Hay que decrecer y empezar a hacernos preguntas. ¿Tenemos que seguir con un ritmo de vida como el que teníamos hasta ahora?», se pregunta el portavoz, que con el hashtag #AcciónGlobalPorElClima24A invita a todo el que quiera a manifestarse desde casa a defender que los bienes comunes como el agua o el aire nos pertenecen a todos por igual. Ante esta crisis, defienden desde la Asociación,  debemos estar más unidos que nunca en la lucha por el cambio del sistema productivo.

Además, se proponen diferentes medidas sostenibles que podemos empezar a llevar a cabo desde ya, como dejar de comprar de manera compulsiva y empezar a fomentar el consumo de productos locales. Esto ayudaría a  reducir en gran parte la huella de carbono.

Por tanto, desde Juventud por el Clima Tenerife «se anima a que todo el que quiera suba imágenes cada viernes en defensa del medioambiente a las redes sociales, manteniendo así virtualmente el espíritu de Fridays For Future«, explica el portavoz.

Actitud Azul, aclara la presidenta, surge tras la crisis del COVID-19. El objetivo de esta campaña es concienciar a la gente de que incluso ahora, desde nuestros propios hogares, podemos convertirnos en consumidores conscientes y lograr reducir el impacto de la huella humana no solo en los ecosistemas marinos, sino en la vida medioambiental general. Afirma que «la idea es cambiar aquellos pequeños hábitos que pueden marcar una diferencia». Por ejemplo, beber agua del grifo filtrada o eliminar el consumo de productos plásticos de un solo uso. Puede parecer un cambio a pequeña escala, pero sus consecuencias serían muy positivas.

Asensio cree que esta etapa de confinamiento supone un método de introspección, una nueva forma para recapacitar sobre nuestra relación con los ecosistemas y con el resto de la sociedad. Explica que «se trata de un momento para pensar y reflexionar sobre todo ese movimiento diario que tiene un impacto crucial en las emisiones contaminantes, el consumo desmedido, la falta de tiempo o nuestra desconexión con la naturaleza». A través de este nuevo movimiento, se intenta fomentar una vida mucho más sostenible y en sintonía con el medio que nos rodea, afrontando que el cambio climático es ya toda una realidad y también nos afecta de manera directa.

«Lo revolucionario contra el sistema es comprar local y de comercio justo»

La presidenta se muestra esperanzada con el futuro de esta cuarentena, afirmando que esta etapa en casa puede ayudarnos a tomar conciencia de lo importante que es estar en equilibrio con el medioambiente. Sin embargo, cree que «si volvemos a nuestra anterior forma de vida, entonces nuestro esfuerzo no habrá supuesto un cambio, sino un paréntesis». Es decir, si continúan las emisiones de CO2 o no reducimos las producciones de plástico, seguiremos empeorando la situación y no habremos sido consecuentes con nuestras acciones.

Recalca, además, la importancia de nuestro papel como como consumidores y consumidoras, ya que «tenemos que pensar que comprar un producto muy barato desde lugares remotos, asegura no solo la explotación de sus fabricantes, sino también la expansión de una huella de carbono». Esto podría evitarse apoyando a los propios comercios locales, comprando frutas y verduras cultivadas en Canarias, que goza de una enorme variedad.

En Latitud Azul creen que es importante replantear los hábitos no solo en el campo de la alimentación o el consumo, sino a través de otros ámbitos, como la vestimenta o el agua que tomamos. Por ello, los participantes de esta iniciativa llevan a cabo diferentes talleres y charlas  para mostrar bajo su propia experiencia que un cambio es posible y no solo respecto al Planeta, sino en cuanto a salud y justicia social.

¿Qué son los microplásticos y cómo afectan a nuestras costas? «Son aquellos plásticos inferiores a 5 milímetros. El límite inferior pueden ser una micra, diez… Está un poco en discusión, pero básicamente se trata de residuos de menor tamaño. Hay de distintos tipos. Algunos son secundarios, que derivan de la fragmentación de materiales mayores; otros son primarios y  fabricados ya en esa medida. Estos se encuentran en diferentes productos como cremas exfoliantes o muchas pastas de dientes. También los pellets de resina, la materia prima con la que se fabrican otros productos. Es decir, si se hace un balde de plástico, se usan las bolas que se funden. Se trata de un caso muy común en nuestras playas».

¿Cuánto lleva realizar este tipo de estudios? «Llevamos 5 años haciendo estudios aquí. Hemos visto que se acumulan principalmente en las costas norte y noreste, pero constan de  un tamaño  de 1 a 5 milímetros. El siguiente estudio que hemos presentado demuestra que los de menor tamaño, sobre todo fibras sintéticas, tienen un patrón de distribución diferente. Esto nos lleva a pensar que probablemente nos encontramos ante contaminación propia de las Islas. Son hipótesis que aún debemos contrastar».

«Los residuos  llegan al mar y se acumulan en la superficie»

Tras el estudio publicado en Microtrofic se ha demostrado que los microplásticos más pequeños de Canarias proceden de las lavadoras, ¿a qué se debe este suceso? «Cada lavado de ropa desprende miles de fibras sintéticas, de hecho casi todos los tejidos que utilizamos son sintéticos actualmente. Estas fibras llegan con cada lavado a las depuradoras arrastradas junto a las aguas residuales. Si el tratamiento no es secundario o terciario terminan llegando al mar y acumulándose tanto en la superficie como con las mismas playas, algo que hemos podido comprobar a través de nuestros estudios».

Si la ropa cada vez tiene más partículas sintéticas, ¿qué alternativa tenemos?¿Sería posible la creación de filtradores para estos materiales? «Sí, de hecho existen unos que se colocan en la lavadora, lo que ocurre es que no están disponibles en Canarias o al menos yo no las he encontrado aún.  Otra opción sería que las aguas residuales se depurasen hasta un tratamiento secundario o terciario. Defendemos alternativas, como la accesibilidad a esos filtros para lavadoras o la exigencia de un proceso de depuración exhaustivo, donde las aguas reciban todo el tratamiento posible hasta llegar al mar. No se trata de dejar de usar ropa sintética porque tampoco sería sostenible que todos usáramos algodón».

«Deberíamos empezar a pensar en una vida sin plástico»

Muchas personas no entienden aún el impacto de los microplásticos. ¿Estamos hablando de un problema real con vistas a la salud? ¿Nos perjudican de manera directa? «Depende de qué salud estemos hablando. No sabemos si en la humana tiene un impacto, pero evidentemente en la de los ecosistemas sí. Ya vimos que los organismos están ingiriendo esos plásticos, que a su vez contienen productos químicos asociados… Aquí en nuestro estudio encontramos muestras de DDT, principal compuesto de los insecticidas y de derivados de filtros ultravioletas. Es innegable el impacto en los ecosistemas, tanto visual como paisajístico. Desde ese impacto en los ecosistemas está demostrado que los microplásticos están incorporándose a la cadena trófica. Actualmente estamos trabajando en estudios sobre la salud tanto de los peces, como de los seres humanos, aunque son tantos los factores a los que nos vemos expuestos que a veces es difícil determinar si lo están provocando en sí los microplásticos. A pesar de todo, el impacto en los ecosistemas marinos es evidente».

¿Qué expectativas tiene respecto al vertido de plástico, ya no sólo en Canarias, sino en los mares de todo el mundo? ¿Es un problema que puede amainar o que, sin embargo, amenaza con seguir creciendo? «Creo que amenaza con crecer sobre todo porque la producción plástica amenaza a su vez con seguir creciendo. No hay ninguna propuesta sólida más allá. Sin embargo, es cierto que se han propuesto medidas a nivel europeo. Canarias, por su parte, llevará a cabo la prohibición de una parte de los plásticos de un solo uso a partir del 2021. Aunque no creo que ninguna de estas medidas ayude a reducir la producción de plástico porque es una producción que sigue creciendo y al final una parte siempre acabará en el mar. Deberíamos empezar a pensar en una vida sin plástico, o, al menos, el necesario: el de un solo uso habría que prohibirlo por completo».