Carlos Caraballo y Beatriz Martín volvieron a la sala de conciertos Jóspital después de que, hace un año, se cancelace su último concierto en conjunto. El poeta y la cantautora se subieron al escenario ayer jueves, 11 de marzo, para ofrecer al público una fusión de poesía y música en directo, titulada Otro año de mierda. Consiguieron llenar al completo el aforo de la sala y, cumpliendo todas las medidas de seguridad sanitaria, el concierto comenzó a las 19.30 horas de la tarde. Presentando el poemario Pandemia y el disco Aquí y ahora además de canciones inéditas, inauguraron la sesión con cierta timidez.
Empezaron a ganarse al gentío allí presente, mediante cánticos y versos que se compenetraban a la perfección y, pese a los nervios del principio, contaron con una audiencia que dio todo de sí. La velada se desarrolló en un ambiente de comodidad, humor y cariño.
Entre canción y poema, tanto Bea como Carlos recordaban con risas nostálgicas aquellas vivencias ocurridas en la prepandemia, donde la vocalista manifestó con verdadera tristeza el añoro que sentía por actuar de nuevo y por volver a viajar a Madrid, lugar al que dedica un sencillo titulado Sabrá Madrid. Durante este tema decoraron la sala con velas y las luces al mínimo para crear un momento íntimo.
‘Puedo’ levanta al público
Por otro lado, el poeta expresó sus propias emociones surgidas durante el confinamiento y explicó la situación que vivió en esos tres meses en los que buscaba pequeños rincones de su casa en los que encontrar inspiración. Poemas como El virus del pánico, Despoesíame, Mascarafilia o Serendipia (Cinco), trasladaron a los presentes a una burbuja de nostalgia y pasión a partir de un perspectiva romántica con la que sentirse identificado.
A medida que avanzaba el tiempo, se ganaron a los oyentes. Incluso, interactuaron con estos preocupándose por su estado de ánimo e invitaron a todos a cantar para perder la vergüenza. Fue en el destacado tema Puedo en el que, a base de cánticos y palmas, el local llegó a la cima del éxtasis con una atmósfera de felicidad contagiable.
«El amor es reivindicativo»
Como si de especialistas del amor se tratasen, expresaron sus experiencias en buscando transmitir empatía a los asistentes y dejaron en el aire formas de superar las rupturas amorosas a través del arte. Aunque, ambos explicaron que no todo debe ser visto desde una posición melancólica centrada solo en los malos recuerdos. «El amor es reivindicativo» , declararon tras el apunte remarcado por la cantante en el que, de forma ingeniosa, burlaba sus pasadas relaciones afectivas que no terminaron de cuajar.
A pesar de que la presentación terminó dentro del horario estipulado, ofrecieron un encore tras la insistencia de los espectadores, que revolucionaron el recinto con un máximo de euforia y recibieron a los interpretes con una gran ovación.
Tras la actuación, a un lado de la tarima se encontraba un pequeño stand en el que se podían adquirir los poemarios del escritor, La noche en que reímos peligrosamente y Pandemia y a su vez, el nuevo CD de la artista, Aquí y Ahora.